Al menos 120 palestinos han muerto este martes de madrugada tras una serie de bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra las ciudades de Jan Yunis y Rafá, en el sur de la Franja de Gaza, y contra otros objetivos en el resto de la zona.
Los ataques contra viviendas y una gasolinera en Jan Yunis han dejado hasta ahora 23 fallecidos y 80 heridos, según ha informado la agencia de noticias palestina Wafa.
En Rafá, ya son 48 los muertos y decenas los heridos después de que el Ejército israelí bombardease edificios residenciales. Las autoridades aún se encuentran realizando operaciones de rescate.
Además, en la ciudad de Gaza ha muerto el periodista palestino Mohamed Imad Labad tras un ataque de Israel contra un lugar cercano a su casa en el barrio de Sheij Radwan, lo que deja en 20 el número de periodistas fallecidos desde el inicio de la guerra el 7 de octubre.
El resto de muertes han tenido lugar junto al hospital de Al Aqsa, en Yabalia (norte), y en el campamento de refugiados de Al Bureij, en el centro.
Asimismo, el diario palestino ‘Filastin’, vinculado al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), ha anunciado la recuperación de dos cuerpos entre los escombros de Jan Yunis y de otros tres en Rafá.
Las FDI han notificado hasta 400 ataques contra «objetivos militares» durante las últimas 24 horas en la Franja de Gaza en los que han matado al subcomandante del batallón Nuseirat, al subcomandante del batallón Shati y al subcomandante del batallón Alfurqan, todos ellos miembros de Hamas.
«Durante la última jornada, aviones de combate han atacado decenas de infraestructuras y diversos puntos de reunión de la organización terrorista Hamás en los barrios de Sajaiya, Shati, Yabalia, Darj Tafá y Zaitún (...) Un avión de las FDI ha atacado un túnel operativo utilizado por la organización terrorista Hamás (...) y puntos de reunión (...) dentro de mezquitas», han agregado las FDI en su cuenta de la red social X, antes Twitter.
Situación humanitaria «catastrófica»
Previamente, el Ministerio de Salud palestino en la Franja de Gaza había informado de que el sistema sanitario del enclave «ha llegado a la peor etapa de su historia», una situación derivada del bloqueo impuesto por Israel, que está agotando los recursos de los hospitales, incluidas sus reservas de combustible, por lo que eventualmente se quedarán sin energía, y a la saturación de sus instalaciones debido al alto número de muertos y de heridos.
Según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el hospital de Shifa, el mayor de la Franja, se encuentra atendiendo a unos 5.000 pacientes cuando su capacidad es de 700. Además, acoge a unos 45.000 desplazados internos.
Desde el inicio de la guerra han tenido que cerrar doce hospitales y 46 clínicas de atención primaria por los daños sufridos en bombardeos o por falta de electricidad y de suministros.
Este bloqueo ha provocado también una falta de acceso al agua potable en la región, que ha visto su suministro caer en un 20 por ciento desde el 22 de octubre debido al cierre de numerosas tuberías por parte de Israel, según informaciones de la OCHA.
El organismo considera que la entrada de 20 nuevos camiones con alimentos, agua y suministros médicos desde Egipto a través del paso de Rafá no es suficiente, y que supone tan solo el 4 por ciento del volumen medio diario de productos básicos que entraban en el enclave antes del inicio de las hostilidades.
Asimismo, la OCHA se ha quejado de que estos envíos de ayuda no han incluido combustible, algo «desesperadamente» necesitado para el abastecimiento de hospitales y de instalaciones de agua.
Por su parte, la portavoz del Programa Mundial de los Alimentos, Alia Zaki, ha declarado durante una entrevista con Noticias ONU que las condiciones son «catastróficas». «En estos momentos la situación ya es catastrófica. Estamos ante personas que desde hace 16 días no tienen acceso a los servicios esenciales. Se están quedando sin alimentos y sin agua. Sin combustible, los hospitales no podrán funcionar y las panaderías tampoco», ha añadido.
Los ataques del Ejército de Israel contra Gaza han dejado más de 5.000 palestinos muertos, entre ellos más de 2.000 niños, y alrededor de 15.200 heridos. Además, en torno a 1,4 millones de palestinos se han visto desplazados, de acuerdo con la última evaluación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa).
Liberación de dos rehenes
Las brigadas Ezzedin al-Qassam, vinculadas a Hamas, han liberado en Gaza por «motivos humanitarios» a dos rehenes israelíes capturadas el día 7, según informa Palestinian Information Center.
Abu Obeida, portavoz de las brigadas Ezzedin al-Qassam, ha explicado en una declaración en Telegram que la liberación de las rehenes se ha producido tras la mediación de Egipto y de Qatar y que, inicialmente, Israel rechazó recibirlas. Las rehenes liberadas son Nurit Yitzhak, de 79 años, y Yocheved Lifshitz, de 85.
Esta liberación de dos rehenes israelíes se produce después de la de dos ciudadanas estadounidenses, Judtih Raanan y Natalie Raanan, madre e hija, también tras mediación qatarí.
Muere un preso detenido el día 9
Omar Hamza Hassan Daraghmeh, palestino de 58 años y vecino de Tubas, falleció el lunes en la cárcel israelí de Megido «en extrañas circunstancias», según informa Palestinian Information Center.
Daraghmeh fue detenido junto a su hijo Hamza (que había estado encarcelado previamente) el 9 de octubre, dos días después de la ofensiva contra los kibbutz y fue encarcelado en «detención administrativa» por las autoridades israelíes, según informan Palestinian Prisoners Society y la Comisión para presos y expresos. Esta figura permite a Israel encarcelar a palestinos sin formular acusación alguna.
Estos colectivos explican que Daraghmeh declaró el lunes mediante videoconferencia ante el tribunal militar de Ofer, en presencia de su abogado, Ashraf Abu Sneineh, quien le preguntó por sus condiciones de salud. Daraghmeh respondió que se encontraba bien.
La nota de Palestinian Prisoners Society y la Comisión para presos y expresos destaca que el relato de las autoridades israelíes sobre la muerte de Daraghmeh es «cuestionable».
En este sentido, culpan a Israel de su muerte. En primer lugar, por su arresto y clasificación en «detención administrativa» «sin ninguna acusación, con el pretexto de un archivo secreto».
Estos colectivos destacan que varios presos palestinos en cárceles israelíes han denunciado recientemente haber sido objeto de «serios abusos y palizas» y denuncian que desde 1967 los presos palestinos muertos en cárceles israelíes son 238, mientras que Israel retiene los cuerpos de once fallecidos.