Después de las reuniones de El Cairo y París, las negociaciones para alcanzar una tregua en Gaza se trasladaron ayer a Doha, en Qatar, con «especialistas» egipcios y qataríes, además de las delegaciones de Estados Unidos, Israel y Hamas.
Tras las rondas del viernes y el sábado, fuentes de las conversaciones dieron cuenta de que el diálogo se encuentra «una etapa avanzada» para acordar una propuesta de tregua. También medios israelíes apuntaron «avances significativos» que fueron debatidos en una reunión del gabinete de guerra del Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Igualmente, el consejero de la Casa Blanca Jake Sullivan afirmó que se ha llegado a «un terreno de acuerdo» sobre el intercambio de prisioneros y un cese el fuego temporal.
Medios israelíes indicaron que podría incluir la liberación de unos 40 de los aproximadamente 130 israelíes cautivos en la Franja durante un alto el fuego que incluiría todo el mes de Ramadán a cambio de la excarcelación de entre 200 y 300 presos palestinos.
Pero este acuerdo aún debía ser presentado a la parte palestina para su consideración. Hasta la noche del sábado Hamas decía no tener constancia de los nuevos términos.
El movimiento islamista, según medios israelíes ha renunciado a algunas de sus exigencias que Israel considera «inaceptables», como el cese total de las hostilidades y la salida de sus tropas de la Franja, que propone para una segunda fase del alto el fuego.
Sin embargo, el liderazgo de Hamas insistía en que no ha cedido en esas demandas fundamentales.
La negociación se desarrolla entre los bombardeos sobre la población palestina con masacres diarias agravadas por el hambre, que empieza a causar muertes por malnutrición entre los más vulnerables.
Y también bajo la amenaza de la ofensiva terrestre en Rafah, en el extremo sur de la Franja, donde se hacinan casi 1,5 millones de personas, la mayoría desplazadas. Israel juega con la macabra amenaza de un asalto que puede desatar una catástrofe difícil de imaginar y que alarma a sus propios aliados. El presidente de EEUU, Joe Biden, decía ayer que aún no ha recibido los planes de Netanyahu, una forma de decir que aún no cuenta con el visto bueno de Washington.
«Estamos trabajando para obtener otro esquema para la liberación de nuestros rehenes, así como para completar la eliminación de los batallones de Hamas en Rafah», señaló Netanyahu en la red X.
A la vez, anunció otra reunión del gabinete de guerra para discutir nuevos pasos en las negociaciones, pero también para «aprobar los planes operativos de acción en Rafah, incluida la evacuación de la población civil». «Solo una combinación de presión militar y negociaciones firmes conducirá a la liberación de nuestros rehenes, la eliminación de Hamas y el logro de todos los objetivos de la guerra».
En CBS News, el primer ministro israelí aseguró que incluso si se llega a un acuerdo, el asalto «se retrasará un poco, pero sucederá. Si no tenemos un acuerdo, lo haremos de todos modos».
Sin embargo, Netanyahu y su estrategia de alargar la agresión a Gaza y de extender el conflicto a otros países para sobrevivir políticamente no han logrado esos objetivos a pesar de los más de 37.700 muertos, casi la mitad niños, de los que 8.000 se pudren entre las ruinas de Gaza.
Israel y Hamas solo lograron un acuerdo de tregua de una semana a finales de noviembre, que permitió liberar a 105 israelíes a cambio de 240 prisioneros palestinos. Otras cuatro cautivas fueron liberadas por Hamas en octubre; tres rescatados por el Ejército, que además recuperó los cuerpos de once muertos, tres de los cuales mataron las propias tropas israelíes cuando intentaban acercarse con una bandera blanca.
Heridos y detenidos en Israel
La sociedad israelí también se está hartando de la estrategia de Netanyahu. El sábado las manifestaciones antigubernamentales en Tel Aviv se saldaron con 21 detenidos y varios heridos frente a la base militar de Kirya, que es el cuartel general del Ejército y el Ministerio de Defensa, y donde se reúne el gabinete de guerra.
Los manifestantes, liderados por el colectivo de las familias de los rehenes en Gaza, protestan cada sábado para exigir a Netanyahu que acceda a un alto el fuego que permita la liberación de los 130 que quedan en la Franja.
Los manifestantes cortaron el tráfico de la autopista Ayalon, a lo que la Policía respondió disparando con el cañón de agua (por primera vez en estas protestas), y desplegando a la policía montada. Ayer anunció la apertura de una investigación interna sobre la represión policial que ha elevado la cólera de los israelíes.
Mientras, en Gaza al menos 86 personas murieron y 131 resultaron heridas en ataques en Jan Yunis y en varios barrios de la ciudad de Gaza, donde Israel ha retomado sus operaciones después de haber dado la zona por «controlada» en enero con unos niveles de destrucción sin precedentes.
El comisionado de la Unrwa), Philippe Lazzarini, acusó a Israel, sin nombrarlo, de abocar a la hambruna a los 300.000 palestinos que continúan viviendo en el norte de la Franja, donde no entra ayuda humanitaria desde el 23 de enero por el bloqueo israelí.
Líbano
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que Israel planea «aumentar la potencia de fuego» contra Hizbulah y que aprovecharía una eventual tregua en Gaza para aumentar los bombardeos de Líbano, en otra jornada de fuego cruzado.
Yemen
EEUU y Gran Bretaña bombardearon el sábado 18 «objetivos» en ocho ubicaciones distintas de Yemen, en lo que supone la cuarta operación conjunta de ambos Estados en este país. Irán denunció que expanden la guerra y la inestabilidad en Oriente Medio.
Berlinale
En la línea del apoyo incondicional a Israel, medios, periodistas y políticos alemanes criticaron las expresiones de solidaridad con Palestina y las denuncias contra el genocidio en Gaza de varios de los ganadores de la gala que cerró el sábado la 74 edición de la Berlinale.
Eurovisión
Israel amenazó con retirarse del concurso de Eurovisión si se rechaza la letra de su canción ‘October Rain’, por referirse al ataque del 7 de octubre. Eurovisión, que permite participar a Israel aunque vetó a Rusia, estudia si la considera una declaración política.