Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, nada más se sabe a ciencia cierta. Los medios madrileños se peleaban ayer a ver quién arañaba un nombre más para completar la lista de ministros, pero sobre casi todos persisten dudas. Desde Moncloa se lanzan algunas pistas y la idea general es que será gente con perfiles muy leales al recién revalidado presidente. Esta vez, nada de astronautas o de presentadores de televisión. O eso dicen. Lo que suena es gente suya, del partido. Habrá que esperar. Quizá la duda se despeje mañana.
Están, de un lado, los nombres del PSOE que nunca dejaron de lado a Pedro Sánchez. El diario ‘El País’ coloca en ese núcleo «duro» –les denomina así– al secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, pero más como un hombre que participa en el proceso de selección de candidatas y candidatos que como elegido para una cartera.
De ahí que, casi de rebote, suene el nombre de la otra diputada navarra, Adriana Maldonado, como aspirante. Ahora bien, los medios que mejor relación tienen con Moncloa ni la citan.
Siguiendo con este perfil de muy sanchistas dentro del PSOE, aparece el actual ministro de Presidencia, Félix Bolaños, bien para repetir o para cambiar a un ministerio con más competencias, como Justicia. Fue Bolaños quien defendió la pertinencia de la ley de Amnistía cuando se registró en el Congreso. Por tanto, si se queda para él Justicia se entenderá como un gesto.
Bolaños, que defendió la pertinencia de la Ley de Amnistía y firmó el acuerdo con ERC, suena ahora para Justicia
También suena que continuará, por los motivos muy similares a los de Bolaños, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, andaluza.
No hay que olvidar que los ministros sirven para garantizarse la lealtad de filiales y baronías del PSOE. Todos esperan, de hecho, que Sánchez busque dos miembros de su Ejecutivo en el PSC, los mismos que tiene actualmente (pertenecen al PSC el Miquel Iceta y Raquel Sánchez). Sobre la continuidad de Iceta hay dudas. Más que nada, porque la cartera que maneja, Cultura, pasará a manos de Sumar.
Por esta idea de contentar a los liderazgos territoriales –o para reforzar figuras de cara a que puedan recuperar el poder autonómico– a muchos analistas no les parecería extraño que asomaran por el Consejo de Ministros el valenciano Ximo Puig o el extremeño Fernández Vara. Así lo afirman ‘El País’ o el ‘ABC’, pero sin aventurarse a asignarles un Ministerio en concreto. Estos listados añaden otro nombre sin cartera, Óscar Puente.
Entre el maremagno de incertidumbres, hay una cosa cierta. Sánchez prometió el 23 de julio que Teresa Ribera, su vicepresidenta tercera y responsable de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, seguirá en el mismo cargo.
Lo que ocurre con la número dos, Nadia Calviño, es que apunta a cotas de poder mayores. La titular de Economía vino de la tecnocracia europea y a Europa quiere volver desde hace tiempo.
Según se trasladó después de la visita del canciller germano –el también socialista Olaf Scholz– del 10 de noviembre, Alemania se habría comprometido a apoyar a Calviño como presidente del Banco Europeo de Inversiones, el BEI.
Tras el aval de Scholz, Calviño aspira ahora a presidir el Banco Europeo de Inversiones y deja una cartera vacía
El nombramiento para el BEI será en cuestión de semanas, por lo que no queda claro si habrá una renovación temporal de Calviño o si ya, directamente, prometerá el cargo otra persona.
Dos de los ministros que más controversia están generando –y es lógico que así sea por el nivel de tensión en sus carteras– son Fernando Grande-Marlaska (Interior y único vasco) y Margarita Robles (Defensa). Según el periódico que se lea o la tele que se sintonice, lo mismo los dan como los más seguros o como los que ya tienen un pie fuera.
Sumar, con sus líos otra vez
Yolanda Díaz sigue con su cartera de Trabajo y habría conseguido para su formación, Sumar, las de Sanidad, Cultura, Derechos Sociales y el departamento de Infancia y Juventud. Pero ni en eso se pone de acuerdo con Podemos, que le sigue exigiendo el Ministerio de Igualdad para Irene Montero.
Muestra de este polvorín dentro de Sumar es que Díaz ofreció esta semana al dirigente de Podemos Nacho Álvarez la cartera de Derechos Sociales. Podemos bloqueó el nombramiento, por lo que Álvarez renunció al Ministerio y también, lógicamente, a sus cargos en el partido que vetó a su propio militante.
La reconciliación no estará más cerca en caso de que ‘El Plural’ acierte y la nueva ministra de Sanidad es la médico Mónica García, de Más Madrid.