El primer largometraje escrito y dirigido por Moisés Martín. Se trata de una comedia de enredos protagonizada por un reparto coral encabezado por Goya Toledo, Pastora Vega, Alex Peral, Julia Fernández, Carlos Hipólito y Lolita Flores, entre otros.

Con una puesta en escena con un marcado carácter autoral y una estética colorista que bebe del technicolor de las comedias clásicas, esta película incluye a una actriz trans (Julia Fernández) que interpreta a un personaje cis y a una actriz cis (Diana de María) que interpreta a un personaje trans.

Mucha laca y alegría

Según nos descubre su sinopsis, a sus cuarenta y tantos, Juana está cansada de trabajar de peluquera. Por casualidad, descubre el delito de unos clientes y decide chantajearles. Pero ellos tienen otros planes, que incluyen una boda para escurrir el bulto y culpar al novio.

Cuando Juana descubre esta trama, orquesta un plan con la ayuda de una esteticista y una pitonisa. Todo se complica cuando entra en juego una persona que padece esquizofrénia con licencia de armas.

Según el cineasta malagueño, «se trata de una historia de deudas pendientes. Una de esas historias que nacen entre madres e hijas y que impiden seguir adelante anclándote en un lugar poco saludable. La película dibuja las relaciones entre padres e hijos de un modo venenoso y grotesco, a veces incluso caricaturesco, para hablar de una nueva forma de maternidad, una más sana y libre que se aleja del concepto de familia mediterránea y propone uno más actual y posmoderno en un universo lleno de secadores de pelo, rulos y laca… mucha laca».