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El Banco de ADN permite identificar a un segundo preso fusilado tras intento de fuga de Ezkaba

El Banco de ADN del Gobierno navarro ha logrado identificar los restos de Tomás Nache, anarcosindicalista andaluz que fue fusilado tras un intento de fuga del fuerte de San Cristóbal. Es la segunda identificación que se logra de los 21 cuerpos exhumados del cementerio de Berriozar.

Imagen de las exhumaciones de Berriozar.
Imagen de las exhumaciones de Berriozar. (NAFARROAKO GOBERNUA)

El Banco de ADN del Gobierno navarro ha logrado la identificación de Tomás Nache Guzmán tras el análisis de los restos exhumados en el cementerio de Berriozar en marzo de 2022. Se trata de la segunda identificación de los veintiún presos fusilados en noviembre de 1936 y se enmarca dentro del Plan de Exhumaciones del Instituto Navarro de la Memoria.

«Se trata de un anarcosindicalista preso en el penal del fuerte de San Cristóbal que, junto a una veintena de compañeros, fue asesinado en lo que se considera como escarmiento ante un supuesto intento de fuga fallido en 1936». Posteriormente se produciría la fuga masiva de mayo de 1937, saldada con una auténtica masacre: más de 200 personas muertas.

«Es la segunda identificación en este lugar, tras la de José Creagh Lecároz, lograda hace unas semanas», explica el Gobierno navarro en una nota.

Natural de Almería, miembro de la CNT

Tomás Nache, miembro de la CNT, tenía 22 años, era natural de Almería y carpintero de profesión. Ingresó en el fuerte de San Cristóbal el 22 de junio de 1936, y, según el investigador Fermín Ezkieta, participó en un intento de evasión el 27 de julio de 1936. El 1 de noviembre de ese año fue ejecutado extrajudicialmente con otros veinte presos en el penal. Tras su muerte, fueron trasladados al cementerio de Berriozar, donde una placa instalada por la asociación Txinparta-Fuerte de San Cristóbal en 2009 recuerda sus nombres.

En marzo de 2022, y en el contexto del Plan de Exhumaciones del Gobierno navarro, el Instituto Navarro de la Memoria, de la Dirección General de Memoria y Convivencia, abordó la exhumación del cementerio de Berriozar a partir del informe presentado por la asociación Txinparta tras contrastar informaciones fiables en torno a la localización de la fosa común. Fueron localizados 21 cuerpos, con indicios evidentes de haber muerto por arma de fuego.

Esta es la segunda identificación que ha podido certificarse, gracias a la colaboración de sus familiares. Por ello, desde el departamento de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, se hace especial hincapié en la importancia de contar con muestras de ADN que cotejar con los cuerpos hallados en ese lugar pendientes de identificación, ya que faltan muestras genéticas de familiares de varios de estos presos.