Las elecciones europeas se viven en el Estado francés con una óptica claramente doméstica, que es la del 'sorpasso' de la ultraderecha de Marine Le Pen a la formación liberal del Emmanuel Macron con vistas a alcanzar la Presidencia del país en 2027.
Tras su abultada derrota en las presidenciales de 2017, Le Pen lanzó hace años el proceso de normalización (denominado en el Estado francés «desdiabolización») para hacer a la vieja ultraderecha de tintes 'nazifascistas' aceptable para un electorado más amplio.
Y los sondeos de intención de voto muestran una clara ventaja de la Rassemblement National (RN) de Le Pen, cuyo cabeza de lista es su joven delfín, Jordan Bardella (28 años), con entre un 30% y un 32 % de las preferencias.
Debate televisado
El debate televisado que mantuvo en la noche del jueves con el primer ministro Gabriel Attal –el jefe de Gobierno más joven del Estado francés contemporáneo- ya ha ayudado a mostrar al RN «como una alternativa a Macron», explica a Efe Alberto Alemanno, profesor de Derecho de la UE en la Escuela de negocios HEC de París.
«El debate legitimó a Marine Le Pen, no solo a nivel personal sino también al de su partido», apunta.
El apoyo de Le Pen esta semana a la expulsión del alemán AfD del grupo del Parlamento Europeo Identidad y Democracia a causa de los escándalos de su cabeza de lista, Maximilian Frah, ha ayudado aún más a la líder francesa, porque «le ha permitido decir 'no somos lo mismo’», recalca Alemanno.
Añade que Le Pen «al rechazar a AfD, gana puntos en Francia» y contrarresta los argumentos de la campaña de los macronistas, centrada en buscar una movilización contra la ultraderecha.
El Estado francés es actualmente, junto a Bélgica, el único país de la UE donde se mantiene el llamado cordón sanitario de los partidos políticos, incluso de los conservadores, para evitar la llegada de la ultraderecha a las instituciones.
El debate Attal-Bardella se caracterizó por un ataque incisivo del jefe del Gobierno a las contradicciones del programa de los ultraderechistas, que hasta hace pocos años promovían la salida de Francia del euro o incluso de la UE, o sus propuestas contra la inmigración, prácticamente imposibles de aplicar en la práctica.
Sondeos
El debate «desenmascaró al RN», aseguró Attal después del enfrentamiento, pero los sondeos no parecen respaldarle.
Esto se debe a que, según Alemanno, los votantes de ultraderecha europeos se atienen más a consignas relacionadas con la soberanía nacional o la firmeza frente a la inmigración y «no juzgan» y «son menos exigentes» en las cuestiones más técnicas.
La candidatura de Renaissance, el partido de Macron, queda muy lejos de Bardella en los sondeos. Su cabeza de lista es Valérie Hayer, una sólida eurodiputada pero sin mucho carisma, que por ahora oscila entre el 16-17% de las intenciones de voto.
Muy cerca está el PS, que ha reverdecido un poco sus laureles (14-15%) gracias a su candidato, el eurodiputado Raphaël Glucksmann.
Claramente más lejos se sitúan la derecha conservadora (LR), la izquierda de LFI y los verdes del EELV, que se mueven en torno al 7% de la intención de voto, en una dura batalla por el cuarto lugar.
Macron barrió a Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales de 2017 por 32 puntos porcentuales (66-34%). Pero la ventaja se recortó casi la mitad en las de 2022 (58,5% a 41,5%).
Teniendo en cuenta que en las elecciones europeas de 2019 el RN ganó por un suspiro (logró un 23,3% frente al 22,4% de Renaissance), Le Pen y Bardella ya cantan victoria por un amplio margen y han pedido que, si el Gobierno pierde el 9 de junio, Macron disuelva la Asamblea Nacional y convoque unas legislativas en las que confían en dar un nuevo paso hacia el Gobierno.