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Attal achaca la crisis agrícola a «competencia desleal» mientras intenta blindar París

La protesta de los agricultores amenaza este lunes con colapsar las entradas a París, una vez consideradas insuficientes las medidas del primer ministro Attal, que culpa ahora a la «competencia desleal» de otros socios europeos como Italia o el Estado español.

Agricultores de la FNSEA, cortando el tráfico en la A63 en Lapurdi el pasado martes.
Agricultores de la FNSEA, cortando el tráfico en la A63 en Lapurdi el pasado martes. (Guillaume Fauveau)

Bajo presión por un anunciado corte a los accesos a París de parte de los agricultores este lunes, el Gobierno francés del europeísta Emmanuel Macron apunta ahora a «la competencia desleal» de socios de la UE como el Estado español e Italia.

A 24 horas del posible bloqueo de la capital, el primer ministro recientemente designado por Macron, Gabriel Attal, ha pronunciado este domingo un discurso dominado por palabras como «independencia» y «soberanía» en el que también cuestiona el funcionamiento de la UE.

«Vamos a seguir avanzando para luchar contra la competencia desleal. A nuestros agricultores se les imponen reglas (fitosanitarias) que a otros no», ha criticado Attal, en una alocución pronunciada poco después de visitar una explotación agrícola en Indre-Loire.

El jefe de Gobierno cita que al menos 40 % de las frutas y verduras se importan (sobre todo de los dos estados citados) por el freno productivo que supone para el Estado francés ciertas reglas medioambientales adoptadas en su legislación y pone énfasis en que propondrá a sus socios comunitarios «más medidas» para blindar la soberanía alimentaria francesa.

«Hay que avanzar a nivel europeo e iremos viendo producto por producto», ha avanzado.

¿Mercado común en cuestión?

Las declaraciones de Attal, que integra un gobierno considerado pro-UE, llaman la atención pues, a falta de que se perfilen esas nuevas medidas, podrían poner en cuestión el propio funcionamiento del mercado único del bloque comunitario.

No obstante, en una entrevista al canal BFMTV, el ministro de Agricultura de Francia, Marc Fesneau, ha descartado «un cierre de fronteras» para productos españoles o italianos como ha demandado la ultraderecha, porque sería contraproducente para la propia industria agrícola francesa si los países vecinos hacen lo propio.

Durante los más de 10 días que se extiende esta revuelta, muchos de los manifestantes se han quejado de la entrada de productos agrícolas llegados especialmente de la frontera sur, pues consideran que representan una competencia desleal por su bajo precio y que sus estándares medioambientales son peores que los franceses.

Poco antes de su discurso, Attal, quien ya había anunciado el viernes varias medidas para calmar el sector, ha acudido de nuevo a una explotación agrícola con la esperanza de desactivar una protesta que había dado los primeros signos de desinflarse el sábado.

La amenaza sindical

Sin embargo, ni la Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA) ni la de Jóvenes Agricultores (JJAA) de la región parisina han dado su brazo a torcer y anunciaron que van a bloquear los accesos a la capital «de manera indeterminada» a partir de este lunes a mediodía.

Otra organización, Coordinación Rural, aseguró que viajarán a París con la meta de bloquear el mercado internacional de Rungis (afueras), considerado el mayor de productos frescos en el mundo.

El Ejecutivo se ha mostrado especialmente cauto a la hora de enviar efectivos policiales para disipar las protestas, que juzga pacíficas aunque se bloqueen infraestructuras públicas.

Sin embargo, ante posibles cortes a las entradas a París, de sus aeropuertos internacionales y de Rungis, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha pedido a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que pongan en marcha «un notable dispositivo defensivo para impedir cualquier tipo de bloqueo».

De momento, se han registrado esporádicos brotes violentos, como la quema de la fachada de la delegación del Gobierno en la ciudad de Agen el pasado miércoles.

El viernes otros dos edificios públicos resultaron calcinados por los manifestantes: el de la Mutualidad Social Agrícola en Narbona (sur) y el de las Aduanas en Nimes.

En Euskal Herria

En Euskal Herria los cortes de tráfico en la A63 han continuado de modo interminente este fin de semana, sin llegar a los niveles de días precedentes y durante sábado y domingo sin la participación de ELB, que sí bloqueó el viernes el puerto de Baiona.