Pello Guerra

La reforma fiscal navarra sale adelante con UPN votando en contra y centrado en su pataleta

El Parlamento de Nafarroa ha aprobado la reforma fiscal con los votos favorables de los socios de Gobierno, la abstención de EH Bildu y el voto en contra de las formaciones de la derecha, incluido el partido de Esparza llevado por su política de tierra quemada.

Esparza sigue las explicaciones del consejero Arasti sobre la reforma fiscal.
Esparza sigue las explicaciones del consejero Arasti sobre la reforma fiscal. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

La reforma fiscal de Nafarroa ha salido adelante con el rechazo de la derecha, incluido UPN, que, en comisión se había mostrado incluso dispuesto a apoyarla, pero que ha votado en contra dentro de su política de tierra quemada tras conocerse la moción de censura en Iruñea.

El encargado de defender la citada reforma ha sido el consejero de Economía y Hacienda, José Luis Arasti, quien ha señalado que «ha sido un trabajo concienzudo» y que tiene como primer objetivo «poner iniciativas fiscales que beneficien al mayor número de contribuyentes».

El consejero ha detallado que el proyecto de ley aprobado busca paliar, a través del IRPF, parte del efecto de la subida de los precios para que el contribuyente no pierda poder adquisitivo. La deflactación del IRPF será de un 4% para el presente año, para lo que se ha establecido que se aplique con efectos retroactivos desde del 1 de enero pasado, y un 3% se deflactará ya en 2024.

Se aplicará de manera lineal a todas las rentas, una opción a la que eran reticentes UPN, EH Bildu y Contigo-Zurekin, que eran partidarios de que esa medida se hubiese aplicado de forma progresiva teniendo en cuenta el nivel de ingresos.

Otra de las modificaciones que incluye consiste en que se eleva el mínimo personal y familiar que no se somete a tributación por el IRPF, aplicándose un 3% este año y el mismo tanto por ciento en 2024. También se beneficiarán de esta fórmula las familias monoparentales.

A través de una enmienda de EH Bildu aprobada en la Comisión de Economía y Hacienda, se incrementa la deducción por mínimo personal 150 euros extra, en lugar de 100, a quienes tengan unas rentas, incluidas las exentas, que no superen los 30.000 euros este año.

También a iniciativa de la coalición soberanista se ha aprobado que Nafarroa siga aplicando la medida temporal de elevar del 2% al 3,5% el impuesto a los patrimonios de más de 11 millones. De esta manera, se prorroga, al menos un año más, lo que en el régimen estatal es el Impuesto temporal a las Grandes Fortunas.

La reforma fiscal, además, llega al ámbito de la vivienda, terreno en el que se mejorará la deducción que se puede aplicar al inquilino por el alquiler de su domicilio habitual, manteniendo el límite de rentas en 30.000 euros. Se aumenta de 1.200 a 1.500 euros la deducción máxima por alquiler y de 1.500 a 1.600 para menores de 30 años.

Arasti ha recordado que se trataba de un proyecto que «contaba con un consenso muy mayoritario de esta Cámara, aunque ahora parece que la realidad va a ser otra. Lo que hace ocho días sonaba bien ahora es una mala sinfonía, aunque nada ha cambiado en el proyecto de ley», en referencia a que el cambio de postura de UPN es consecuencia de su pataleta por la moción de censura en Iruñea.

Críticas al cambio de postura de UPN

A continuación se han iniciado las intervenciones de los grupos parlamentarios, algunas de las cuales han estado centradas en un cruce de reproches, más que en la materia en cuestión: los cambios fiscales.

Así, desde el PSN, Ainhoa Unzu ha recordado que la reforma «contiene aportaciones de UPN, pero votará en contra porque, lejos de apoyar las necesidades de todos los navarros y navarras, les dejará tirados», y le ha pedido que «su frustración no la paguen los navarros y no se convierta en invitaciones al odio. Gestionen la frustración con madurez democrática».

Unzu ha señalado que las medidas recogidas en el proyecto de ley «ayudan al conjunto de la sociedad navarra» buscando «aliviar la presión fiscal de todos los bolsillos», aunque también la recaudación «para fortalecer los servicios públicos y busca la cohesión social». «Pero se oponen porque saben muy bien oponerse a todo», ha añadido.

Mikel Asiain, de Geroa Bai, ha reconocido que «se masca una gran tensión en esta sesión» y ha reconocido que con el proyecto de ley, «no hacemos ninguna revolución con estas medidas. No es la deflactación que más nos gusta, ya que hubiéramos preferido una progresiva, pero es una medida apropiada e imprescindible».

Y también ha reprochado a UPN su cambio de actitud, ya que «hace una semana era meridianamente buena como para abstenerse y ¿hoy es tan rematadamente mala para votar en contra?».

Por Contigo-Zurekin, Miguel Garrido ha afirmado que la ley «es enormemente positiva» y ha destacado el «incentivo claro para que la sociedad pueda tener un acceso asequible a una vivienda», aunque también ha señalado que «es ineludible que nuestro sistema fiscal necesita una reforma en profundidad con mayor justicia fiscal», por lo que buscará que en 2024 «se puedan analizar reformas que mejoren la progresividad».

Esparza habla de una «nueva casta»

En el turno en contra, ha tomado la palabra el portavoz de UPN, Javier Esparza, quien ha continuado con su política de tierra quemada al votar en contra de un proyecto de ley para el que había llegado a anunciar al menos su abstención.

Ha culpado al PSN del cambio del sentido de su voto señalando que «el PSN ha dinamitado todos los puentes con UPN evitando un diálogo sincero, excluyéndonos. Solo creen en su modelo, una Navarra socialista y abertzale. Han creado una nueva casta que tiene derecho a mentir, a excluir a quien piensa distinto. Que tengan claro que no nos vamos a callar. Pretenden triturar el pensamiento del 40% de los navarros».

Ha insistido en llamar «terroristas» a EH Bildu y ha calificado de «ofendiditos» al PSN tras haberles calificado la semana pasada de «escoria», añadiendo que entre ambos partidos «están construyendo una especie de dictadura progresista».

Ha concluido indicando que iban a votar no a la reforma fiscal, porque «nos han faltado al respeto, nos han insultado y mentido», y añadiendo que «no van a estar siempre, saldrá el sol y Navarra recuperará la dignidad que nunca debió perder».

EH Bildu ha mantenido la abstención que había anunciado, ya que, como ha señalado su portavoz, Adolfo Araiz, «estas medidas van en la buena dirección». Aunque ha compartido las críticas que se han realizado desde el sindicalismo abertzale a esta reforma, ha considerado que no podían «brindar un triunfo a la derecha, que solo quiere y piensa en bajar impuestos».

Y ha puesto el acento en que «hay mucho margen para recaudar» en Nafarroa, como han puesto de relieve las centrales sindicales al señalar que si tuviera la presión fiscal de la UE, se podría haber recaudado 2.000 millones de euros más.

Como otros grupos, ha considerado «imprescindible iniciar un debate de política fiscal con un reparto justo, una reforma fiscal justa, progresiva e integral».

Y ha calificado los insultos del portavoz de UPN hacia su formación de «pura propaganda» y le ha señalado a Esparza que a EH Bildu «le viene bien que siga» al frente de UPN, porque su estrategia les está llevando a la «irrelevancia política».

Por su parte, Irene Royo, por el PP, ha recordado que no se aceptó ninguna enmienda de su partido a la reforma fiscal y ha calificado el proyecto de «insuficiente para la complicada situación de Navarra, ya que perdemos la oportunidad de dotarle de mecanismos para afrontar crisis. Se pierde la oportunidad de aprobar una reforma fiscal que, como reconocen, es ineludible. Entonces, ¿por qué traen meras modificaciones?».

Finalmente, la reforma fiscal se ha aprobado con el apoyo de PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, y la abstención de EH Bildu, frente al voto negativo de la derecha, UPN incluido.

De hecho, una vez que había decidido cambiar el sentido de su voto, la formación de Esparza ha retirado su propuesta para que se aprobara el Texto Refundido de la Ley Foral del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Esta iniciativa buscaba que se estableciera una deflactación automática del IRPF cuando el IPC sea superior al 2%.

Pero después de rechazar la aplicación de esa deflactación incluso para dos años, como recoge la reforma fiscal aprobada, ha preferido quitarla del orden del día del pleno parlamentario.