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El BCE para las subidas de los tipos y advierte de que la energía puede subir más

El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo ha decidido este jueves no subir los tipos de interés, de forma que la tasa de referencia para sus operaciones de refinanciación seguirá en el 4,50%, mientras que la tasa de depósito alcanzará el 4% y la de la facilidad de préstamo el 4,75%.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en el acto celebrado en el Banco de Grecia.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en el acto celebrado en el Banco de Grecia. (Aris OIKONOMOU | AFP)

El Banco Central Europeo (BCE) ha parado las subidas de sus tipos de interés porque la inflación remite, después de haberlos subido de forma ininterrumpida en diez ocasiones desde julio de 2022, y ha advertido de que los precios de la energía pueden subir más debido al aumento de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha señalado en una rueda de prensa en el Banco de Grecia que el aumento de las tensiones geopolíticas, en referencia a Oriente Medio, pueden incrementar los precios de la energía a corto plazo, lo que crearía presiones inflacionistas, y harían las perspectivas a medio plazo más inciertas.

El BCE también reconoce que la economía de la zona del euro «va a seguir débil en lo que queda de año», pero podría remontar los próximos años en la medida que los ingresos disponibles de los hogares se recuperen y repunten las exportaciones, ha afirmado Lagarde.

«Hasta ahora la actividad económica ha estado apoyada por la fortaleza del mercado laboral. La tasa de desempleo se situó en un mínimo histórico del 6,4 % en agosto. Al mismo tiempo, hay señales de que el mercado laboral se debilita. Se crean menos empleos nuevos, incluyendo en los servicios» en la medida que la economía se enfría, ha añadido.

Atacar a Israel, «una fuente de riesgo»

Lagarde ha considerado que el ataque a Israel supone «una fuente de riesgo geopolítico» y que podría reducir la confianza y el gasto de las empresas y de los consumidores y reducir más el crecimiento.

Previamente el Consejo de Gobierno del BCE ha decidido en Atenas por unanimidad mantener sus tipos de interés en el 4,5 %, porque la inflación ha bajado, y su facilidad de depósito, a la que remunera el exceso de reservas a un día, en el 4 %.

El BCE considera que sus tipos de interés están en niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán de forma sustancial a que la inflación baje al 2 % a medio plazo.

La inflación baja; presiones al alza

El BCE reconoce que «la inflación descendió acusadamente en septiembre» y por eso ha interrumpido las subidas del precio del dinero, pero también advierte de que se mantienen presiones al alza.

Lagarde recordó que la tasa de inflación cayó en la zona del euro en septiembre hasta el 4,3 %, casi un punto porcentual menos que en agosto, y pronosticó que a corto plazo es probable que baje más en la medida que se ha reducido la fuerte subida de los precios que sufrieron la energía y los alimentos en otoño de 2022.

«La inflación de los precios de los alimentos se redujo de nuevo, aunque sigue elevada según estándares históricos. En términos anuales los precios de la energía cayeron un 4,6 %, pero recientemente han subido de nuevo y se han vuelto menos predecibles en vista de las nuevas tensiones geopolíticas», ha apostillado Lagarde.

«La injustificada guerra de Rusia contra Ucrania y el trágico conflicto desencadenado por los ataques terroristas en Israel son fuentes clave de riesgo geopolítico. Esto puede resultar en que las empresas y los hogares se vuelvan menos confiados y en más incertidumbre sobre el futuro, y reducir más el crecimiento», según la presidenta del BCE.

Lagarde ha hecho hincapié en que «el aumento de las tensiones geopolíticas podría aumentar los precios de la energía a corto plazo, mientras hace las perspectivas a medio plazo más inciertas». De momento, los precios del petróleo se han disparado en los mercados de futuros y existe mucha incertidumbre sobre qué va a ocurrir.

Las últimas previsiones del BCE de mediados de septiembre contemplaban un precio del petróleo en 82,7 dólares en 2024 y en 77,9 dólares en 2025, pero estos cálculos parecen bajos en vista de la reciente escalada.