Con estas elecciones a la Eurocámara concluye en el Estado español un intenso ciclo electoral que comenzó hace trece meses con las autonómicas, forales y municipales de mayo, que prosiguió con el adelanto de las generales, y luego con las gallegas, vascongadas y catalanas. Este 9J cierra un año en el que se ha votado mucho y se ha investido un nuevo gobierno español.
Pero los comicios europeos ocurren también en un momento político por demás peculiar: acabado el debate desgastante de la amnistía, el presidente, Pedro Sánchez, ha pateado el tablero y roto el bucle con sus cinco días de reflexión a fines de abril que ya han entrado a la historia de la comunicación y la estrategia. Además, el mayor triunfo de los socialistas de Catalunya en toda su historia.
Así las cosas, las encuestas que venían dando un triunfo contundente al Partido Popular han comenzado a mostrar otro panorama. El politólogo y analista Alejandro Solís, miembro del think tank Ideas en Guerra, suele reprocesar la información que da el CIS, utilizando su muestra pero modificando la proyección estimativa.
Como explica en conversación con NAIZ, el CIS tiene la muestra más grande del Estado español, con más de 7.000 personas encuestadas, mientras que las consultoras privadas hablan con entre 1.000 y 2.000. Utilizar de manera correcta la muestra del organismo público convierte a los datos en muy fiables.
«Lo que ocurre es que el CIS tiene dos problemas: hay un mayor número de encuestados que son votantes de partidos de izquierda de los que debería y este error no es corregido en su estimación, me da la sensación. Lo que yo hago en mi estimación, y lo hacen otras encuestadoras, es corregir este error, quitando la evidente disparidad que se ve que hay entre lo que han votado y lo que pronostican que votarán», señala.
En la reestimación de Solís del último CIS sobre las europeas, el PP obtiene 32,4% (3% más), PSOE 31,5% (0,9% menos), Vox 11,7% (1,3 más), Sumar 5,6% (0,7% menos) y Podemos y Ahora Repúblicas aparecen empatados en 4%, sin cambios relevantes con el del ente público.
Tanto la nueva plataforma trumpista Se Acabó la Fiesta como la coalición del PNV y CC (Ceus) y Junts per Catalunya no presentan variaciones importantes entre la reestimación y el CIS. El primero se lleva el 5,5% de las preferencias mientras que los dos segundos se sitúan apenas por encima del 1%. Ciudadanos se quedará fuera de la Eurocámara.
Nunca fue tan fácil para los pequeños partidos entrar a la Eurocámara como ahora porque este año se ha incrementado el número de escaños que tendrá el Estado español: pasarán a ser 61 (por la población y por la reorganización que ha dejado la salida del Reino Unido). Al ser circunscripción única, esto incentiva la fragmentación.
Derecha e izquierda
La novedad en las últimas semanas es el cambio de tendencia a favor del PSOE y en contra del PP. Empezando por el que lidera (y ahora, por muy poco, tanto que es un empate técnico dentro del llamado margen de error), se ve no solo un estancamiento sino una pérdida de preferencias con otra novedad: la irrupción de un nuevo actor que lo erosiona a su derecha.
Se trata del partido de Alvise Pérez (Se Acabó la Fiesta), con una retórica parecida en algunas cosas a la de Javier Milei o el salvadoreño Bukele, y con una campaña absolutamente marginal a los canales tradicionales. Enfocada en Tik Tok, Telegram y Youtube, esta papeleta se quedará con un 4% de votantes del PP (unos 300.000 votos) y un 19,2% de los votantes de Vox (más de medio millón), según el análisis de Solís basado en los resultados de las generales de 2023. Pérez podría entrar con tres diputados, una irrupción sorprendente que no ocurre desde la de Podemos hace una década.
Con retórica que se parece a Milei y también a Bukele, Se Acabó la Fiesta podría entrar con tres diputados y se quedaría con 4% de votantes del PP. Vox también le quita ahora más de lo que pierde en la otra dirección
Otro cambio con respecto hace lo sucedido hace 11 meses: «Vox a día de hoy recibe más votos del PP de los que pierde a manos del PP, algo nuevo con respecto a las generales».
Por su parte, el PSOE es quien presenta cambios a su favor en la tendencia, especialmente si se recuerda los sondeos del invierno. «Sobre todo desde los días de reflexión de Sánchez y de las catalanas, el PSOE ha subido un par de puntos a nivel nacional y esto significa varios cientos de miles de votantes, que para partidos como Podemos o Sumar puede ser la diferencia entre un resultado catastrófico y uno bueno. Además del impacto simbólico de quedar en tercera o cuarta posición», añade Solís.
Por supuesto que las transferencias de votos no son entre los bloques, ya que el nivel de polarización actual de la política en el Estado no lo permite. «Se ha activado el electorado del PSOE, que estaba más dormido por el caso Koldo y la amnistía. Por ello y porque el PP está bajando es que podemos estar hablando de la posibilidad de un empate técnico o una distancia muy corta entre ambos, algo impensable hace tres meses», recalca, y dice que la clave será cuántos de sus votantes acuden a las urnas el domingo.
También explica que «hay una parte del electorado de Sumar que se está yendo al PSOE, otra parte se fue con Podemos y una cuarta parte está en la indecisión», mientras que Podemos, a quien ve ahora estable, tuvo hace unas semanas un repunte. Sobre Ahora Repúblicas, responde que lo más probable es que obtenga tres escaños y la posibilidad de un cuarto es improbable.
Preguntado sobre si, contra todo pronóstico, los socialistas pueden ganar, responde: «No es muy probable pero sí, hoy ya es posible». Y en cuanto a si la aparición de un nuevo fenómeno de derecha radical populista como el de Pérez puede, llegado el caso, beneficiar a la izquierda en unas generales, comenta que «es beneficioso para la izquierda siempre que la derecha esté más dividida pero hay que recordar que hay división también allí. El solo hecho que Podemos y Sumar estén divididos [en unas generales] hace que no haya posibilidad alguna de revalidar la mayoría actual de investidura», augura.
El Estado que encabeza la lista en cuanto al número de eurodiputados, unos 96, es Alemania, y le sigue Francia con 81, (en las anteriores le correspondían 79). Es seguido por Italia, con 76 y en cuarto lugar por España, Polonia y Países Bajos. Los estados más pequeños, como Chipre, Luxemburgo y Malta, tiene solamente seis cada uno.