Periodista / Kazetaria

Myanmar supera a Afganistán como mayor productor mundial de opio

Myanmar ha superado a Afganistán como principal productor de opio, según datos aportados por la Oficina contra la droga. El valor en el mercado de los negocios vinculados a esta sustancia creció en ese país entre mil y dos mil millones de euros, el equivalente a entre un 1,7% y 4,1% de su PIB.

Fotografía tomada en 2019 en Hopong, Myanmar, donde aparece un campesino trabajando en un campo de amapolas.
Fotografía tomada en 2019 en Hopong, Myanmar, donde aparece un campesino trabajando en un campo de amapolas. (AFP)

La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) anunció la semana pasada que Myanmar ya había superado a Afganistán como el principal productor mundial de opio. Este cambio significativo sigue al colapso productivo en el país centroasiático después de la toma de poder por parte de los talibanes, según el informe presentado en Bangkok sobre el opio en el sudeste asiático.

El informe, titulado ‘Sobre el opio en el sudeste asiático 2023: Cultivo, producción e implicaciones’, destaca la necesidad urgente de abordar estos factores subyacentes para contrarrestar el preocupante aumento en la producción de esa sustancia en la región. El documento revela un aumento del 18% en el cultivo de opio en Myanmar durante 2023, alcanzando unas 47.100 hectáreas estimadas, en comparación con las aproximadamente 11.000 cultivadas en Afganistán.

ONUDD atribuye este aumento a factores como la pobreza, la inestabilidad política y de seguridad, así como la falta de instituciones sólidas y servicios públicos en Myanmar.

Incremento de beneficios

En un giro revelador, mientras en Myanmar se registraba un aumento significativo en el número de nuevos agricultores dedicados al cultivo de opio, en Afganistán, históricamente el mayor productor mundial, se experimentaba un marcado declive. Este cambio se produjo después de que los talibanes tomaran el poder y emitieran una prohibición total sobre el cultivo de cualquier flor que pudiera ser utilizada para la producción de heroína.

En Myanmar, los campesinos que se dedican al cultivo de la adormidera han experimentado un notable incremento en sus beneficios. Este ascenso se ha logrado mediante un aumento del precio de la planta, alcanzando los 356 dólares por kilogramo de opio seco.

Además, se ha observado un aumento significativo en el rendimiento, que ha pasado de catorce kilogramos por hectárea el año anterior a 19,8 kilogramos por hectárea en 2023.

No obstante, el lucrativo mercado ilegal de opio presenta una dinámica distinta. Las mayores ganancias no recaen en los campesinos, sino en grupos criminales que transforman esta sustancia en heroína y la exportan a diversos países de la región, llegando incluso hasta Australia. Este fenómeno plantea desafíos significativos en el control de la cadena de producción y distribución del opio en Myanmar.

Fue líder de producción en los 90

Este país ha recuperado por tanto su posición como principal productor de opio, siendo exportadas entre 58 y 154 toneladas de heroína el año pasado, con un valor total estimado que se sitúa entre 774 millones y 2.041 millones de euros. Myanmar, que fue la principal productora de opio en los años 1990, había experimentado una disminución en la producción en los últimos años, alcanzando un mínimo de 29.500 hectáreas cultivadas en 2020. Durante este período, el tráfico de metanfetaminas aumentó significativamente.

El país ha recuperado su posición como principal productor de opio, siendo exportadas entre 58 y 154 toneladas de heroína el año pasado

La producción de opio ha experimentado un repunte desde que los militares tomaron el poder en 2021, exacerbando los conflictos en curso con guerrillas étnicas y nuevas milicias prodemocráticas. De todos modos, la producción todavía no ha alcanzado el pico de 2013, cuando se estimaba que había alrededor de 58,000 hectáreas cultivadas en tierras.

Las fuerzas armadas, bajo las órdenes del gobierno militar birmano, y los grupos armados encabezados por la oposición prodemocracia acordaron hace unos días un alto el fuego temporal y el mantenimiento del diálogo gracias a la mediación del Ejecutivo chino. Así lo anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores del gigante asiático, precisando que las negociaciones fueron acogidas por China.

Sin embargo, la Alianza de las Tres Hermandades (Tba) formada por el Ejército de Arakan (AA), el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar (MNDAA) y el Ejército de Liberación Nacional de Ta’ang (TNLA), reiteraron el 13 de diciembre su intención de derrocar «la dictadura» en Myanmar, sin mencionar un alto el fuego ni conversaciones de paz.

La novedad de la última ofensiva viene dada por un nivel de coordinación sin precedentes y el uso de drones comerciales para atacar objetivos, como infraestructuras y camiones para el transporte de mercancías. La ofensiva de las milicias étnicas de Myanmar contra las fuerzas armadas que apoyan al gobierno militar ha empujado a miles de personas hacia India.

Según los últimos datos de la Oficina de Naciones Unidas Para Asuntos Humanitarios (OCHA), actualizado al 22 de noviembre, la reciente escalada del conflicto ha provocado más de 286.000 desplazados internos, en un país que ya contaba con más de dos millones, y un número indeterminado de refugiados al exterior.