El Ministerio de Sanidad de Gaza ha advertido de que ha perdido toda capacidad para analizar y clorar el agua potable de la franja, por lo que todos los habitantes del enclave «están poniendo su vida en peligro».
El Ministerio ha anunciado el cierre del Laboratorio de Salud Pública y la consecuente imposibilidad de continuar analizando muestras de agua potable.
Además, ha acusado a Israel de no permitir la entrada de cloro a Gaza o cualquier otra alternativa para tratar el agua potable de la franja, asolada por 204 días de incesante ofensiva israelí que ha causado más de 34.300 muertos y destrozado numerosa infraestructura civil.
«Todos los ciudadanos de la Franja de Gaza están bebiendo agua que no es segura, poniendo en riesgo sus vidas», asegura el Ministerio.
Acuíferos contaminados
Las autoridades han alertado asimismo del riesgo sanitario que suponen las aguas residuales que se están desbordando y contaminando los acuíferos de Gaza.
Advierte así de la «propagación de numerosas enfermedades y epidemias», de la «acumulación de residuos en las calles y entre las tiendas de campaña de los desplazados» y la proliferación de reptiles e insectos fomentada por las altas temperaturas. Todo ello supone «un desastre para la salud».
«Hacemos un llamamiento a todas las instituciones internacionales y humanitarias para que intervengan rápidamente», ha indicado el organismo en un comunicado oficial.
Ayer, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Unrwa) ha advertido una vez más que las condiciones de vida en Gaza se «están deteriorando rápidamente» y en concreto ha subrayado que la «escasez de agua en Rafah» donde viven en torno a 1,2 millones de desplazados y 200.000 residentes, está aumentando los riesgos de aparición de enfermedades.
El pasado noviembre, el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo, pidió a Israel que dejara de usar el agua como un arma de guerra.
«Cada hora que pasa mientras Israel impide el suministro de agua potable en la franja de Gaza, en flagrante violación del derecho internacional, pone a los habitantes de Gaza en riesgo de morir de sed y de enfermedades relacionadas con la falta de agua potable», ha asegurado Arrojo-Agudo el pasado 17 de noviembre, apenas un mes después del estallido de la guerra el 7 de octubre.