En un escrito, al que ha tenido acceso la agencia Efe, la Fiscalía ha pedido a la Audiencia de Barcelona que envíe a juicio a Roger Español por lanzar una valla contra los agentes y que exculpe a los cuatro policías acusados de las cargas del 1 de octubre de 2017 en las que Español perdió un ojo.

La Fiscalía argumenta que en los policías concurre la eximente de «cumplimiento del deber» porque estaban amparados por una orden judicial que les obligaba a «requisar todo el material relacionado con el referéndum» y porque el disparo que impactó contra Español «fue precedido de un uso progresivo de los medios», de acuerdo con los principios de «oportunidad, congruencia y proporcionalidad».

Solicita asimismo el archivo para tres policías españoles acusados de golpear a los votantes concentrados ante la escuela Ramon Llull de Barcelona donde cayó herido Roger Español –dos de ellos también procesados por el disparo de la pelota de goma–, al entender que habría prescrito el delito de lesiones que se les podría imputar, que tiene un plazo de cinco años.

Para el ministerio público, el disparo de la pelota de goma que sacó un ojo a Roger Español cumple los requisitos para que los agentes puedan acogerse a la eximente: obedeció a una orden dictada por un superior orgánico y la instrucción fue «debidamente controlada por los mandos intermedios», sin que el escopetero incumpliera los protocolos de actuación.

Tras recordar que la normativa aplicable «autorizaba» a la Policía española a utilizar pelotas de goma, el ministerio público sostiene que el lanzador de la escopeta cumplió los «requisitos técnicos» establecidos, ateniéndose a la «premisa básica de menor lesividad posible» y a una distancia no inferior a quince metros, en una situación de «peligrosidad extrema» para los agentes.

Los agentes defienden que fue su «último recurso»

Además, según la Fiscalía, la orden de disparar «se vio precedida por el lanzamiento de múltiples objetos contra la línea policial», como vallas metálicas, adoquines, elementos urbanos, piedras, botellas, conos de señalización o basura.

El escrito recuerda que, durante la investigación, el jefe del grupo investigado explicó que el lanzamiento era «el último recurso tras el agotamiento de otros medios menos lesivos para la dispersión de masas».

La Fiscalía subraya también que entre el escopetero y Roger Español mediaba «una distancia aproximada de quince metros» y que el lanzamiento se produjo ante la «conducta de hostilidad y acometimiento a los policías» por parte del votante, que justo antes «había propinado una patada a un objeto en dirección a la línea policial».

Además, según el ministerio público, el escopetero dirigió el disparo al suelo, «contra el que impactó en primera instancia, antes de rebotar contra Roger Español».

Respecto a la actuación de los agentes que golpearon a los votantes con las defensas en la escuela Ramon Llull, la Fiscalía sostiene que la actuación sería «necesaria y proporcionada, ante la negativa de los congregados a moverse».