En el corazón de Berlín se encuentra un edificio de vecinos con un patio interior, un microcosmos donde los conflictos con el propietario y el encargado del mantenimiento son moneda corriente.
Nos situamos en una época cercana a los confinamientos por el coronavirus, y un día la policía rodea el lugar, impidiendo que los residentes salgan.
La incertidumbre se apodera del ambiente. Quizás sea un aviso relacionado con algún vecino y algún grupo armado. Sea cual sea la razón, el encierro forzado solo intensifica los enfrentamientos y tensiones entre los habitantes.
Esta película, escrita y dirigida por el turco Asli Özge, se cocina a fuego lento. El cineasta se toma su tiempo, con calma, para sumergir al espectador en la trama, presentándonos a los personajes y sus dilemas.
Aunque de tono coral, la atención se centra principalmente en Henrike Koch, una mujer casada con Daniel y madre de un niño. Henrike, observadora por naturaleza, se siente inquieta al no poder asistir a una importante reunión de trabajo debido al encierro.