«No quiero dar información confidencial, pero creo que va a ser pronto», afirmó el presidente estadounidense, Joe Biden, sobre un ataque de Irán a Israel. «No lo hagan», añadió.
«Nuestros enemigos creen que pueden separar a Israel y Estados Unidos, pero es todo lo contrario: nos están uniendo y fortaleciendo nuestros lazos. Estamos hombro con hombro», se felicitó el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, tras reunirse con el jefe del Comando Central estadounidense (Centcom), el general Michael Kurilla, para preparar una respuesta «por tierra y aire en estrecha cooperación», en caso de un ataque iraní.
Ambos aliados temían que entre ayer y hoy llegara esta represalia tras el bombardeo por parte de Israel del edificio del consulado iraní en Damasco, el pasado 1 de abril, en el que murieron 16 personas, entre ellas siete guardias revolucionarios iraníes.
De hecho, EEUU movilizó más tropas hacia la región en previsión del ataque que considera no solo «creíble», sino «inminente».
Tras el bombardeo en Damasco con el que régimen sionista puede acabar incendiando toda la región, Biden insistió en que «hará todo lo posible» para proteger a Israel, un compromiso que considera «blindado».
A la vez, el secretario de Estado, Antony Blinken, se mueve en el terreno diplomático y pidió a sus homólogos chino, turco, egipcio y saudí que disuadan a Irán de atacar a Israel, y a los europeos que envíen advertencias a Teherán de que la escalada «no beneficia a Irán, a la región ni al mundo».
Pero el ministro iraní de Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, subrayó la «necesidad de responder» al ataque a la legación diplomática.
A su vez, China apeló a EEUU a jugar un papel constructivo en Oriente Medio, recordando la condena de Pekín del ataque al consulado de Damasco, que «la seguridad de las instituciones diplomáticas es inviolable, y que la soberanía de Irán y Siria deben ser respetada».
Después de que la compañía aérea Lufthansa suspendiera sus vuelos a Teherán, EEUU ha restringido los movimientos de su personal diplomático en Israel y, al igual que hicieron el Estado francés, Noruega, India, Rusia, Canadá, Australia y Gran Bretaña, recomendó a sus ciudadanos que se abstengan de viajar o que abandonen Irán, Líbano, Israel o Palestina. París evacuará, además, a los familiares de diplomáticos franceses en Teherán.
Quien sí actuó fue la milicia de Hizbulah, que lanzó al menos 50 misiles hacia el norte de Israel en represalia por los ataques israelíes previos contra el sur de Líbano.
Mientras tanto, el régimen sionista sigue arrasando Gaza «más allá de lo imaginable», según constataron responsables de la OMS en Jan Yunis, sin que merezca las mismas advertencias estadounidenses.
Entre las más de 60 personas que mató en las últimas horas, 28 fueron víctimas de un bombardeo contra la casa de la familia Tabatibi, entre los que había cinco niños y cinco mujeres, cuando se encontraban reunidos celebrando Eíd al-Fitr en el barrio de Daraj, en el centro de la ciudad de Gaza. Los cuerpos quedaron despezados en el segundo ataque contra esta familia, que ya ha perdido sesenta miembros.
A los ataques de ayer en los que el Ejército israelí también se ensañó con el campo de refugiados de Nuseirat, donde mató a varios periodistas, se suman los que llevó a cabo en una redada militar en Tubas, al noreste de Cisjordania, en los que mató a dos palestinos.
Además, unos 1.500 colonos, amparados por el Ejército, irrumpieron en la aldea de Al-Mughayir, al noreste de Ramallah, donde mataron a un joven e hirieron de gravedad a otros diez además de incendiar unas 40 viviendas y vehículos.
Berlín
La Policía canceló en Berlín un congreso de solidaridad con Palestina y para denunciar la complicidad de Alemania, que había sido criminalizado por organizaciones y políticos alemanes. «El fascismo está vivo y coleando en Alemania», denunció el exministro griego Yanis Varufakis, que debía participar en el evento.