En el sexto día de la protestas, el Ejecutivo de Emmanuel Macron está determinado a «poner el orden en la isla, cueste lo que cueste» –ya han fallecido seis personas, dos de ellas gendarmes–, ha indicado este domingo en una intervención televisiva Louis Le Franc, representante del Gobierno en el archipiélago.
Piquetes, barricadas, incendios y saqueos se han prolongado esta última noche, reconocieron las autoridades locales, quienes temen un desabastecimiento general de la población.
En un mensaje en las redes, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, comunicó la puesta en marcha de «una gran operación» para restablecer la circulación de los 60 kilómetros de carretera entre Numea y el aeropuerto.
«Valentía y firmeza para restablecer el orden republicano», advirtió el ministro, quien detalló que 100 de los 600 gendarmes desplegados pertenecen a la unidad de élite GIGN, siglas de Groupe d'Intervention de la Gendarmerie Nationale.
Nueva Caledonia, un territorio 270.000 habitantes, está desde el miércoles pasado bajo el estado de emergencia decretado por el Gobierno de Macron, que ya ha desplegado cerca de 3.000 efectivos enviados desde la metrópoli. En el origen de las protestas está un cambio del censo electoral que incrementa el porcentaje de la población migrada desde el Estado francés.