Ibai Azparren
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

¿Cuántos simpatizantes de UPN han votado al PP?

La noche electoral del domingo reveló que la crisis en la derecha navarra se agudiza: PP y UPN disputan la fidelidad de un electorado dividido y cada vez más volátil. Esparza se atribuye dos de cada tres votos del PP, ¿pero qué trasvase real ha podido haber y cómo quedan las relaciones?

Protesta contra la moción de censura en Iruñea que aupó a Joseba Asiron a la alcaldía.
Protesta contra la moción de censura en Iruñea que aupó a Joseba Asiron a la alcaldía. (Iñigo URIZ | FOKU)

Una de las claves de la noche electoral del domingo era determinar cómo se comportaría el electorado de derechas en Nafarroa, dado que UPN no se presentaba. El PSOE aprovechó la polarización estatal generada por estos comicios para convertirse en la fuerza más votada en el herrialde, pero también lo hizo el PP, que se quedó cerca del empate, lo que ha abierto un nuevo capítulo en la crisis generalizada en la derecha navarra: Javier Esparza se atribuye para UPN dos de cada tres votos del PP y Javier García responde que «el votante no pertenece absolutamente a nadie» y afirma que el partido Alberto Núñez Feijóo es ya el referente del «centro-derecha» en Nafarroa.

Se trata de la enésima crisis entre UPN y PP que comenzó después de que los de García se negasen a incluir a un representante de UPN en las listas europeas, como había sido tradición. Los liderados ahora por Cristina Ibarrola no buscaron, o no lograron, presentarse con otras formaciones como han hecho otros partidos vascos, así que declinaron concurrir a las elecciones por la dificultad de sacar un escaño en un sistema de circunscripción única.

Pero tampoco supieron qué hacer con ellas. A falta de diez días para las elecciones, Ibarrola no pidió el voto para un PP en alza en el herrialde por miedo a que esos votantes no vuelvan a UPN y se limitó a dar libertad de voto a sus simpatizantes, mientras que entre las filas del PP se repitieron en campaña los llamamientos dirigidos a estos para aglutinar el voto en torno a su formación.

Con todo, una de las conclusiones del 9J es que la derecha no ha conseguido ganar las elecciones en Nafarroa. El PP llevaba desde 1994 siendo la primera fuerza en todas las convocatorias anteriores, pero todo se empezó a romper en 2019.

Hace cinco años, cuando los comicios europeos coincidieron con los autonómicos y municipales y la participación fue mayor, el PSOE ganó las elecciones y de manera holgada, ya que rozó los 95.000 votos frente a los 63.600 del PP, en segundo lugar con el 18.75% de los votos. Entonces las relaciones entre el PP y UPN eran buenas y ambos se presentaban en coalición al Parlamento navarro bajo la marca Navarra Suma, que logró ser la primera fuerza con 127.346 votos pero no, en cambio, gobernar.

Aun reduciéndose el porcentaje de participación –en los comicios del domingo fue del 52,76% frente al 66,85% de 2019– el PP ha cosechado en estas elecciones europeas 72.856 votos, el 28%, diez puntos más que en 2019 y tres más que en 2014, cuando la participación fue del 46,4% y el PP fue primera fuerza con 54.629 votos.

El pacto que UPN y PP firmaron en 1991 para fusionar sus fuerzas y arrebatar el Gobierno de Nafarroa al PSN supuso la desaparición del PP en el herrialde y la vinculación de UPN a las decisiones que los populares adoptasen en cuestiones del ámbito estatal y europeo. En 2008, aquel pactó salto por los aires y, tras su refundación, el PP se ha presentado en solitario a los comicios europeos, aunque con el respaldo expreso de UPN.

Esparza asegura que unos 48.000 votos del PP este domingo son en realidad de UPN. Pero olvida el voto dual o el trasvase desde Ciudadanos, que tuvo hace cinco años 25.000 apoyos

No lo hecho, sin embargo, de cara al 9J y ahora Javier Esparza cree que unos 48.000 votantes de UPN han «prestado su voto al PP» porque en Nafarroa «nos conocemos todos». «Mayoritariamente el voto ha ido al PP, pero un porcentaje no ha participado», apunta. Esparza ha llegado a esa conclusión basándose en los datos de las últimas elecciones autonómicas en las que ambas formaciones concurrieron por separado. Entonces, UPN obtuvo 92.000 votos y el PP, 24.000. En estas elecciones europeas, el PP ha sumado 72.000 papeletas y por esta razón Esparza argumenta que dos de cada tres votos han sido prestados. No explica qué ha ocurrido con el resto, pero para cualquier partido siempre es un problema que su electorado habitual escoja otra sigla... o directamente se abstenga.

Voto dual y Ciudadanos

Sin embargo, el hasta ahora líder de UPN olvida el voto dual, las elecciones estatales y el factor Ciudadanos. En las europeas de hace cinco años, Ciudadanos obtuvo 25.200 votos y el domingo rondó las 1.300, por lo que es probable que un alto porcentaje de esos votos acabasen en el PP. Vox, por su parte, ha sumado casi 3.000 votos más que en 2019, mientras que el ultraderechista y difusor de bulos Alvise Pérez logró casi 9.000 papeletas en el herrialde.

Además, la volatilidad de voto fue clara en dirección al PPN en las elecciones al Congreso español del año pasado, cuando la relación entre ambas formaciones ya estaba rota por la votación de la reforma laboral de Pedro Sánchez, que derivó en la expulsión de Sayas y Adanero de UPN. Ambos acabaron fichando por el PP.

UPN fue en aquellos comicios al Congreso la cuarta fuerza política en las últimas elecciones generales de Nafarroa, el PP olió la sangre y se percató de que la fórmula histórica de dar todos los diputados logrados en el hemiciclo a UPN estaba agotada. El PP había concurrido en solitario y logrado la tercera posición –tras el PSN y EH Bildu– un escaño y 57.134 votos, casi 5.000 papeletas más que UPN, que también obtuvo un asiento en Madrid.

El PP ha olido la sangre tras la ruptura con UPN por el caso Sayas-Adanero y se declara ya como «la referencia del centro-derecha en Navarra»

Si Esparza mira a las autonómicas, es lógico que García se agarre a los resultados de las estatales. Tras los resultados del domingo, el presidente del PPN comparó las cifras logradas en las europeas con las del Congreso y afirmó que han subido en 16.000 votos en esta cita en la que UPN no estaba. Preguntado por si cree que ha absorbido el voto de UPN, García señaló que «el votante no pertenece a nadie» y que la tendencia de su partido es «muy positiva».

Con todas las cartas sobre la mesa, el PP ha obtenido casi 73.000 votos, lo que indica que los simpatizantes habituales de UPN no se han sumado en su totalidad a esta opción, aunque decenas de miles sí lo han hecho en unas elecciones marcadas por la alta abstención. Prestados o no, el PP intenta ocupar el espacio que tradicionalmente ha tenido UPN. Por su parte, los de Esparza e Ibarrola no han sabido adaptarse al cambio social y político operado en el herrialde, ni al del Estado español, donde los partidos regionalistas están perdiendo terreno y muchos están en peligro de extinción.