Una solución «con el mayor consenso y protección jurídica» en esta legislatura es lo que ha propugnado la vicepresidenta y consejera de Memoria y Convivencia del Gobierno de Nafarroa, Ana Ollo, para el Monumento a los Caídos de Iruñea, que varias asociaciones memorialistas piden que sea derribado.
Antes de reunirse con esos colectivos, Ollo ha recordado en declaraciones a los medios que en el propio acuerdo político de conformación del actual Gobierno de Nafarroa ya se contempla «fomentar un grupo de trabajo con el Ayuntamiento de Pamplona, que es el responsable último de ese espacio, para dar una solución a Los Caídos».
Una decisión en esta legislatura
En cualquier caso, desde el Ejecutivo, la consejera ha señalado que se apuesta por «una solución que contemple el mayor consenso social y político para ese espacio», y que debe alcanzarse en la actual legislatura para tomar una decisión sobre el futuro de «uno de los monumentos más execrables que hay en Navarra, que se erigió en homenaje a las víctimas del bando nacional y en ese alarde del régimen franquista de la violencia institucional y política que hacía».
Además de ese consenso, ha considerado fundamental que la fórmula que se acuerde cuente con «una protección jurídica», ya que ha recordado que existe un dictamen del Tribunal Administrativo de Nafarroa del año 2008 y posteriores sentencias en los que «se pone en cuestión que sea todavía un monumento franquista» y en los que «se dice que ese espacio ya está resignificado».
Ollo ha asegurado tajante que «no lo comparto, no es un espacio resignificado», pero que esta es una cuestión importante a tener en cuenta.
La vicepresidenta ha concluido indicando que la solución para Los Caídos «tiene que ser liderada por el Ayuntamiento, pero el Gobierno estaremos ahí trabajando conjuntamente, como se lo transmití al alcalde, Joseba Asiron, y así lo haremos en la reunión con las asociaciones».
Mientras Ollo hacía estas declaraciones, en el exterior, un grupo de personas se había concentrado ante el Palacio de Diputación detrás de una pancarta en la que se podía leer ‘Caídos ¡¡derribo ya!! Eraitsi orain!!’.