Después de la desaparición, el 12 de abril, de un joven pastor de 14 años en la cercana colonia ilegal de Malachei HaShalom, decenas de colonos judíos invadieron el pueblo de Al Mughayyir, al norte de Ramallah.
Sentado con unos amigos alrededor de una hoguera en las colinas de Cisjordania ocupada, Ibrahim Abu Alyah no aparta los ojos de su rebaño. Hace unos días, unos colonos israelíes atacaron su pueblo.
«Estamos aquí para poder poner las ovejas a resguardo y avisar a la gente de que protejan sus casas por si llegan los colonos», explica este ganadero de 29 años.
Armados con fusiles y cócteles molotov, los colonos incendiaron casas, mataron al ganado, hirieron a 25 personas y forzaron la huida de 86 habitantes. Un palestino murió en el transcurso de esta violencia.
Abu Alyah dice que perdió «20 o 30 ovejas» y un perro durante el ataque, así como los ingresos que obtenía de la venta de productos lácteos. Su casa, además, fue incendiada.
El alcalde de Al Mughayyir, Amin Abu Alyah, cuenta a la agencia AFP que los colonos, que formaban parte del equipo de búsqueda del joven desaparecido Benjamin Achimeir, incendiaron «todo lo que encontraron a su paso».
«Quemaron casas, un bulldozer y algunos vehículos», afirma el alcalde.
Los habitantes del pueblo quisieron organizarse en comités para protegerse de futuras agresiones, pero se lo impidieron, asegura.
«Tenemos actualmente más de 70 detenidos en prisiones israelíes, acusados de haberse unido a comités de protección o de haber intentado formar un cuerpo organizado», dice.
«Perdí mi futuro»
En el pueblo vecino de Duma, unos cinco kilómetros al norte, centenares de colonos descendieron el 13 de abril a los campos de los alrededores. Ese día encontraron el cuerpo del joven pastor, víctima de un homicidio, según las autoridades israelíes.
Los aldeanos palestinos asistieron impotentes a la llegada de los colonos, que quemaron vehículos y casas y apuñalaron a un vecino.
Además de los colonos, «más de 300 soldados israelíes asaltaron el pueblo y lo declararon zona militar cerrada», afirma Suleiman Dawabsheh, jefe del consejo municipal de Duma.
Contactado por AFP, el Ejército no quiso pronunciarse sobre esas acusaciones.
Mahmud Nizar Salawdy, un herrero de 30 años cuya casa quedó calcinada por el ataque, se sintió especialmente vulnerable al constatar que los soldados no hacían nada para detener la violencia.
«Nos sentimos impotentes porque somos incapaces de protegernos y porque a los colonos los protege ejército», señala.
«Perdí todo mi dinero y mi futuro», dice, suspirando, en la planta baja de su casa incendiada, situada en el perímetro de Duma, cerca de los campos por donde se internaron los asaltantes.
El suelo está lleno de muebles quemados y cristales rotos. Las paredes, negras de hollín, atestiguan el lanzamiento de cócteles molotov.
Su taller también fue incendiado y sus viejas herramientas quedaron desperdigadas por el suelo. Una caja de madera donde tenía 70 polluelos está ahora vacía.
El incidente reabrió viejas heridas para los habitantes de Duma, que recuerdan todavía la tragedia que golpeó a una familia del pueblo.
En 2015, un colono extremista incendió la casa de los Dawabsheh. El fuego mató al matrimonio y a uno de sus hijos, de corta edad. Solo el pequeño Ahmed, de cuatro años, sobrevivió.
Desprotegidos
Las vecinas y vecinos de Duma, como muchas otras en Cisjordania, aseguran vivir con miedo de los colonos y sentirse desprotegidas por la seguridad palestina y por Israel.
En este territorio ocupado desde 1967, los cuerpos de seguridad palestinos solo pueden operar en un 40% de su superficie, mientras que las fuerzas israelíes controlan el resto.
Pero los soldados israelíes no siempre impiden que los colonos ataquen a los palestinos.
Según un informe publicado en enero por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), «las fuerzas israelíes acompañaron o respaldaron a los atacantes en casi la mitad» de los 774 ataques de colonos registrados después del 7 de octubre.
En estos más de seis meses, soldados o colonos israelíes mataron a al menos 469 palestinos en Cisjordania, según las cifras oficiales palestinas.
Del otro lado, fueron matados nueve israelíes, entre ellos cinco miembros de las fuerzas de seguridad, según la OCHA.
Pese a las dificultades, Ibrahim Abu Alyah asegura que «jamás» se marchará de Al Mughayyir. En setiembre ya tuvo que abandonar sus pastos al otro lado del pueblo, más cerca del asentamiento israelí.
Y el miércoles, la carretera que une su pueblo con la colonia ilegal de Malachei HaShalom apareció flanqueada por banderas israelíes plantadas por los colonos.
Colonos matan a una persona en la aldea de Al Sawiya
Por otra parte, este sábado un grupo de colonos israelíes han matado a al menos un palestino y han herido a otros dos en la aldea de Al Sawiya, al sur de Naplusa, en la Cisjordania ocupada, según ha informado la agencia palestina Wafa.
Decenas de colonos del asentamiento Ali, ubicado también al sur de Naplusa, han atacado casas de ciudadanos en la zona occidental de la aldea, según la agencia palestina, que cita a testigos.
Wafa indica que una persona de 50 años recibió un disparo en el pecho y un joven de 26 otro en el rostro.
Posteriormente colonos y soldados israelís han atacado la ambulancia que transportaba a los heridos y han matado a uno de sus conductores, identificado como Muhamad Awad Ala Muhamd Musa, de 50 años, según Wafa, que cita al trabajador de los servicios de emergencias Bashar Qariuti.
El pasado 15 de abril, los colonos mataron a otras dos personas en la localidad de Jirbet al Tawil, en el norte de Cisjordania.