El Museo de Bellas Artes de Bilbo tiene el año 2025 en el horizonte, concretamente a mediados de año, como fecha prevista de reapertura una vez finalizadas las obras de ampliación y remodelación por el no exento de polémica proyecto ‘Agravitas’ del famoso arquitecto británico Norman Foster. Cara al 2024, la pinacoteca ha adelantado los contenidos expositivos de este 2024..
Un núcleo central se dedicará a celebrar varios centenarios, como son la apertura del primer Museo de Arte Moderno de Bilbo en 1924 y el nacimiento de dos de las personalidades más relevantes del arte vasco contemporáneo: Néstor Basterretxea y Eduardo Chillida.
Junto a ello, se dará continuidad a los programas de Videoarte con la Fundación BBVA, La Obra Invitada con la Fundación Santander y al programa Iberdrola-Museo de Conservación y Restauración. Finalmente, dentro de la línea de investigación sobre el coleccionismo iniciada hace unos años, una cita especial del año será la exposición dedicada al mecenazgo artístico de la familia Sota, gracias a la colaboración especial de BBK.
Hasta otoño, lo que llegará a Bilbo
El calendario de exposiciones hasta otoño arrancará con ‘Out of Control. Reports on the Atomic Bomb’ (24 de enero a 2 de junio), el resultado de un encargo especial a la videoartista Beatriz Caravaggio. Con un lenguaje minimalista y desde un ángulo diferencial respecto a las numerosas obras existentes sobre el arma atómica, esta creación fílmica desarrolla la paradoja existente entre la capacidad de penetración analítica y control característica de las prácticas científicas y el latente descontrol que resulta de su aplicación en ausencia de diálogo y debate sobre consideraciones de naturaleza ética, cívica y medioambiental.
‘Néstor Basterretxea. Diseño y arquitectura’ (26 de febrero a 26 de mayo) se centrará en los proyectos y realizaciones de Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924-Hondarribia, 2014) en esas dos disciplinas creativas a partir de los años 50 y a lo largo de su extensa trayectoria. Comisariada por Pedro Feduchi, Pedro Reula y Peio Aguirre, reunirá collages arquitectónicos, piezas de diseño industrial y gráfico, mobiliario, la memoria documental de la casa-taller de Irun construida junto con Oteiza y Vallet, ‘volumetrías’ arquitectónicas de carácter utópico en papel, maquetas de arquitectura y urbanismo, fotografías… más de un centenar y medio de piezas del ‘caleidoscopio Basterretxea’, algunas radicales, muchas pioneras y no todas realizadas.
La Obra Invitada del próximo año (12 de marzo–16 de junio) continúa su seña de excepcionalidad trayendo al museo obras como la ‘Rodela del Juicio de Paris’ y otros objetos de armería histórica suntuaria procedentes de la Real Armería del Patrimonio Nacional (Madrid), que fueron producidos en la ferrería navarra de Eugi, adquirida por Felipe II durante el siglo XVI.
‘Entreacto 1924-1945’ (desde el 4 de junio) conmemorará el centenario de la inauguración, en 1924, del Museo de Arte Moderno de Bilbo, dirigido entonces por el pintor Aurelio Arteta. Años después, en 1945, se alojaría en el edificio del Museo de Bellas Artes, donde las colecciones de ambas instituciones terminarían por fusionarse.
La exposición se extenderá en 16 salas con obras de arte y documentación, en buena parte inédita, que profundizarán en acontecimientos clave de la historia del museo, como adquisiciones de obras emblemáticas, las primeras exposiciones o la evacuación de fondos durante la Guerra Civil. Además, propiciará la edición de la exhaustiva investigación sobre el tema realizada por el profesor de la UPV/EHU Mikel Onandia.
‘La familia Sota. Arte y mecenazgo’ (18 de junio-13 de octubre) centrará su interés en el coleccionismo histórico a través de una reconstrucción –comisariada por Javier Novo, coordinador de Conservación e Investigación– que dará a conocer medio centenar de obras relevantes de este conjunto artístico excepcional iniciado por el empresario bilbaíno Ramón de la Sota y Llano (1857-1936). El extraordinario ‘Vuelo de brujas’ de Francisco de Goya, cedido para la ocasión por el Museo del Prado, actuará como un eje cronológico entre las obras de Cornelis van der Voort, el Greco, Luis de Morales, Eduardo Zamacois, Anselmo Guinea, Adolfo Guiard, Ignacio Zuloaga, Darío de Regoyos, Francisco Iturrino, Antonio de Guezala o Aurelio Arteta, entre otros.
‘Chillida/Ortega Muñoz’ (desde el 26 de junio) cerrará el programa de exposiciones rotativas BBKateak con tres salas dedicadas a las sugestivas analogías formales entre Eduardo Chillida y Godofredo Ortega Muñoz propuestas por el historiador Javier González de Durana. Este cara a cara recuerda que la primera exposición individual de Ortega Muñoz tuvo lugar en el museo de Bilbo en 1957 y que un año más tarde Chillida obtendría el Gran Premio Internacional de Escultura de la Bienal de Venecia. Se suma, además, a la celebración del Centenario Chillida, que el museo prologó en marzo con el préstamo a Chillida Leku de la escultura monumental ‘Lugar de encuentros IV’ (1973).
Patrocina BBK
En cuanto a las exposiciones itinerantes, están previstas la titulada ‘Arte para Tocar’ –durante el curso escolar, de enero a junio, este programa pionero ofrecerá a los centros educativos de Araba una experiencia de sensibilización y accesibilidad para personas con discapacidad visual– y ‘La Ruta del Arte BBK’, que saldrá de nuevo al encuentro de los visitantes en espacios públicos. Esta vez, las reproducciones en alta calidad de obras de arte de la colección estarán inspiradas por el tema ‘La infancia en el arte’.
Récord en Tabakalera
Respecto al 2023 que cerramos ahora, el museo recuerda que el reto mayor planteado ha sido el de mantener abiertas sus puertas y ofrecer un intenso y atractivo programa de actividad para distintos públicos. Lo han visitado más de 190.000 personas, lo que significa un incremento de en torno al 26% con respecto al año anterior. El porcentaje de visitantes foráneos se sitúa en el 66%.
Destaca también que las limitaciones espaciales a causa de la obra «han sido asumidas por el museo como una ocasión única para mostrar sus colecciones en otros centros artísticos». La exposición ‘That Time’, por ejemplo, ha llevado una amplia selección de obras a Tabakalera, en Donostia, donde ha logrado el récord de visitantes (40.000) de ese centro de arte y cultura contemporáneas.