Hizo falta casi medio siglo de vigencia de la Constitución del Estado español para que se lleve a la práctica uno de sus aspectos hasta ahora inéditos: el del choque institucional entre las dos cámaras de las Cortes Generales. Ha sido el PP en su estrategia contra el Ejecutivo el que ha perforado ese techo de cristal.
El Gupo Popular, que cuenta con mayoría absoluta en el Senado, ha llevado este miércoles al hemiciclo la propuesta que al final de la tarde será aprobada en la que acusa al Congreso de los Diputados de usurpación de competencias por intentar una «reforma constitucional encubierta» a través del proyecto de amnistía de los encausados del «procés», que ya fue aprobada por los partidos del bloque de investidura.
En la votación de la iniciativa ya se exhibe su fragilidad: solo contará con los votos a favor del PP y de Vox. Los aliados tradicionales del PP, y que no han apoyado la amnistía en el Congreso, como son UPN y Coalición Canaria, han anunciado que se abstendrán a la hora de decidir este choque institucional. Una evasión más que elocuente.
Esta estrategia, enmarcada en la táctica de acoso y derribo al Gobierno de coalición, no puede entenderse sin un detalle: el cambio de los letrados del Senado, incluido su jefe
Esta estrategia, enmarcada en la táctica de acoso y derribo en todo lo que se pueda contra el Gobierno de coalición y sobre todo en lo que hace al trámite de la amnistía, no puede entenderse sin un detalle: el cambio de los letrados del Senado, incluido su jefe. Como han denunciado varios senadores, el cambio de los juristas especializados (algunos con cuatro décadas en el cargo) es parte de la deriva.
Esto es relevante porque el informe de los nuevos letrados del Senado sobre la amnistía dejaba abierta la puerta a una posible superposición de competencias y que podía ser el caso de una reforma encubierta de la ley fundamental. Es el argumento esgrimido desde entonces por el PP. Imposible no tirar de hemeroteca: es el mismo relato que la derecha utilizó en 2005 para combatir parlamentaria y jurídicamente el matrimonio igualitario. Aunque en aquella oportunidad no se atrevió a impulsar el choque con el Congreso.
Tras la aprobación este miércoles, el Senado enviará la documentación al Congreso y la Mesa presidida por Francina Armengol tendrá que responder, o no. Puede haber silencio también. Fuentes del equipo de la socialista mallorquina informaron a NAIZ: «Podemos responder o no, pero no varía que el plazo del Senado para devolver la ley sigue siendo de dos meses. Plantear que el TC paralice una ley antes de acabar su tramitación administrativa es de coña».
Lo cierto es que no caben dudas que la Mesa del Congreso dirá que de ninguna manera hay una reforma encubierta ni usurpación y a partir de ahí está en manos del PP decidir si lleva el asunto al Tribunal Constitucional. Los senadores del PP han respondido en los pasillos que rodean el hemiciclo que «paso a paso» y han puesto en duda llevar el conflicto hasta ese límite, sobre todo a sabiendas de que el TC, con mayoría de jueces progresistas, dará un varapalo.
«Es que es difícil encontrar juristas conservadores que avalen algo así. Se han arrepentido», comentaba un influyente senador del PSOE ante la pregunta de NAIZ. Desde el PSOE creen que han visto que cruzar esta línea roja puede acabar siendo un bumerán, como lo fue la convocatoria de la Comisión de Venecia, que en vez de obstruir acabó dando oxígeno a la amnistía (admitido por el propio equipo de Carles Puigdemont).
«Disparate» y «ridículo»
«Es que esto es un auténtico disparate, es casi un... ¡Quieto todo el mundo!», ha dicho con sarcasmo el senador Francisco Fajardo (Canarias), en alusión a la frase pronunciada por el golpista Tejero el 23F, lo que ha despertado la bulla de la bancada del PP.
«¿Dónde está esa invasión de atribuciones del Senado? Lo que ustedes quieren hacer es discutir la constitucionalidad de la norma», ha señalado, y ha dicho que el verdadero conflicto lo tiene el PP «por la guerra del relato». También los ha animado a que lleven el asunto al TC, cosa que consideró que no harán porque saben que acabará resultando un respaldo al Gobierno.
Carla Antonielli (Sumar) ha comenzado con una ironía en el atril: «No recuerdo cuándo hablamos de la amnistía...ah cierto. La anterior semana, y la otra, y la otra…». Ha pedido por ello al PP que deje «espacio para debatir las cosas que sí le interesan a la gente», le ha acusado de haber «obligado a dimitir al letrado mayor» y ha lamentado que la derecha española haya «renunciado a gobernar en Catalunya y el País Vasco» para acabar en un modo de oposición «tosco y cansino».
El grupo de EH Bildu y ERC acusa al PP de «vivir en el conflicto permanente», y para Uxue Barkos (Geroa Bai), «se somete al Senado a un ridículo»
La senadora del PNV Estefanía Beltrán ha tachado de incoherente la posición del PP y ha afirmado: «Señorías del PP, están ustedes en el ‘cuanto peor mejor’, pero se equivocan, porque cuando peor siempre, siempre, es peor. Quien sale dañada es la política y las instituciones, éstas que dicen defender de curiosa manera. Sale dañada la democracia».
Por parte del grupo que aglutina a EH Bildu y ERC (Izquierdas por la República) ha hablado Sara Bailac (Lleida), que ha calificado de «ocurrencia que quedará en la nada» esta iniciativa que pone al Senado en un «uso partidista lamentable». «El conflicto que pretenden abrir hoy es sin precedentes, pero ya han demostrado que están dispuestos a cruzar todas las líneas rojas contra el independentismo. Quieren vivir en el conflicto permanente. No nos hagan perder más el tiempo con sus ocurrencias», ha recalcado.
Enric Morera (Compromís) ha opinado que el PP ha decidido «prostituir el Senado» con esta medida y Carme da Silva (BNG) ha tachado de «nueva especialidad del Derecho, el Derecho Ficción» el argumento del PP. «¡Qué diríamos si esta propuesta nos la trae un alumno de primero de la carrera de Derecho... no lo quiero decir pero..», ha ironizado.
El PSOE ha tenido un nuevo turno final de palabra en el que ha hablado el navarro Toni Magdaleno, quien ha enfatizado que «jamás se había producido esta falta de respeto del Senado al Congreso» y que el PP está «arrastrando» a la cámara «a una deslealtad institucional sin precedentes en democracia». En voz alta ha dicho lo que muchos legisladores de la mayoría de investidura comentaban por lo bajo: «Es una barbaridad que metan al TC en una ley que todavía no fue aprobada. Pero creemos que no se animarán a plantearla (la presunta invasión de competencias) al tribunal porque saben que las posibilidades que prospera son prácticamente nulas».
Al concluir el acalorado debate, que comenzó poco después de las 9 y acabó antes del mediodía, el senador Antonio Silván (PP) ha reiterado que su partido es el que está «defendiendo la soberanía del Senado a ultranza», que «el órgano que provoca el conflicto es el Congreso» y que el PSOE «anda con malas compañías y se le están pegando» costumbres en ese sentido porque «quieren que las Cortes Generales funcionen como el Parlament de Catalunya en 2017».
En conversación con NAIZ, la senadora Uxue Barkos (Geroa Bai) ha lamentado la embestida del PP que supone «someter al Senado a un rídiculo, en un conflicto entre dos cámaras que no existe», lo que representa «una actuación desesperada más para imponer una mayoría que tienen en contra de las instituciones».
«Ellos quieren hacer del Senado la cámara de la apocalipsis, llevarnos al precipicio constantemente. Pero yo digo que las apocalipsis sostenidas en el tiempo solo expresan la ridiculez del que lo intenta», ha subrayado.
Tranquilidad aparente en el PSOE
Con la votación esta tarde, el PP cruza una nueva línea en su confrontación con Moncloa en un Senado que está prácticamente bunkerizado por su mayoría absoluta. En el pleno de control de este martes, la portavoz Alicia García Rodríguez ha pronunciado una amenaza indirecta a la vicepresidenta María Jesús Montero diciendo que si Sánchez no da «explicaciones» van a obligar a comparecer a la primera dama, Begoña Gómez, a la que menciona como «la especialista en captación de fondos».
Ironía en el PSOE: «Esta actitud es parte de eso que dice Feijóo de ‘la peor clase política de los últimos 45 años’»
La deriva del PP parece no quitarle el sueño al PSOE. De hecho, fuentes del Grupo Socialista en el Senado admiten que hasta fines de la semana pasada no se había ni hablado de una estrategia de respuesta al choque institucional. La intención es darle el menor oxígeno posible. «Suponemos que esta actitud es parte de eso que dice Feijóo de la ‘peor clase política de los últimos 45 años’. Nosotros no vamos a seguir al PP en esta estrategia de desprestigio de las instituciones», señalan desde la cúpula de Ferraz.
Sea como fuere, la aprobación de la amnistía, con el rechazo seguro del Senado, no corre riesgo y será ley ratificada por el Congreso a mediados de mayo.