Teoría y técnica de los «cine-panettoni»
Se cumplen 40 años de ‘Vacanze di Natale’, primera de una larguísima serie de películas ambientadas y estrenadas en Navidad. Son obras totalmente estereotipadas pero al mismo tiempo supertaquilleras, e inimitables en su italianidad. El productor, siempre Aurelio De Laurentiis, dueño del Nápoles.
¡Cómo mola a los italianos juntar dos de sus grandes pasiones: la comida y el cine! Existen los spaghetti-western de Sergio Leone, Sergio Corbucci o las primeras pelis de la dupla Bud Spencer-Terence Hill, ídolos para Quentin Tarantino. Y existen también los cine-panettoni, obras que por contra, ¿por suerte o por desgracia?, no han tenido todavía imitadores.
Se trata de películas que algunos críticos han comparado al neorrealismo, pero ciertamente con un tono mucho más ligero y divertido, y que figuran entre las más taquilleras de la historia en el Belpaese. El primero de estos cine-panettoni, ‘Vacanze di Natale’ (‘Vacaciones de Navidad’) cumple en estos días 40 años y se está celebrando por todo lo alto.
Cortina d'Ampezzo
Los ingredientes de los cine-panettoni son muy sencillos. Empezando por la ambientación navideña y su estreno en la semana del 25 de diciembre, cuando la gente puede ir más al cine. Y siguiendo por lo evidente, el panettone, el típico bollo de este periodo.
El verdadero secreto del éxito de estas pelis tiene que ver con el contraste de mundos, norte versus sur de Italia, o mejor dicho, Milán contra Roma. A partir de ello hay un cruce de historias con varios protagonistas, con un toque a veces sentimental y a veces escandaloso, un fondo de traiciones o de amores efímeros. El desarrollo de los personajes es mínimo y lo más importante son los chistes, que tienen que quedar en la memoria. Y para terminar, una buena banda sonora (normalmente el éxito del momento) y una ubicación algo espectacular.
El «Gordo» le cayó a Cortina d’Ampezzo, un sitio muy caro que paradójicamente acabó siendo muy popular
En este último caso el «Gordo» desde el principio le cayó a Cortina d'Ampezzo. El primer ‘Vacanze di Natale’ es de 1983 y está ambientado en «la perla de las Dolomitas». Realmente no necesitaba más publicidad, pero a partir de aquella peli se ha convertido en el lugar por excelencia del turismo invernal y navideño, ganándole la partida a Courmayeur (en Valle d'Aosta) o a Saint Moritz (en Suiza). Un modo de turismo teóricamente no asequible para todos, y más siendo Cortina una ciudad carísima, pero que gracias a la gran pantalla se ha hecho paradójicamente muy popular.
Escoger a la perla de las Dolomitas, sin embargo, no fue una casualidad. El director de ‘Vacanze di Natale’, Carlo Vanzina, y el guionista, su hermano Enrico, conocían aquel lugar perfectamente por varias razones: la más importante, haber visto desde cerca toda aquella fauna de turistas gracias a las varias navidades pasadas en Cortina con su padre Stefano, más conocido con su nombre artístico de Steno. Ese fue un importantísimo cineasta, un verdadero artesano de la gran pantalla, representante máximo de la commedia all'italiana, obras que eran hijas directas del neorrealismo pero con ambientaciones mucho menos tristes, fotografías de una Italia que en la década de los 50-60 estaba cambiando, enriqueciéndose y desarrollándose a pesar de mantener los mismos problemas de antes.
Los Vanzina, romanos y de familia bastante acomodada, respiraron cine desde que llevaban pantalones cortos. Conocían a todos los colegas de su padre Steno y para ‘Vacanze di Natale’ se inspiraron claramente en una peli de aquel género, de commedia all'italiana: ‘Vacanze d'inverno’, de 1959. En 1983 acababan de tener otro éxito, ‘Sapore di mare’, una versión veraniega del primer cine-panettone, y el productor les impuso una versión invernal con prácticamente los mismos actores.
El nombre de aquel productor es un viejo conocido en la sociedad italiana: Aurelio De Laurentiis. Hoy en día es sobre todo el propietario del equipo de fútbol del Nápoles, último triunfador en la Serie A. Pero por aquel entonces se trataba solamente el joven sobrino del todopoderoso Dino De Laurentiis, empresario que se había hecho un nombre en Estados Unidos llegando desde Italia y petándola en las taquillas con pelis como ‘King Kong’ o ‘Flash Gordon’.
Una saga que se ha estancado
Después del primer ‘Vacanze di Natale’, que se estrenó el 23 de diciembre de 1983, llegarían otros 17 cine-panettoni. Una definición que no fue inmediata, sino inventada por unos periodistas en 1997, cuando ya se notaba un cierto cansancio en las críticas más que en las taquillas. De hecho, la estructura de estas pelis nunca había cambiado; como mucho, la ambientación, que muy pronto pasó de Cortina a otros lugares, según el momento.
Así, se han grabado cine-panettoni en Aspen, en Colorado (‘Vacanze di Natale 1995’), en Miami, en Nueva York y hasta en India y en Sudáfrica, en el año de la Copa del Mundo de fútbol, en 2010. El último ha sido en 2011, una vuelta espectacular a la perla de las Dolomitas para ‘Vacanze di Natale a Cortina’, con el director Neri Parenti, que ya hace tiempo había sustituido a los Vanzina, los verdaderos inventores de este género, no por casualidad definido también como vanzinadas.
Si miramos en la clasificación de las 50 pelis más taquilleras en la historia de Italia, incluidas las megaproducciones de Hollywood, encontramos que seis, una barbaridad, son cine-panettoni. Y si los últimos han sido realmente para olvidar, es cierto que sobre todo el primero mantiene todavía su encanto. Hay frases y chistes que se han quedado en la memoria tanto de las viejas como de las nuevas generaciones, gracias en primer lugar a una especie de tradición de consumo entre padres e hijos, y también a través de las redes sociales.
«Alboreto is nothing!»
La sociedad quizás ha cambiado en cuatro décadas, pero por alguna razón de ser, la diferencia entre los milaneses trapicheadores y los «macarras» romanos (dibujados así por unos romanos como los Vanzina), así como aquellos amores fugaces, se han quedado para siempre. Y cuando hay una ocasión propicia para ello, resultan fáciles de entender y evocar de nuevo los chistes de aquellos protagonistas.
Entre los más conocidos, sin duda el que pronuncia el personaje de Donato Braghetti, ricachón pijo cuando llega al hotel en coche desde el centro de Milán: «Via Della Spiga – Hotel Cristal di Cortina 2 horas, 45 minutos y 27 segundos. Alboreto is nothing!». Michele Alboreto era el piloto de Fórmula Uno italiano más conocido en 1983, utilizado para representar el típico gallito que saca pecho con su mujer (la actriz Stefania Sandrelli, mítica representante ella también de la commedia all'italiana). Por cierto, desde Milán hasta Cortina se necesitan realmente casi 5 horas.
Entre las 50 películas más taquilleras de la historia de Italia, superproducciones de Hollywood incluidas, 6 son ‘cine-panettoni’, una barbaridad
Como olvidar, para terminar, la frase, casi una sentencia, de otro personaje icónico como el abogado Giovanni Covelli, que después de haber celebrado el 25 diciembre sin muchas ganas, exclama cínicamente: «Por fin nos hemos quitado también esta Navidad de enmedio». La frase resulta en realidad un poco más cruda, enunciada con un acento romano muy fuerte, pero el sentido es el mismo, y el efecto cómico resulta espectacular.
La verdad es que ‘Vacanze di Natale’ es un resumen de todos los grandes éxitos anteriores del cine italiano porque muchos actores habían estado en otras obras maestras o eran hijos de verdaderos mitos: además de Stefania Sandrelli, en el casting figura Christian De Sica (hijo de Vittorio, maestro del neorrealismo y ganador 4 veces del Premio Oscar con ‘Sciusciá’, ‘Ladri di biciclette’, ‘Ieri, oggi e domani’ e ‘Il giardino dei Finzi-Contini’), Antonella Interlenghi (hija de Franco, protagonista en obras del mismo Vittorio De Sica y de Federico Fellini) y Mario Brega, el típico villano en los spaghetti-western de Sergio Leone.
Para celebrar el 40 cumpleaños de ‘Vacanze di Natale’ este próximo 30 de diciembre en cientos de cines italianos, desde Sicilia hasta Turín, se podrá ver de nuevo la peli, restaurada. En algunas ciudades todas las entradas puestas a la venta en internet se han agotado en pocos minutos. «A la gente le gusta esta peli porque los personajes son verdaderos, tienen un valor casi sociológico. A nosotros se nos ha ido un poco de las manos, pero está bien», ha dicho Enrico Vanzina, recordando también a su hermano Carlo, fallecido en 2018.