Ainara Lertxundi
GARAren edizio taldeko kidea / Miembro del equipo de edición de GARA
Elkarrizketa
Ru´a Rimawi
Médica palestina e investigadora en neurociencia, salud mental y pediatría

«Como palestina y médica me siento frustrada, ha dejado de existir humanidad»

Médica e investigadora en neurociencia, salud mental y pediatría, Ru’a Rimawi, natural de Cisjordania, subraya que «si lo que está ocurriendo en Gaza no es una limpieza étnica, no sé qué será». La muerte de sus hermanos en 2022 la empujó al activismo contra la ocupación y a la búsqueda de justicia.

La médica palestina e investigadora en neurociencia, salud mental y pediatría Ru´a Rimawi en Bilbo, donde participó en la conferencia «Colonialismo e impunidad en Palestina, propuestas clave para la rendición de cuentas».
La médica palestina e investigadora en neurociencia, salud mental y pediatría Ru´a Rimawi en Bilbo, donde participó en la conferencia «Colonialismo e impunidad en Palestina, propuestas clave para la rendición de cuentas». (Oskar MATXIN | FOKU)

El sueño de Ru´a Rimawi, natural de Beit Rima (Cisjordania) era ejercer la pediatría, pero que el Ejército israelí matara a tiros a sus dos hermanos el 29 de noviembre de 2022 la empujó además al activismo contra la ocupación y a la búsqueda de justicia. Jawad y Thafer, destrozados por los disparos, murieron casi a la par.

En entrevista a NAIZ antes de participar en las jornadas ‘Colonialismo e impunidad en Palestina, propuestas clave para la rendición de cuentas’, organizadas la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo y Mundubat, Rimawi remarca que «los hospitales deberían de ser los lugares más seguros y, sin embargo, ni siquiera en su interior hay seguridad en Gaza. Es devastador».

Agencias de la ONU han remarcado el coste «sin precedentes» de vidas humanas y de destrucción. ¿Se han cruzado todas las líneas rojas?

Por supuesto. Más de 14.500 palestinos han muerto y más de 6.000 están desaparecidos, no sabemos si están vivos o muertos. Hablamos de castigos colectivos; corte de electricidad, de agua, de comida; de más de 6.000 niños muertos. Hay hambre, los hospitales están saturados y el personal médico no puede hacer nada.

Pese a ello, Israel tiene el apoyo de Estados Unidos y de países europeos. ¿Por qué?

Cuando se trata de los palestinos, parece que nuestras vidas valen menos. Es aceptable que nos maten a sangre fría. Nadie dice ni hace nada. Esto viene ocurriendo en Gaza y Cisjordania desde 1948. Nada cambia, salvo que cada vez las ofensivas son más violentas.

¿Cómo se siente?

Tenemos nuestros corazones rotos. Es devastador lo que está sucediendo. Y es frustrante ver el doble rasero de la comunidad internacional. Cuando se trata de otra nacionalidad, raza o religión es más importante. Esto es completamente inmoral, inaceptable e inhumano. Siento que la humanidad ha dejado de existir.

¿Cómo se siente como médico ante el cierre de hospitales por las bombas y falta de fuel?

Esto es un crimen de guerra.  Estoy horrorizada. Como médico, no me puedo imaginar lo que están viviendo todos estos doctores y las decisiones que se ven obligados a tomar; dejar a los pacientes o morir junto a ellos en los hospitales. Es como si fuera una película. No me puedo creer que esté ocurriendo en la vida real. Pero, está ocurriendo frente a nuestros ojos y nadie hace nada.

«Son bebés que apenas acaban de nacer, que aún no han abierto sus ojos a la vida. Y aun así ya han sido objetivo israelí. ¿Qué peligro o amenaza representa un bebé?»

Antes de la guerra teníamos enfermos crónicos, pacientes con tratamientos de quimioterapia, de diálisis, a los cuales ahora no pueden acceder. Son miles los palestinos heridos. Cuando hablamos de heridas, no nos referimos a heridas superficiales, sino de gravedad –quemaduras de cuarto grado, amputaciones, heridas que requieren de intervenciones quirúrgicas–. Muchos van a morir porque se les infectan las heridas y no hay antibióticos. Ver todo esto, como profesional me hace sentir inútil, frustrada y triste.  
Entre las dramáticas imágenes que deja esta ofensiva, está la evacuación de bebés prematuros de Al-Shifa a Egipto.

Es desgarrador. Son bebés que apenas acaban de nacer, que aún no han abierto sus ojos a la vida. Y aun así ya han sido objetivo israelí. ¿Qué peligro o amenaza representa un bebé? Israel no tiene ninguna línea roja. Ataca a quien quiere, cuando quiere y donde quiere porque sabe que saldrá indemne. Nadie le va a pedir cuentas por todo lo que lleva haciendo en los últimos 75 años.

El hospital Al-Shifa ha sido objetivo permanente de Israel bajo el argumento de que Hamas tiene ahí su base de operaciones. ¿Qué representa este centro sanitario?

Es el complejo hospitalario más grande de Gaza. Es un hospital, nada más. Es devastador escuchar los testimonios de compañeros, ver los vídeos de personas que han perdido a toda su familia. Los hospitales deberían de ser los lugares más seguros y, sin embargo... Esto demuestra que no hay lugar seguro para los palestinos, ni nuestras casas ni los hospitales ni las mezquitas ni las calles.

Como investigadora en salud mental, ¿a qué traumas se enfrenta la sociedad palestina?

Palestina afronta una crisis en salud mental desde mucho antes de que comenzara esta última agresión militar. Los cuadros de ansiedad y ataques de pánico son una constante. Para dar cualquier tipo de apoyo terapéutico o psicológico, necesitas antes que las causas que están provocando ese trauma desaparezcan. Todos estamos profundamente traumatizados.

«Hablamos de castigos colectivos como el corte de electricidad, de agua, de comida, de ataques a hospitales, de más de 6.000 niños muertos, más de 14.5000 muertos y 6.000 desaparecidos»

Me pregunto qué va a ser de quienes han logrado sobrevivir. ¿Serán capaces de olvidar algún día, de perdonar? Hablamos de una generación que ha sufrido amputaciones de sus manos, de sus piernas, de sus dedos. ¿Cómo va a lidiar con ese trauma? Han sobrevivido, pero les espera una realidad muy dura.

Nació en Beit Rama, en Cisjordania. Sus hermanos Jawad (22 años) y Thafer (19 años) murieron por disparos israelíes. Afirma que le disgusta cuando periodistas extranjeros le preguntan por qué jóvenes palestinos arrojan piedras sabiendo que se enfrentan a tanques y que pueden morir...

No me puedo creer cuando me preguntan por qué los palestinos tiran piedras. En cambio, nadie pregunta por qué Israel tiene derecho a invadir nuestras tierras, por qué tiene derecho a matar a quien quiere, por qué tiene derecho a emplear fuego real y a ejecutar a la juventud palestina. Los periodistas extranjeros ignoran todo esto y únicamente me preguntan por qué los palestinos tiran piedras. Aunque lo hagan, me pregunto cómo una piedra puede ser una amenaza para uno de los ejércitos más peligrosos del mundo.

Cuando sabes que nadie te va a defender, ¿qué otra opción te queda más que la autodefensa? No podemos normalizar la ocupación y darnos por vencidos ante el hecho de que invaden nuestras aldeas cuando quieren y nos matan. Tirar piedras es solo un símbolo. Tenemos derecho a existir, a crecer en nuestra tierra, a soñar, como cualquier otro ser humano. ¡Eso es lo que estamos pidiendo! ¿Cómo podemos construir un mundo en que todos estos derechos son cuestionados? No lo entiendo.

¿Cómo es vivir bajo la ocupación israelí?

Es vivir una vida muy traumatizante en todos los sentidos. Todas mis memorias infantiles están vinculadas a la ocupación. Nos bombardean sin explicación o advertencia previa, nos detienen, intimidan a los civiles. Los colonos, con el amparo del Ejército, nos atacan cuando y donde quieren. Mohammad Abu Khdeir, de 16 años, fue secuestrado y quemado vivo por colonos.

En octubre de 2001, el Ejército mató a al menos seis personas en mi aldea, Beit Rima. Quemaron una casa, demolieron otras tres y cientos de personas resultaron heridas. Yo tenía tres años. No puedo recordar todos los detalles, pero hay cosas que no se me olvidan como el sonido de las bombas y el llanto de mi hermano Jawad, tenía menos de dos años.

Ante el miedo de que fueran a bombardear nuestra casa, mi madre decidió buscar refugio en casa de unos vecinos. Teníamos que cruzar la calle, donde había soldados y francotiradores, que disparan ante cualquier movimiento que consideran sospechoso, ya sea porque vas demasiado despacio, porque vas rápido o te has saltado la línea...

«Como médico, no me puedo imaginar lo que están viviendo todos estos doctores y las decisiones que se ven obligados a tomar»

Recuerdo ir con los brazos bien arriba y una bandera blanca y de puntillas, tenía miedo de que por mi baja estatura no me vieran y me dispararan. Nunca podré olvidar el miedo que sentí ese día. Hasta la edad adulta no he sido consciente del profundo trauma que ese episodio me generó. Cada vez que crees que ha pasado lo peor, ocurre algo peor aún. El trauma nunca acaba.

¿Cómo describiría la situación en Cisjordania?

La gente cree que Cisjordania es un lugar seguro. Pero no lo es. Solo desde el 7 de octubre, 228 palestinos han muerto por ataques del Ejército o de colonos y 3.130 han sido detenidos. Los estudiantes no pueden ir a la escuela por los check-points y por las restricciones de movimiento. Todo palestino es objetivo en Cisjordania. La situación es extremadamente peligrosa. Vivimos en un clima de terror total. Solo queremos vivir en nuestra tierra. Estamos muy cansados de todo esto. Si todo esto no es una limpieza étnica, no sé qué será.

Apelo a la comunidad internacional a que haga algo, a los periodistas a que informen con veracidad y transparencia y muestren nuestro sufrimiento. Pido alzar la voz contra estas atrocidades y desempeñar un rol activo ayudando a los palestinos a lograr su libertad. Es el único camino.