El lehendakari Iñigo Urkullu sigue jugando a ocultar la fecha de las elecciones autonómicas. La portavoz de EH Bildu, Nerea Kortajarena, le ha pedido claridad y, sabiendo que no le diría qué día citará al electorado, ha querido saber al menos en qué criterios se iba a basar. Y ha respondido que todavía queda trabajo por hacer y que la legislatura no se acaba hasta el último día. Ha asegurado, tajante, que «cumpliré la palabra dada, es mi manera de entender la política».
No fue eso lo que hizo hace cuatro años. El 7 de febrero y ante el pleno del Parlamento, el lehendakari se comprometió a que «el Gobierno va a seguir cumpliendo su compromiso, aprobando anteproyectos de ley en el Consejo, que se remiten para su tramitación a esta Cámara». Es más, ese viernes se permitió engañar a la Cámara al decir que «el próximo martes aprobaremos dos nuevos anteproyectos: Juventud y Cuerpos y Escalas de la Administración. Serán remitidos al Parlamento».
Pues bien, aquel martes ni siquiera llegó a haber Consejo de Gobierno para aprobar proyectos de ley. Urkullu convocó una reunión extraordinaria de su Ejecutivo para el lunes y allí anunció la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones para el 5 de abril. Eso lo hizo a los tres días de decir y repetir, cuando quedaban seis meses de mandato, que «ni un solo día de la legislatura se puede considerar inhábil, ni un solo día de la legislatura se puede considerar inhábil». Y después de defender «el interés social de los proyectos aquí presentados para que, mediante un trabajo comprometido y conjunto, los grupos puedan consensuar la aprobación del mayor número de leyes posibles, ahora y en el futuro».
Se sabe ya que ese viernes el lehendakari y su partido tenían ya decidida la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones, como después admitió al menos un miembro del Gobierno de Urkullu.
Tres principios y una pista
Este viernes el lehendakari ha descrito tres principios por los que se regirá para convocar las elecciones. El primero, «concluir con los compromisos de nuestro programa de Gobierno», recordando que tiene el «reto» de «encauzar 100 iniciativas antes de finalizar la legislatura, y es lo que estamos haciendo».
El segundo principio que ha mencionado Urkullu es el de «dejar al próximo lehendakari y al próximo Gobierno el mejor legado posible» y esto incluye que está trabajando «para que antes de terminar la legislatura se transfieran las tres competencias comprometidas por el Gobierno español». Esto puede ocurrir aunque esté disuelto el Parlamento y las elecciones convocadas, porque el Ejecutivo autonómico sigue trabajando.
Y, por último, el tercer criterio del lehendakari es «buscar el momento que resulte más adecuado y beneficioso para nuestra sociedad». En este punto ha mencionado el interés de que «antes de terminar la legislatura, puedan quedar aprobadas leyes que considero relevantes».
Ahí es donde ha podido ofrecer una pista. Las cuatro leyes que ha mencionado por su título son las que ya están garantizadas que se aprobarán una en el pleno del 8 de febrero y las otras tres seguramente en el del 15 de febrero, aunque habría tiempo para otro pleno el día 22. Pero no ha dicho nada de la Ley de Transparencia, que también está en tramitación y que todo hace ver que por tercera vez quedará aparcada. Así que sigue apuntalándose el 21 de abril como fecha más probable.
Baile de fechas
La portavoz de EH Bildu, Nerea Kortajarena, le ha señalado al lehendakari que la ciudadanía merece transparencia, recordando que fue él quien en setiembre empezó a hablar de adelanto electoral y puso sobre la mesa el 9 de junio coincidiendo con las europeas. Luego alguien del partido sugirió que no era la mejor fecha. Y ha recordado que después de Navidades el propio lehendakari ha dicho primero que no sabe cuándo convocará las elecciones y poco después que tenía varias fechas en la cabeza, entre ellas de nuevo el 9 de junio.
Kortajarena ha concluido que «la fecha será la que tenga que ser, una la otra o la siguiente, pero creo que es interesante aclarar las cosas. Creo que todos hemos asumido que estamos en un cambio de ciclo. Hay nuevos candidatos y candidatas. Esos candidatos y candidatas están ya poniendo encima de la mesa sus propuestas». Por eso EH Bildu cree que es preciso que a la ciudadanía se le digan las cosas claras.
En su respuesta, Iñigo Urkullu ha señalado por un lado que las elecciones municipales y forales suelen tener una fecha fija y los partidos empiezan a nombrar candidatos un año antes. Y, por otro lado, ha precisado que técnicamente ya no puede hablarse de anticipo electoral, porque la convocatoria de hace cuatro años fue para el 5 de abril, aunque luego por la pandemia se retrasaron al 12 de julio.
Pero todas las palabras del lehendakari hay que escucharlas y leerlas con la memoria de lo que dijo precisamente hace cuatro años y lo que hizo después.