El parlamentario de EH Bildu Mikel Otero ha agradecido a la consejera Arantxa Tapia el esfuerzo personal realizado para que se apruebe la Ley de Transición Energética y Cambio Climático. Ha recordado que durante dos legislaturas se han dicho mutuamente que tienen modelos energéticos distintos, y por eso cree que ahí está el mérito de haber llegado a un acuerdo de mínimos. «¿Quién nos diría a los dos hace ocho años –ha afirmado Otero– que la primera consecuencia de la ley del clima sería que la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA) baje la persiana?». Y ha subrayado la simbología de este hecho que da una pista de dónde se ha situado el punto de acuerdo.
La Ley de Transición Energética y Cambio Climático se ha aprobado este jueves en el Parlamento de Gasteiz con 60 votos a favor de PNV, EH Bildu y PSE que ya anunciaron el acuerdo logrado y 12 en contra de Elkarrekin Podemos-IU, PP, Vox y Ciudadanos. Y ha resultado llamativo que al acabar la votación, Mikel Otero y el lehendakari Iñigo Urkullu hayan caminado para encontrarse y estrecharse la mano. Después, ha habido intercambio de abrazos entre el parlamentario de EH Bildu, la consejera Arantxa Tapia y los parlamentarios Unai Grajales y Alberto Alonso, que por parte de PNV y PSE han participado en las largas sesiones de negociación de esta ley.
Tapia: «ambición y realismo»
Porque todas las partes han reconocido que el proyecto presentado inicialmente por el Departamento de Arantxa Tapia era muy mejorable, como dejaron claro muchos de los expertos y agentes sociales que participaron en la ponencia. Pero la consejera ha destacado que ningún grupo presentó una enmienda a la totalidad y que algunos han actuado con inteligencia hasta cerrar un acuerdo. A su entender, la ley aprobada combina «ambición y realismo» y está «adaptada a nuestra realidad».
En el turno de intervención de los grupos, la ultraderechista Amaya Martínez ha denunciado que se trata de una ley ideológica. La parlamentaria del PP Muriel Larrea también ha hecho una crítica en términos similares, acusando a PNV y PSE de protagonizar «una carrera hacia el extremo» y de aprobar una norma que va a causar «una crisis de competitividad internacional» de la economía vasca.
Por parte de Elkarrekin Podemos-IU, David Soto ha reconocido que la ley mejora el proyecto inicial del Gobierno, aunque a su entender esto no es suficiente. Ha criticado la falta de ambición de la norma. En el turno de réplica, los portavoces de PSE y PNV le han recordado que esta ley es más ambiciosa y mejora en muchos aspectos la del Estado español, de la que Podemos se mostró muy orgullosa en el Congreso de los Diputados. Han hablado de que, como tantas veces, desde este Parlamento hacen oposición a sus compañeros de Madrid y a que «allí donde pueden, no hacen, y nos lo piden luego a nosotros».
Satisfacción y margen de mejora
Alberto Alonso, del PSE, se ha mostrado satisfecho de haber contribuido a «darle la vuelta al borrador» que llegó desde su propio Gobierno, «que ya dijimos que nos parecía insuficiente». A su entender, la base de esta ley es la «justicia climática», porque «no todos tenemos la misma responsabilidad» en la situación actual y «quienes más se han enriquecido con los combustibles fósiles ahora deben tener también más compromiso».
Mikel Otero, de EH Bildu, se ha mostrado satisfecho de que «hoy aprobamos una buena ley», aunque ha dejado claro también que no es inmejorable, puesto que podría tener un punto más de ambición y concreción. Pero ha asegurado que las críticas que puedan llegar por las insuficiencias de la ley se podrán corregir en el desarrollo reglamentario y en próximas leyes.
Se ha enorgullecido de las aportaciones realizadas por EH Bildu, pero ha recordado que muchas se han recogido de las propuestas hechas por expertos y agentes sociales, a los que ha agradecido esa labor. También ha dado las gracias a sus compañeros y técnicos del grupo, al exparlamentario Dani Maeztu y a Pello Otxandiano, del que ha destacado que ha tenido una participación activa en las negociaciones.
El parlamentario del PNV Unai Grajales también se ha mostrado contento con el texto aprobado, y ha señalado que dos bases de la ley son la reducción del consumo y las energías renovables, y ello en un contexto de vivir en un pequeño país muy industrial y con un consumo intensivo de energía.
Protestas en el exterior
Desde el inicio del pleno, en el exterior se han concentrado algunas decenas de agricultores y ganaderos que han hecho patente su enfado con la situación que viven y han protestado por la afección que a su entender tendrá la ley también en su actividad.
A ellos se han sumado una concentración de Euskal Herria Bizirik, a quienes tampoco gusta la ley, que estaba ya convocada para las 11.00 de la mañana.