Ahora que se ha conocido que el Departamento de Seguridad ha expedido multas de 1.500 y 2.500 euros a un total de 133 jóvenes por interrumpir el tráfico en Gasteiz y en Bilbo en una protesta política, sin distinguir ni detallar la participación individual de cada una de esas personas en los hechos considerados como «falta grave» por la Ley Mordaza, cabe repasar cómo actuó la Consejería de Josu Erkoreka en un caso que causó extrañeza en la ciudadanía o se podría incluso hablar de «alarma social».
El 1 de junio de 2023 el colectivo ‘Ertzainas en Lucha’ convocó una concentración ante el Parlamento de Gasteiz en el que ocuparon las vías del tranvía, recibieron los aplausos de compañeros uniformados y hasta se vio un abrazo efusivo.
El hecho tuvo gran repercusión mediática y, al día siguiente, ante el Parlamento, el consejero Josu Erkoreka lamentó –aunque dijo aceptarlo «deportivamente como un gaje más de lo que es la paradoja de la política»– que aquellos a quien tanto defiende pidieran su dimisión.
En todo caso, reconoció ante la Cámara que «hay motivos para sospechar fundadamente que ayer se produjeron conductas contrarias al ordenamiento jurídico, sea el disciplinario o sea el de seguridad ciudadana. Por tanto, puedo afirmar que por la tarde se abrieron diligencias informativas, que se va a recoger toda la información con todos los medios a nuestro alcance, y se tramitarán los procedimientos para concretar los hechos y para depurar responsabilidades que puedan resultar».
Informe de Asuntos Internos
La conclusión de ese informe de Asuntos Internos fue la de dictar «siete procedimientos disciplinarios incoados con imposición de sanción de apercibimiento por la comisión de falta leve», a los agentes uniformados a los que en distintos medios se les vio aplaudiendo junto a sus compañeros manifestantes cuando terminaron la concentración.
Se considera que ese aplauso «supone una conducta contraria al deber de neutralidad en la actuación de la Policía del País Vasco», puesto que «no pudo tener un significado distinto al de la expresión de la aprobación y alabanza al propio acto de protesta y a la finalidad perseguida por la misma».
De esos siete procedimientos por falta leve solo siguieron adelante seis, puesto que el séptimo se resolvió con su «declaración de la caducidad y el archivo del mismo».
No se vio nada punible en el abrazo que se dieron un agente de la barrera y un manifestante, porque tras ver las imágenes, Asuntos Internos «llega a la conclusión de que no es más que un saludo cordial y natural entre dos personas que se conocen, acontecido, cabe destacar, una vez que el acto ya hubo finalizado».
También entendió que el diseño y ejecución del dispositivo policial fue «correcto y ajustado». Asuntos Internos concluyó que la actitud de los manifestantes no constituyó ninguna infracción de la Ley Mordaza, puesto que la invasión de las vías del tranvía fue «por indicación expresa de los agentes integrantes de la línea de seguridad», ya que la jefatura decidió suspender su tráfico por «el riesgo inminente que comportaba para la integridad física de los concentrados».