Considerada como uno de los iconos de la fotografía del siglo XX, Lee Miller es la protagonista de la película de Ellen Kuras. Titulada ‘Lee’, en ella Kate Winslet se mete en la piel de una mujer que pasó de ser una cotizada modelo de ‘Vogue’ a convertirse en una prestigiosa corresponsal de guerra.
Kuras es una directora y cineasta estadounidense conocida popularmente por su trabajo en ‘Eterno resplandor de una mente sin recuerdos’ (2004).
Es también la única ganadora en tres ocasiones por Mejor Fotografía de Drama en el Festival de Sundance. Originalmente, Kuras quería dedicarse al fotoperiodismo o a la escultura; su interés en la fotografía como una herramienta narrativa despertó cuando estudiaba en la Universidad de Brown, y se complementó con los estudios de antropología que realizó en esta.
Al terminar la universidad, comenzó a tomar fotografías de sus vecinos provenientes de Laos; el resultado del primer acercamiento es el documental en el que trabajó por más de 20 años, ‘The Betrayal’ (2008), ganador del Óscar al Mejor Largometraje Documental.
Como directora de fotografía ha trabajado de la mano de cineastas como Martin Scorsese, Sam Mendes, Spike Lee, Michel Gondry, Charlie Kaufman y Jim Jarmusch, entre otros.
Además de Winslet, el reparto incluye a Alexander Skarsgard, en el rol de su compañero sentimental Antony Penrose; Josh O'Connor, en del hijo de Miller (Antony Penrose) y Andy Samberg es el reportero de guerra David Scherman.
Por su parte, Andrea Riseborough y Marion Cotillard encarnan respectivamente a Audrey Withers y Solange D'Ayen, editoras de las revistas ‘Vogue’ en Inglaterra y el Estado francés.
El próximo 9 de setiembre ‘Lee’ tendrá su premier mundial en el Toronto International Film Festival, en el que participará dentro de su sección oficial. Su estreno en salas está previsto para el 17 de setiembre en Estados Unidos.
Botas embarradas
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial comenzó una faceta definitiva en la vida de la fotógrafa. El estallido de la contienda le impulsó a documentar los horrores para concienciar a los estadounidenses de lo que estaba aconteciendo en Europa.
Sobre el paso definitivo que supuso dicha experiencia, dijo: «Parece bastante tonto seguir trabajando para una publicación frívola como ‘Vogue’, que puede ser buena para la moral del país, pero es un infierno para la mía».
Quedó profundamente impactada con el horror que topó en los campos de concentración de Dachau y Buchenwald y cuando envió sus crónicas e imágenes a la redacción de ‘Vogue’, advirtió a sus compañeros: «Os ruego que me creáis. Esto es cierto».
Tras su visita a Dachau, Miller pasó la noche en lo que parecía la mediocre vivienda de cualquier comerciante en Munich, pero al ver las iniciales A.H. junto a la esvástica en la cubertería y la gran centralita telefónica en la habitación adyacente, descubrió que, en realidad, estaba en el apartamento de Hitler, ante lo que decidió tomar un baño.
Esta secuencia cobraría forma definitiva en una de las fotografías más conocidas de Miller, en la cual posa en dicha bañera y a sus pies se ve su uniforme y botas embarradas.
El conflicto bélico le legó duras secuelas sicológicas de las que no pudo recuperarse. Se hundió en el alcohol, prácticamente dejó de trabajar y dedicó sus últimos años a cocinar e inventar recetas eróticas. Falleció a los 70 años víctima de un cáncer.