El líder de Histadrut, la poderosa federación de sindicatos de Israel, ha instado al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a convocar nuevas elecciones y asumir la responsabilidad por no impedir el ataque de grupos armados palestinos el pasado 7 de octubre, a la y ha advertido de que podría convocar una huelga general.
«Nos llevó al límite, a un lugar en el que no deberíamos haber estado. Estamos en un callejón sin salida y solo hay una salida: elecciones», ha apuntado Arnon Bar-David, líder de la Histadrut, según medios israelíes.
El líder sindical ha sugerido que las nuevas elecciones se celebren en diciembre, cuando estima que habrá finalizado el ataque israelí contra la población de Gaza. «El país no puede seguir así, el Estado de Israel necesita un reinicio. Todo el mundo quiere algo nuevo, que nuevas personas entren en política», ha aseverado, y no ha descartado sumarse a las crecientes protestas antigobierno que están brotando en el país.
Antes del 7 de octubre, Israel vivía una profunda polarización política y social, y un masivo movimiento de protesta pedía la dimisión de Netanyahu, quien se enfrenta a tres procesos por corrupción y en aquel momento impulsaba una controvertida reforma judicial que buscaba debilitar la democracia.
En sus declaraciones de este sábado, Bar-David también ha responsabilizado a Netanyahu por retrasar un acuerdo con Hamas para un cese el fuego que permita la liberación de los más de cien ciudadanos israelíes cautivos en la Franja de Gaza.
Desde hace varios meses, se han hecho cada vez más fuertes las protestas para presionar a Netanyahu a dimitir y a pactar inmediatamente la liberación de los mismos. Para la noche de este mismo sábado, están previstas varias manifestaciones en ese sentido en Tel Aviv, frente a la residencia presidencial en Jerusalén, así como en otros 50 puntos del país.
El jueves pasado, los manifestantes se reunieron en las casas de ministros y legisladores para exigir el fin del Gobierno actual, el más derechista de la historia de Israel, y que ha dado gran poder a ultraortodoxos y ultranacionalistas.
Respuesta de Netanyahu
Netanyahu, por su parte, ha asegurado que solo «una minoría de israelíes» están a favor de la «división», en referencia a las protestas a favor de un acuerdo para la liberación de los rehenes y para pedir elecciones anticipadas.
Es más, ha argumentado que pedir al Gobierno que no ataque la región de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, sería como pedirle «perder la guerra».
«Quienes quieren evitar que operemos en Rafá esencialmente nos están diciendo 'perded la guerra'. No voy a permitir que ocurra. No vamos a capitular ante ninguna presión», ha apuntado en rueda de prensa desde Jerusalén, según recoge la prensa israelí.
Estados Unidos ha advertido de que no apoyará una operación militar israelí de calado en Rafah a menos que haya medidas claras que garanticen la seguridad de los más de 1,3 millones de desplazados que se hacinan en la zona. «Hay mucho espacio al norte de Rafah» para los desplazados, ha argumentado.