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Valtònyc recibe una calurosa acogida en Mallorca tras cinco años de exilio en Bélgica

El rapero balear Josep Miquel Arenas, más conocido como Valtònyc, exiliado en Bélgica desde hace cinco años, ha llegado este domingo a Mallorca, donde una treintena de personas le han brindado una calurosa acogida en el aeropuerto de Palma.

Valtònyc atiende a los medios en el aeropuerto de Mallorca.
Valtònyc atiende a los medios en el aeropuerto de Mallorca. (Tomás MOYÁ/EUROPA PRESS)

Una calurosa acogida ha recibido en Mallorca a Valtònyc en su regreso tras cinco años de exilio en Bélgica

Valtònyc ha regresado tras haber prescrito la condena de tres años y medio de cárcel que la Audiencia Nacional le impuso por delitos como enaltecimiento del terrorismo e injurias a la corona, con lo que quedan sin efecto las órdenes de detención internacionales pendientes.

Poco antes de las 9.30 horas, Valtònyc ha podido ser abrazado en la zona de llegadas del aeropuerto por sus familiares en un recibimiento muy emocionado en el que varias personas llevaban claveles en sus manos y camisetas con el lema «Les paraules volen soles» (las palabras vuelan solas).

También han exhibido una pancarta que decía ‘Benvingut a casa Valtònyc’, junto a alguna bandera estelada, mallorquina y republicana.

El rapero ha confiado en disfrutar ahora de su familia y amigos, y también de la gastronomía mallorquina porque en «Bélgica se come bien, pero no tan bien» como en la isla.

Este domingo está previsto un homenaje al cantante en el pueblo de Sineu, en la plaza del Fossar.

«Estos años de lucha han merecido la pena»

En declaraciones los medios, Valtònyc ha mostrado su satisfacción por este recibimiento y ha considero una «pena» que su vuelta se deba a la prescripción del delito y no por la «autocrítica del Estado español», que debería respetar la libertad de expresión y no condenar a cantantes como él o Pablo Hassel, que continúa en prisión.

«Estos años de lucha por la libertad han valido la pena», ha afirmado Valtònyc, que ha reconocido que el exilio en Bruselas ha sido «muy duro» (su madre falleció durante su ausencia), pero le ha hecho crecer como «persona y profesionalmente».

«El pasado –ha afirmado– es para aprender, no para arrepentirse; seguramente he cometido muchos errores pero a día de hoy tengo los amigos que tengo, mi familia me aprecia y me mira con orgullo».

También ha comentado de su vida en Bélgica que tenía «sueños recurrentes» como que a su vuelta no había nadie esperándole, o que la gente que se cruzaba por la calle no tenía cara.

Por ello, el recibimiento en Mallorca «ha sido muy emocionante y un alivio» y le reafirma en la idea de que estos años de «lucha por la libertad de expresión han valido la pena».

Además, ha agradecido la atención de los medios de información porque es «importante» informar de la llegada «del primer cantante condenado a prisión en Europa y en la historia de la entrecomillas democracia española».

En este contexto ha destacado que países como Bélgica hayan modificado su Código Penal para eliminar el delito de injurias a la corona.

Valtònyc ha confiado en poder encontrarse pronto en Catalunya con sus compañeros de exilio en Bélgica, como el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont.

El rapero tiene aún un juicio pendiente para el 21 de noviembre en la Audiencia de Sevilla en el que la Fiscalía le pide cinco años de cárcel por un delito de provocación para cometer un atentado y amenazas.

Ha reconocido que está nervioso por esta causa y ha asegurado que «se presentará, como siempre» que ha tenido un juicio.