La COP28, la mayor y más importante reunión mundial para abordar la emergencia del calentamiento global, arrancará este jueves en Dubai, una cumbre determinante para el futuro climático y energético del planeta, donde decenas de líderes globales y miles de activistas, expertos, científicos, industriales y sociales buscarán soluciones a esta crisis.
Esta 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) llega con una miríada de temas de la agenda climática en busca de decisiones que impulsen a sus 198 integrantes (países, entidades soberanas y organizaciones regionales) hacia un futuro climático «dentro de los márgenes compatibles con la vida».
Son decenas los jefes de estado y gobierno que han confirmado su presencia los días 1 y 2 de diciembre, agrupados bajo la denominada Cumbre de Acción Climática Mundial, que abrirá el camino a varios días de debates y discusiones a puerta cerrada de técnicos y expertos oficiales.
La alta política regresará a la reunión en los últimos días, cuando se tendrán que tomar decisiones que darán forma a la esperada resolución final.
Los temas clave
Los temas de alto calado no son menores: acordar un abandono progresivo de los combustibles fósiles, asegurar la financiación suficiente para una transición justa y ver cómo mantener «vivo» el objetivo de calentamiento global recomendado por la ciencia en un contexto de creciente falta de confianza en los compromisos de los gobiernos, así como entre los países ricos y el Sur Global.
La reunión, considerada especialmente relevante este año, llega cuando los expertos en diplomacia climática ven necesario «corregir la dirección» de la acción climática actual, que según puso de manifiesto el Balance Global –un informe de la ONU publicado en septiembre– está muy por detrás de lo que sería necesario para no traspasar el umbral de seguridad que marca la ciencia para un futuro climático aceptable. La conclusión de este balance se prevé que tenga lugar en Dubai.
Más allá de la política, también se cuentan por centenares los líderes sociales, ambientales, empresariales e industriales que estarán en la ciudad de Emiratos Árabes Unidos (EAU) hasta el día 12 de diciembre, fecha límite de una reunión que nació como un encuentro eminentemente técnico, político y diplomático y ha devenido en un encuentro a medio camino entre una feria comercial y una concentración política.
Centenares de foros, mesas redondas, presentaciones, discusiones, charlas y eventos de todo tipo están previstos para estos días, a los que se espera que asistan decenas de miles de personas.
Polémica por los intereses del anfitrión
Este año, además, la reunión llega marcada por la polémica de que el anfitrión y responsable de marcar los temas prioritarios de la agenda sea Emiratos Árabes Unidos, bajo el liderazgo de Sultan al-Jaber, presidente encargado de la COP28, ministro de Industria y director gerente de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC, en inglés).
Varios críticos ecologistas han expresado sus dudas sobre la posibilidad de que se obtengan resultados positivos de la reunión «que se juega en campo contrario», algo que se ha visto reforzado después de que una información publicada por la BBC revelara que el propio Al-Jaber usó su posición como organizador de la COP para buscar acuerdos de negocio petroleros y gas con casi una treintena de países.
La reunión tendrá lugar en Dubai, una ciudad-emirato ubicada en las costas del golfo Pérsico, rica por el petróleo, el gas, el turismo de lujo y la construcción de infraestructuras.
Al-Jaber ha negado estas acusaciones, ha destacado que defiende «una línea que califica de realista» y dice querer ser un puente entre el Golfo y los países que exigen la salida rápida del petróleo.
Pero los numerosos documentos revelados el lunes por el grupo de investigación Centre for Climate Reporting y la BBC lo ponen en duda.
Los documentos, transmitidos por un «denunciante», son informes destinados a Al-Jaber donde aparecían los temas que tenía que abordar con representantes de gobiernos extranjeros en reuniones que trataban sobre la COP. Esos informes contenían menciones a las dos compañías que dirige, Adnoc y la empresa de energías renovables Masdar, y se usaron en reuniones con casi 30 países.
En ellos se hablaba de la presencia de Adnoc y Masdar en el país en cuestión y de su potencial comercial, como en el caso de un proyecto de suministro de diésel y queroseno de Adnoc en Kenia o un proyecto petroquímico de Adnoc en Brasil.
«Esas acusaciones son falsas, incorrectas, inexactas», ha dicho Al-Jaber en Dubai, respondiendo a periodistas durante un evento en la sede de la COP28, la víspera de su inauguración.
«Es un intento de socavar el trabajo de la Presidencia de la COP28 (...). ¿Ustedes piensan que Emiratos Árabes Unidos o yo necesitamos de la COP o de la presidencia de la COP para establecer acuerdos o relaciones comerciales?», ha planteado.
«Nunca, nunca he visto estas formulaciones, nunca las he usado», ha afirmado. «A veces me dicen que tengo que hablar con los Estados y las compañías de petróleo y gas para presionarlos y a veces me dicen que no puedo hacerlo», ha agregado, en sus primeras declaraciones públicas sobre el tema.
La presidencia de la COP28 no ha puesto en duda la autenticidad de los documentos, que suponen un duro golpe para la imagen de Al-Jaber.
Durante dos semanas, negociadores de casi 200 países debatirán en público y en privado en Dubai si hay que mencionar explícitamente el petróleo y el gas en las decisiones oficiales, lo que ninguna COP ha logrado hasta la fecha.
Al Jaber fue sorprendido «con las manos en la masa», ha escrito en X la exjefa del Clima de la ONU, Christiana Figueres, comparando las revelaciones con el escándalo del diésel que afectó a Volkswagen en 2015.
Varios senadores estadounidenses, liderados por el demócrata Sheldon Whitehouse, que llevan meses denunciando la influencia de grupos de presión en la COP, consideran que estas revelaciones cuestionan «la integridad de toda la conferencia».
El climatólogo estadounidense Michael Mann ha pedido la renuncia inmediata de Al-Jaber o un boicot a la COP28.
No llegaron tan lejos las ONGs, muy involucradas en la COP, que después de meses de trabajo esperan decisiones históricas sobre asistencia financiera a países vulnerables.