La Espiga de Oro a la Mejor Película en la última edición de la Seminci coronó a ‘La imatge permanent’, que tuvo su estreno en Locarno.
Debut de Laura Ferrés, conocida por su trabajo en ‘Los desheredados’, y coescrita con Carlos Vermut (‘Mantícora’) y Ulises Porra (‘Carajita’).
La trama nos acerca a la gris mecánica cotidiana del personaje encarnado por María Luengo, una mujer con raíces en L’Hospitalet, que, frente a la frialdad del extrarradio catalán, halla consuelo en la figura de Antonia (Rosario Ortega).
La película hereda los entornos urbanos absurdos de ‘Play-Time’ de Jacques Tati y nos adentra en una temporalidad pausada, lo cual nos coloca en esos territorios irreales planteado por Chema García-Ibarra en ‘Espíritu sagrado’.
El recorrido de ‘La imatge permanent’ comienza con un prólogo sobre la llamada «España negra de posguerra», y continúa con un relato de soledades encontradas en ambientación contemporánea.
La publicista protagonista debe buscar un rostro auténtico para la campaña publicitaria de un partido político, y eso la lleva a interesarse por una vendedora ambulante de perfumes.