Ibai Azparren
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad
Elkarrizketa
Edurne Basterra
Presidenta de la Unión Agroganadera de Álava (UAGA)

«Que se nos pague lo que realmente cuesta producir los alimentos»

Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna (EHNE) cuenta con más de 3.000 afiliados entre EHNE de Gipuzkoa, EHNE de Nafarroa y UAGA de Araba, cuya presidenta, Edurne Basterra, atiende a NAIZ en uno de los días más agitados de los últimos años para los agricultores y ganaderos.

Edurne Basterra, en la sede de UAGA.
Edurne Basterra, en la sede de UAGA. (Endika PORTILLO | FOKU)

Esta semana, más de 500 tractores han colapsado Gasteiz para llevar sus reivindicaciones hasta el Gobierno de Lakua. «Hace 40 años que no pasa algo así, y es porque no podemos más», apunta Edurne Basterra, presidenta de UAGA y dueña de una explotación agrícola ganadera en Agurain. Allí se desarrolla esta entrevista, un día antes de la reunión que mantuvo el sindicato con la Diputación de Araba. Basterra explica con profundidad las raíces de un conflicto en el que agricultores y ganaderos se ven desamparados frente a los precios dictados por los grandes supermercados, la pesada burocracia de la Política Agraria Común (PAC) y la competencia desleal. Sin embargo, también enfatiza en que rechazan cualquier asociación con las movilizaciones promovidas por la extrema derecha.

¿Cómo hemos llegado a este punto?

No es algo nuevo. El 18 de octubre nos manifestamos con una pancarta que rezaba ‘Nos vamos a la mierda’, y escenificamos el funeral del sector. Así que no es algo que haya llegado hoy. El año pasado sufrimos una dura sequía, y el anterior también. Luego está la guerra de Ucrania. Es la tormenta perfecta para que el sector agrícola ganadero vaya resquebrajándose.

Quizá lo nuevo es que la extrema derecha haya tratado de capitalizar este malestar...

Nosotros nos desvinculamos de todas las movilizaciones que han salido de grupos de ultraderecha, no tenemos nada que ver con eso. Hemos salido a la calle porque estamos escuchando a nuestras bases. La primera idea era no salir el día 6 para que no se nos mezclara con toda esta marabunta, no queríamos que se nos relacionase absolutamente para nada. Pero las bases nos han pedido que salgamos a protestar contra todos los problemas que tenemos, que muchos llegan desde Europa.

¿Están intentando meter a todo el mundo en el mismo saco? Cuando hablamos de agricultores, por ejemplo, no se trata de un colectivo homogéneo. 

Por supuesto que están metiendo a todos dentro del mismo saco. Dentro de nuestro sindicato hay agricultores, ganaderos y viticultores. Aquí no tenemos grandes empresas; sí que puede haber explotaciones más grandes o más pequeñas, pero al final nosotros defendemos la agricultura familiar.

«Nos desvinculamos de todas las movilizaciones promovidas por grupos de ultraderecha, no tenemos nada que ver con eso»


¿Qué piden los agricultores y ganaderos de Araba?

Tenemos una burocracia exagerada que nos marcan desde Bruselas. Son políticas que están hechas desde los despachos y no se ha contado con el sector. También pedimos tener acceso a la tierra. Están llegando los grupos de inversión, que en la parte de Rioja están comprando grandes viñedos. Estas bodegas grandísimas al final lo que hacen es explotar esos viñedos, y luego los dejan abandonados. Claro, los jóvenes que vienen por detrás no tienen acceso a la tierra porque están pagando cantidades desorbitadas por ella. Aquí también está pasando lo mismo.

¿A qué se refieren cuando hablan de burocracia?

Por ejemplo, yo crío pollos lumagorri, y tengo que apuntar todo: cuántos pollos se me han muerto, qué tratamientos utilizo, la limpieza que se les hace, los kilos de estiércol que saco al año... Con las explotaciones pasa lo mismo. Hay un cuaderno de campo y ahora nos van a meter el cuaderno de campo digital, cuando hay gente que no sabe utilizar un ordenador. Ahí hay que poner cuándo siembras, cuándo haces los laboreos, qué tratamientos les das, cuántos kilos por hectárea, el abono... O sea, hay que apuntar absolutamente todo lo que haces en el campo, todo lo que haces en un día. Y que no se te olvide nada, claro, porque hay sanciones. Somos explotaciones pequeñas, medianas como mucho, y tenemos unas exigencias exageradísimas.

En varias movilizaciones del Estado, una de las reivindicaciones era terminar con la Agenda 2030. Pero UAGA defiende los objetivos generales de la nueva estrategia de la Comisión Europea, aunque hay cosas que no comparte.

No estamos en contra de ir a una transición ecológica, pero tiene que ser coherente. Es cierto que la tierra hay que cuidarla, que no podemos utilizar todo lo que nos dé la gana, porque al final es un recurso que tenemos que cuidar. Hay girar hacia agriculturas regenerativas, sostenibles, que no dañen tanto. Pero claro, todo esto que te digo tiene muchos matices, porque no todos los agricultores piensan lo mismo que yo; de hecho, muchos quieren que se utilicen materias activas que se están quitando. Es cierto que cada vez tenemos menos opciones a la hora de hacer tratamientos, y si antes con una pasada matabas todo, ahora tienes que hacer más pasadas. No podemos pasar a una agricultura ecológica de golpe. Tienes que explicar y concienciar a la gente y, sobre todo, no imponer.

El Gobierno español ha anunciado que va a reforzar la ley de cadena alimentaria. ¿Le parece un buen paso?

En primer lugar, queremos que se cumpla la ley, que a los productores se nos pague lo que realmente vale producir nuestros productos, por un precio justo. Por otro lado, todos los productos que vienen de fuera no tienen la misma trazabilidad que tienen nuestros productos. Al final, eso es una competencia muy desleal, y en el supermercado están a la misma altura, los de aquí y los de fuera, y no tienen el mismo precio porque realmente no cuesta producir lo mismo. Tenemos muchísimas más exigencias que lo que nos viene de fuera y la gente está enfadada porque, por ejemplo, no pueden utilizar las mismas materias activas que utilizan para los productos que vienen desde Marruecos. Y los productos de fuera no tienen nada que ver con los que se pueden producir, por ejemplo, en la Ribera, que no tienen ni la mitad de fitos. Pasa con las patatas, con las lechugas, con las vainas, con muchas cosas.

¿Hace falta más concienciación por parte del consumidor?

Pero es que la concienciación va en concordancia con el sueldo. Yo puedo tener mucha conciencia, pero si no me llega el sueldo para poder comprar este tipo de productos... Es cierto que hay que concienciar a la sociedad, sí, y que se tiene que consumir más producto local, de hecho hay gente que lo hace. Sin embargo, luego te tiene que dar el bolsillo.

¿Qué le exigen al Gobierno de Lakua?

En las movilizaciones fuimos a exponer nuestros problemas delante de la sede del Gobierno Vasco, que al final son nuestros interlocutores tanto en Madrid como en Bruselas. Le hemos pedido que se modifiquen ciertos ecorregímenes, que se paralicen todas las placas solares, todas las empresas que están acosando a los agricultores, que se haga una moratoria de la ley hasta que se apruebe el Plan Territorial Sectorial (PTS), aunque tampoco es una maravilla. Eso se lo hemos pedido por activa y por pasiva, pero todavía no se ha hecho nada.

Hay quien percibe que los agricultores se oponen a la preservación de la biodiversidad y al ecologismo debido a su resistencia a la instalación de energías renovables.

Nos oponemos a la instalación de placas en terrenos de alto valor agrícola y en terrenos donde hay regadío, porque al final esos regadíos se han puesto ahí con unas ayudas de la Diputación, son muy fértiles y hay que preservarlos. Hay un montón de polígonos, pabellones o edificios en los que se pueden colocar placas solares. En las Juntas Generales se propuso poner en parkings como el que tienen Mercedes o Michelín, en el aeropuerto de Foronda... Mira que hay sitios para poner placas solares antes que ocupar terreno rústico, que es de alto valor agrícola. Y luego, ¿sabes lo que pasa?, que el 60% de la tierra que cultivan los agricultores en Araba no son propias de los agricultores. Estamos a renta, y a los propietarios se les está ofreciendo muchísima cantidad de dinero, y ahora parece que van a poder expropiar con la Ley de transición energética y cambio climático. Es triste que lo que tus padres y abuelos han conseguido y a ti te está costando mantener, el día de mañana no se lo puedas dejar a tus hijos.

«Fomentar el libre mercado, ¿con qué propósito? ¿Qué estamos importando? ¿Qué vamos a comer? ¿Mierda?»


Al fin y al cabo, ¿cuál cree que ha sido el impacto del enfoque de mercado puro y duro en el modelo agroalimentario europeo?

Cuando se permite la entrada sin restricciones a este mercado, los productores locales se enfrentan a dificultades, ya que no compiten en igualdad de condiciones. Fomentar el libre mercado, ¿con qué propósito? ¿Qué estamos importando? ¿Qué será de nuestra alimentación? ¿Qué vamos a comer? ¿Mierda?

El cereal cotiza en la bolsa de Chicago...

Es la lógica del libre mercado. Con eso se ha especulado muchísimo. Hace dos años, por ejemplo, no había maíz por ningún sitio, y de repente aparecen unos silos en Francia que no sé sabe ni de dónde habían salido. Es la especulación pura y dura. A mí me da mucho miedo que ahora mismo se esté especulando con la tierra. El que tenga de aquí a unos años la tierra va a tener el poder en su mano, el poder del hambre.