Joseba Iturria
Periodista deportivo. Real Sociedad y ciclismo

La Real sobrevive a la fase más complicada lejos de su afición y ahora se la juega en Anoeta

La victoria del domingo permite acabar un bloque de dieciséis partidos en los que doce se han disputado como visitante con un sexto puesto en Liga, una opción muy factible de entrar en la final de Copa tras el 0-0 de la ida en Mallorca y una difícil de remontar el 2-0 en los octavos de la Champions.

Mikel Merino fue el protagonista de la victoria de la Real en Mallorca.
Mikel Merino fue el protagonista de la victoria de la Real en Mallorca. (Agencia LOF)

La forma en la que Imanol celebró el gol de Mikel Merino que dio el triunfo en el tiempo añadido en Mallorca demuestra la importancia de los tres puntos que permitieron a la Real cerrar la peor racha de la temporada con cinco partidos sin marcar y una victoria en las últimas ocho jornadas de Liga. Ahora tres de los cuatro próximos partidos se jugarán en el Reale Arena con más margen para recuperar energías, el juego y lesionados.

El técnico oriotarra destacaba antes de viajar a las Islas que era el duodécimo partido de los dieciséis últimos que jugaba fuera de casa y eso ha dado un plus de dificultad en un momento en el que el equipo necesitaba el apoyo del público y todos los desplazamientos suponían un desgaste añadido a un equipo mermado por las bajas y las secuelas de la acumulación de partidos en poco tiempo.

Curiosamente la Real ha obtenido mejores resultados como visitante porque solo ha perdido lejos de Anoeta ante el Athletic (2-1) y el PSG (2-0), ha ganado en Liga en Vigo y Mallorca, ha empatado en Iruñea, Cádiz y Girona y en la Champions contra el Inter y está a un paso de la final de Copa tras eliminar a Málaga, Osasuna y Celta y empatar en Son Moix.

Los resultados han sido peores en los últimos cinco partidos de Anoeta con empates ante Salzburgo, Betis, Alavés y Rayo y derrota ante Osasuna (0-1) tras declarar Imanol en la rueda de prensa previa que un equipo grande debe hacerse fuerte en casa.

Tres partidos en diez días en Anoeta

Ahora más que nunca es necesario alcanzar una fortaleza en Anoeta en los diez días más decisivos de la temporada en los que la Real recibe este viernes al Villarreal (21.00), el martes al Mallorca en la vuelta copera (21.30) y, tras visitar al Sevilla el sábado (14.00), intentará remontar un 2-0 ante el PSG el martes 5 de marzo en el Reale Arena (21.00).

La Real descansa este martes y volverá a Zubieta el miércoles para preparar el partido del viernes, con la esperanza de recuperar para esta fase decisiva a algunos jugadores. Imanol dijo tras ganar en Mallorca sobre la evolución de los lesionados que se conforma con contar con los mismos que jugaron el domingo.

Explicó que «Mikel Oyarzabal ayer no pudo salir al campo. Ya veremos cómo evoluciona. La lesión le está dando la lata más de lo que pensábamos. Aritz todavía no ha tocado balón, Tierney hizo una sesión muy suave con nosotros el día anterior y a ver si lo recuperamos».

Por eso se conforma con que «no caiga nadie de los que hemos estado aquí. A Igor lo he tenido que cambiar porque recibió un golpe bastante fuerte en la nariz y estaba dolorido y mareado. Hamari ha acabado justo. Mejor me callo, porque el parte de guerra es importante y, como hay una semana para recuperar, esperamos que los que estaban hoy lo estén el viernes».

Aguirre responsabilizó a Raillo

El enfado del Mallorca con González Fuertes fue monumental porque en unos pocos minutos no señaló falta de Zubeldia a Muriqi en la recuperación que originó el empate de Kubo ni un agarrón del central a Rajkovic y expulsó por doble tarjeta a Antonio Raillo antes del descanso.

Su entrenador Javier Aguirre no cargó contra el árbitro en la rueda de prensa y prefirió hacer autocrítica con la expulsión de su capitán. Se responsabilizó de lo sucedido al señalar que «el entrenador soy yo y pongo a los jugadores y decidí que él jugara, pero Antonio se equivoca. Comete un error, nos expone y deja al equipo con uno menos con un rival que ya con once te somete».

Elogió a la Real: «Es un equipo muy completo que lo vimos jugar la Champions esta semana. Con once era muy complicado, pero con diez casi imposible. Tuvimos el empate muy cerca y no pudo ser. Antonio es autocrítico y sabe que se equivocó y nosotros crecemos desde la autocrítica».

Un acta lleno de protestas

El acta de González Fuertes refleja que le sacó la primera tarjeta a Raillo por «golpear con el brazo a un adversario de forma temeraria» y la segunda «por protestar una de mis decisiones realizando gestos de desaprobación con su mano derecha de manera reiterada».

El asturiano sacó nueve amarillas a jugadores del Mallorca, tres por protestar, y además de a Raillo expulsó al preparador físico de la Real David Casamichana «por protestar una de mis decisiones al asistente aplaudiéndole», al ayudante de Aguirre Antonio Amor por «protestar una de mis decisiones desde el área técnica a viva voz y realizando gestos de desaprobación de forma repetida» y al jugador Van der Heyden una vez acabado el partido «por recorrerse todo el campo para protestar a viva voz y dirigirse a mí en los siguientes términos: "Muy mal, muy mal"».

El acta también recoge que tras el partido el entrenador de porteros Luis Vicente de Miguel «se dirigió al equipo arbitral en los siguientes términos "sois unos payasos"» y que «cuando nos encontrábamos en los vestuarios una persona que no pudo ser identificada por el equipo arbitral ni por la policía nacional tras nuestro requerimiento, ya que abandonó el mismo por una puerta trasera del vestuario de técnicos del Mallorca, se dirigió a nosotros en voz en gritos en los siguientes términos: "corruptos, sois unos corruptos"».

Un acta que refleja lo que decidió el partido, que González Fuertes desquició a los integrantes del Mallorca como otras veces ha perjudicado a la Real. Un peligro como árbitro que esta vez benefició al equipo blanquiazul y perjudicó al balear.