A las puertas del Día contra la Violencia Machista, que se celebra el viernes 25 de noviembre, y de la huelga general feminista del 30, LAB se ha concentrado este miércoles ante las sedes de Confebask y CEN, en Bilbo e Iruñea, para denunciar que «la patronal se enriquece con el negocio de los cuidados y, por tanto, promueve y reproduce la violencia económica».
En la movilización de la capital vizcaina, Maddi Isasi, responsable de la Secretaría Feminista, ha incidido en que el negocio que realizan las empresas privadas con los cuidados «es violencia machista estructural» y que hay que nombrarla así.
Ha sostenido que hay que hablar de violencia económica también, aparte de la esfera privada, en el ámbito público, «cuando las empresas están lucrándose con la explotación de las trabajadoras de cuidados», al tiempo que siguen privatizando los servicios de cuidados para seguir con esta explotación.
Isasi ha dicho que es violencia económica no reconocer el trabajo de los cuidados social y económicamente. «Es violencia económica las situaciones que tienen que vivir las trabajadoras de hogar en sus empleos. Es violencia económica que las trabajadoras de residencias tengan cargas y problemas de salud por culpa de los ratios excesivos y demás», ha destacado.
Frente a esa realidad, la responsable de LAB ha citado el caso de la empresa Domusvi, en el sector de los cuidados, que acumula más de 1.400 millones de euros de ganancias «mientras las trabajadoras de las residencias de Araba y de Nafarroa, por ejemplo, están sin convenio, trabajando 1.800 horas al año por unos sueldos miserables de 1.000 euros».
Isasi ha señalado la responsabilidad que tienen las instituciones, la patronal y las empresas privadas. «Se habla poco de violencia machista en este ámbito, pero que hay que empezar a nombrarla así. Y que todo esto pasa porque desde las instituciones se le está poniendo también alfombra roja a la privatización de los servicios de cuidados».
Igor Arroyo, coordinador general del sindicato, ha manifestado que uno de los retos de la huelga feminista es poner en el centro la situación que soportan las trabajadoras en el ámbito de los cuidados y reivindicar la dignificación de sus condiciones laborales.
Sistema público de cuidados
El responsable de LAB ha reivindicado un sistema público comunitario de cuidados. «La gente trabajadora sabe cuándo tiene un grave problema, o cuándo tiene una necesidad grande de cuidados, que en estos momentos no hay instrumentos públicos. No hay suficientes recursos para hacerle frente. Es una situación que se vive con mucha ansiedad, es un gran problema para muchas familias trabajadoras y hay que terminar con esta situación», ha manifestado.
Arroyo ha declarado que también plantean una reorganización de todos los trabajos, cediendo más espacio a los cuidados. «Se tiene que rebajar la jornada laboral hasta las 30 horas semanales para que los hombres también tomemos la responsabilidad que nos corresponde respecto a los cuidados, para que se reparten de manera corresponsable», ha defendido.
Ha censurado que las patronales no quieren oír hablar de esto, «ni quieren que se dignifiquen las condiciones laborales de las trabajadoras de los cuidados, ni quieren que se genere un sistema público comunitario de cuidados, porque precisamente terminaría con el negocio que están haciendo, ni tampoco quieren oír hablar de la reducción de la jornada laboral».
Ha denunciado que Confebask, al igual que la CEN en Nafarroa, quiere seguir lucrándose a costa de las largas jornadas de trabajo que existen en el sector de los cuidados y de las jornadas no remuneradas que se dan. Por eso, las concentraciones antes sus sedes para recordarles que la huelga general feminista también les interpela.