Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Fin de la impunidad: El huracán del #MeToo agita al cine francés

Las denuncias de abusos de otras cuatro actrices contra el director Benoit Jacquot, a quien Judith Godreche ha acusado esta misma semana de violación cuando ella tenía 15 años, siguen sacando a la luz las miserias del cine francés. Y en este #MeToo hay más nombres.

Jacques Doillon ha sido denunciado también por la actriz Judith Godreche.
Jacques Doillon ha sido denunciado también por la actriz Judith Godreche. (YOHAN BONNET y LOU BENOIST | AFP)

Si el cine del Estado español está revuelto tras las denuncias destapadas por la investigación periodística de ‘El Pais’ contra el cineasta Carlos Vermut, en el francés la situación es de tormenta perfecta. Un ejemplo: El periódico independiente ‘Mediapart’, uno de los medios que más ha investigado y denunciando estas situaciones de acoso en el Estado francés, titula este viernes: «El cine francés, en el corazón de la batalla del #MeToo».

Y añade: «Judith Godrèche, Adèle Haenel, el caso Depardieu, Polanski, Bedos: desde hace seis años, la industria cinematográfica está en primera línea de la agitación del movimiento #MeToo. En el centro del debate, la figura sagrada del artista y una cultura de la impunidad muy francesa».

Un patrón claro: abuso

Este viernes también ‘Le Monde’ publica el testimonio de cuatro actrices que se suman a las acusaciones realizadas por la actriz Judith Godreche esta semana. El acusado es el director de cine Benoit Jacquot, de 77 años y con 51 filmes realizados en su carrera, al que Julia Roy, Vahina Giocante, Isild Le Besco y Laurence Cordier retratan como un depredador, que iba de las insinuaciones a la violencia sexual, pasando por el acoso laboral o la violencia física.

Roy tenía 23 años y relata una relación de manipulación, dominio, violencia física y acoso sexual en el período en el que trabajó con él, incluso como guionista. Afirma que una vez recibió una bofetada tan fuerte que la tiró al suelo. Giocante y Le Besco eran menores cuando le conocieron (17 y 16 años, respectivamente), y la primera narra que antes de rodar con Jacquot su primera película (‘Pas de scandale’, estrenada en 1999), fue prevenida de que al director «le gustaban mucho las chicas jóvenes», por lo que evitó en todo lo posible las situaciones de potencial riesgo.

Le Besco afirma que sufrió «violencia psicológica y física» en las seis películas en las que trabajó con él y Cordier recuerda que poco antes del rodaje de ‘Villa Amalia’ (2009), durante una cena en un restaurante para hablar del proyecto, Jacquot le dijo que ambos «debían vivir una historia», ya que en su opinión era necesario que el director estuviera enamorado de la actriz, igual que un pintor de la modelo.

El cineasta y su ‘musa’

Directores de cine adultos que forman pareja ‘sentimental’ con chicas adolescentes de 15-16 años, convertidas en protagonistas y musas de su carrera cinematográfica. La imagen estaba normalizada, algo asumido hasta hace poco como normal por la sociedad francesa, cuando en realidad es lo que es: adultos que abusan de niñas. Viejos verdes, en lenguaje coloquial.

Y en el centro de este huracán está la generación de cineastas herederos de aquella Nouvelle Vague que a finales de los 50 llevó la libertad al cine, con nombres como François Truffaut o Jean-Luc Godard.

Tanto Benoît Jacquot, quien ha construido su obra fílmica en torno a sus actrices, como Jacques Doillon, quien se ha sumado a la lista de nombres denunciados, son dos figuras clave de una generación que ha formado el llamado cine de autor francés. Como recuerda AFP, reivindicando la cercanía con sus jóvenes actrices, son del tipo de cineastas amados por los festivales y parte de la prensa especializada, pero con resultados irregulares en las salas comerciales.

El testimonio de Judith Godreche ha revuelto al Hexágono esta semana. Su relato de su ‘relación’ con Benoît Jacquot, quien es 25 años mayor que ella, la dirigió en la pantalla y mantuvo una relación con ella desde que tenía 14 años –llegó a comprar una casa en París para vivir juntos– ha sido sumamente esclarecedora.

El jueves la actriz reiteró sus acusaciones contra él en France Inter, y sumó otro nombre: Jacques Doillon, de 79 años. Los hechos se remontan, relató, al rodaje de ‘La fille de 15 ans’, estrenada en 1989, cuando ella era una adolescente y estaba con Jacquot.

Fue en una escena de sexo filmada con Jacques Doillon, en presencia de Jane Birkin, quien entonces era su pareja. De hecho, tiene una hija con él. «De repente, [Douillon] decide que tiene que haber una escena de amor, una escena de sexo entre él y yo. Me quito el jersey, tengo el pecho desnudo, él me soba y me besa», agregó.

Cuando se le preguntó si Doillon había abusado de ella, ella dijo que sí. Director de ‘Rodin’, ‘Ponette’ y ‘Le petit criminel’, padre de las actrices Lou y Lola Doillon, Jacques Doillon estrenará la película ‘CE2’ el 27 de marzo.

Godrèche ha presentado una denuncia contra los dos hombres, según ha confirmado a la agencia FP su abogada, Laure Heinich.

El pasado verano, otro representante de esta generación, el director Philippe Garrel, de 75 años, fue acusado por cinco actrices en ‘Mediapart’ de haberles realizado proposiciones sexuales durante reuniones profesionales, acusaciones que él minimizó, al tiempo que pidió disculpas.

Su contemporáneo, Jean-Claude Brisseau, fallecido en 2019, fue condenado en 2005 por acoso sexual a dos actrices.

El ‘caso Haenel’

Además, la Fiscalía de París ha decidido el jueves un juicio contra el director Christophe Ruggia, un cineasta poco conocido por el gran público, por agresión sexual agravada contra la actriz Adèle Haenel (‘Retrato de una mujer en llamas’), desde que esta tenía 12 años, según supo AFP por fuentes cercanas al caso.

Según esas fuentes, el fiscal ha considerado dos circunstancias agravantes: la minoría de edad de Adèle Haenel en el momento de los hechos y la posición de autoridad de Ruggia, que quien la dirigió en ‘Les Diables’ (2002).

Se relata que el director la recibió todos los sábados por la tarde entre septiembre de 2001 y febrero de 2004 y el «carácter sistemático» de los tocamientos durante estas ‘visitas’. «Comenzaba acariciándome los muslos y subiendo hacia mi sexo, así, como si nada. Luego también me tocaba el pubis, me besaba en el cuello y me tocaba los pechos», relató a los investigadores.

La Fiscalía también destaca «episodios de chantaje emocional durante festivales en Marrakech y Yokohama».

Todo esto se suma al escándalo surgido en torno al actor Gérard Depardieu –acusado de violación a casos que se remontan a finales 2020–, tras la difusión de secuencias filmadas en Corea del Norte, donde sus comentarios misóginos e insultantes dirigidos a las mujeres resultaban escandalosos.

Y la ola también llega a los escenarios: el director y actor Philippe Caubère, de 73 años, pilar del Théâtre du Soleil de Ariane Mnouchkine, ha sido acusado esta misma semana de agresión sexual, violación y corrupción de menor de 15 años y otros presuntos casos contra tres menores. Ha sido puesto bajo supervisión judicial.

Fue objeto de investigación preliminar tras la denuncia de una actriz, quien lo acusó de abusos sexuales en 2012, cuando ella tenía 12 años y él 61. Caubère reconoció que tuvo relaciones íntimas con ella durante cuatro meses, siempre, según él, consentidas.