Hace un año, el 13 de octubre de 2022, Ion Kepa Parot salió de la cárcel de Muret y regresó a Euskal Herria tras pasar 32 años en prisión. Cinco días después, el 18 de octubre, Jakes Esnal abandonó la prisión de Lannemezan.

Sus excarcelamientos estuvieron supeditados a un periodo de prueba de un año, tiempo en el que han convivido con un férreo control telemático.

Según ha informado Etxerat, para Parot dicho periodo ha finalizado este martes, día en el que ha quedado, de forma oficial, en libertad condicional. Para Esnal, el periodo ha terminado este miércoles. No obstante, durante los próximos diez años estarán supeditados a medidas de control por parte de las autoridades francesas.

En total, la condena de Ion Kepa Parot y de Jakes Esnal, ambos de 72 años, se ha prolongado durante 33 años. Fueron detenidos en abril de 1990, y condenados a cadena perpetua en 1997.

Sin embargo, como la cadena perpetua real choca con la doctrina en vigor en la Unión Europea, las sentencias de los condenados a esa pena máxima marcan un periodo de seguridad tras el que el preso puede demandar la libertad condicional.

Parot y Esnal permanecieron en prisión quince años más de lo que marca el requisito legal, ya que la Fiscalía Antiterrorista se mantuvo firme en su rechazo a la excarcelación de los dos presos.

Basta con recordar que en junio de 2022 trató de bloquear la concesión de la libertad condicional, lo que suscitó un amplio rechazo social y político, con una gran movilización y bloqueos en diferentes puntos de Ipar Euskal Herria el 23 de julio de ese mismo año.

Finalmente, dos meses después, en septiembre de 2022, la Sección de Aplicación de Penas del Tribunal de Apelación de París acordó conceder la libertad condicional a Ion Kepa Parot y Jakes Esnal.

Una libertad condicional, condicionada a su vez a un periodo de prueba que ya ha terminado para ambos.