La consejera de Desarrollo Económico del Gobierno de Lakua, Arantxa Tapia, ha asegurado que en Michelin ha faltado «un poco de transparencia y un modelo más participativo y de confianza» y no cree que la «presión sindical» sea «el problema».
En una entrevista a ‘El Correo, recogida por Europa Press’, Tapia analiza el anuncio de que la dirección de la planta de Michelin en Gasteiz ha propuesto bajas incentivadas, medidas de movilidad geográfica y contratos relevo para el «excedente» de 150 trabajadores que considera que existe en la factoría, en la que se ha comprometido a no hacer despidos por causas relacionadas con el descenso de la producción en un plazo de seis meses.
En este sentido, la consejera asegura que hay «dificultades de mercado» y es verdad que el recorte que han planteado es «pequeño en términos relativos». «Pero vistas las cosas con perspectiva, tras la marcha de Amadeo Álvarez de la dirección, quienes han asumido la responsabilidad creo que no han entendido bien dónde se encontraban. Ha habido cambios sucesivos en la dirección», analiza.
Tras indicar que ha habido un director al que ni siquiera ella ha conocido, Tapia dice que «no es normal que el máximo responsable de una empresa no se relacione con la Administración». Michelin es la segunda factoría en tamaño de los tres herrialdes gestionados por Lakua.
«Creo que se ha dirigido desde la distancia. Pero también tengo que decir que, al menos es mi impresión, la actual dirección tiene otro talante. Sintonizar con el entorno es importante», considera.
«¿Son mayores los costes de mano de obra en el País Vasco que en Francia? Lo dudo», dice la consejera
Cuestionada por si una excesiva presión sindical ha empañado el clima en la empresa, la consejera no cree esta vez que «sea el problema sino que ha habido falta de entendimiento entre las partes».
«Eso que llaman en inglés 'misunderstanding'. Si solo tuviésemos esta multinacional en el País Vasco podía pensar que la presión sindical es el problema. Pero tenemos muchas multinacionales que han comprendido dónde están, el entorno y son competitivas con los mismos sindicatos. Creo que ha faltado un poco de transparencia y un modelo más participativo y de confianza», expresa.
Asimismo, afirma que Michelin siempre ha sido una empresa muy «dependiente de las decisiones que se adoptan en Clermont Ferrand». «Nunca ha hecho nada aquí en inversiones en I+D o nuevas implantaciones en Euskadi. Es una empresa especial. Y entre que ellos son especiales y nosotros también... pues la falta de entendimiento ha sido más evidente. ¿Son elevados los costes de mano de obra en el País Vasco y no en Francia? Lo dudo», añade.
Críticas del PP
El PP ha visto rápidamente en estas declaraciones una opción de recrear que el PNV está en un giro hacia la izquierda, como está sosteniendo tras su llegada a la presidencia en la CAV Javier de Andrés.
Así, Iñaki Oyarzábal, presidente del partido en Araba, ha hecho pública una nota en la que calificaba de «grave error la falta de empatía hacia la empresa que manifiesta hoy la consejera». Tilda sus declaraciones de «improcedentes, tratando de descalificar a la empresa y a sus directivos; justo lo contrario de lo que hay que hacer para buscar un clima de entendimiento, para buscar soluciones».
Oyarzábal insiste en que «en los últimos meses y días el discurso del PNV es indistinguible del de Bildu. Y el PNV está contribuyendo a crear un clima de inseguridad y de desconfianza hacia la empresa y hacia la industria, cuyas principales consecuencias las pagarán los
trabajadores. Resulta del todo incomprensible que una empresa como Michelín, una de las
más importantes de Álava, y que proporciona empleo a miles de trabajadores, reciba este trato del Gobierno Vasco».
El presidente del PP en Araba anuncia incluso una pregunta en el Parlamento de Gasteiz a Arantxa Tapia por estas manifestaciones.