La vía de negociación entre PSOE y Junts acordada en el proceso de investidura de Pedro Sánchez ha arrancado con una reunión este sábado en Suiza, con la facilitación de la fundación Henri Dunant, que tuvo un papel clave en el proceso vasco. Sobre la mesa están el reconocimiento nacional de Catalunya y su derecho a decidir, así como cuestiones fiscales.
Se ha tratado de de una «reunión de trabajo», no pública, por lo que no hay imagen de la misma y ni siquiera se ha precisado si ha participado Carles Puigdemont junto a sus compañeros de formación Miriam Nogueras y Jordi Turull.
Por parte del PSOE el interlocutor principal ha sido quien ya se reunió con Puigdemont para el acuerdo de investidura, el navarro Santos Cerdán, sentado junto a su colaborador Juan Francisco Serrano, un joven diputado de Jaén que también participó en la negociación previa.
En la escueta información facilitada tras el encuentro se indica que PSOE y Junts han acordado proponer al diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez como verificador internacional, según consta en la nota conjunta.
ACNUR, embajador y abogado
Galindo ha sido embajador de El Salvador en Colombia y antes en el Estado francés. Es abogado. Y destaca en su curriculum que ha sido el representante del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados en varios países latinoamericanos. No cabe olvidar que Puigdemont sigue siendo un exiliado, al menos hasta que se apruebe y aplique la Ley de Amnistía en marcha.
Galindo ya ha participado en la reunión de este sábado celebrada en Ginebra y «los dos partidos agradecieron su compromiso en poner a disposición de las partes su experiencia y su voluntad de contribuir a alcanzar la solución política y negociada al conflicto», dice el comunicado del PSOE.
Se añade que el diálogo «se ha desarrollado en un ambiente cordial y de trabajo, y se ha continuado avanzando».
En principio se estipuló una periodicidad mensual para estos contactos. El primero se ha demorado un par de días respecto al calendario previsto, que lo citaba en noviembre, aunque ello no ha generado tensiones.
La confidencialidad mantenida ha sido tal que los periodistas han acabado haciendo guardia en la sede del centro Henri Dunant en Ginebra como única opción posible, pero la reunión no ha tenido lugar allí.
El partido que lidera el Ejecutivo español también tiene otra vía de diálogo en Catalunya, con ERC pero canalizada en este caso a través de los dos ejecutivos: Gobierno y Govern.
Interpelación, escrache y Desokupa
Todo ello se desarrolla bajo la presión de la derecha española. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha instado a los portavoces en el Congreso, Senado y Parlamento Europeo a activar «cualquier mecanismo parlamentario para obligar al Gobierno» a informar de la reunión. Se espera una dura interpelación a Pedro Sánchez en el primer pleno de control de la legislatura.
Esta presión se quiere dirigir también a nivel de calle y personalizado. Así, la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, sufrió un escrache en el aeropuerto a su llegada a Suiza, donde algunas personas le gritaron «traidora» y «no vuelvas a España».
En Madrid el grupo ultra Desokupa ha colgado una lona gigante con el lema ‘Seguiremos limpiando las calles’ y un fotomontaje de Puigdemont preso junto a una urna del 1-O.