Un vídeo al que ha tenido acceso ‘Noticias de Gipuzkoa’ muestra cómo Amaya Zabarte, la mujer que acabó en la UCI en los incidentes previos al partido de Champions entre la Real Sociedad y el PSG, cae por un proyectil de foam –según su denuncia– cuando trata de apartarse de la carga policial, se levanta a duras penas para refugiarse junto a la estación de topo, camina unos metros, vuelve a caer, y es pateada por un agente cuando se encuentra en el suelo.
🤬| Martxoaren 5ean Anoeta kanpoaldean izan ziren istiluetan zauritu zuten Amaya Zabarte.
— Malcolm iXa 🔻 (@ideiazabaldub) June 26, 2024
Noticias de Gipuzkoa-k zabaldu duen bideo batek erakutsi du buruan foam jaurtigai batekin zauritu ostean, ertzain batek ostiko bat eman ziola lurrean zegoela.pic.twitter.com/SZ7KW70cV2
En las imágenes, que según ese diario donostiarra es uno de los vídeos que forma parte de la investigación y se encuentra en manos de la jueza que sobreseyó provisionalmente la causa, se observa al principio cómo la gente cruza con absoluta tranquilidad el paseo de Errondo para dirigirse al estadio. No se aprecia incidente de ningún tipo, y Zabarte, tal y como relató en su día su familia, se encuentra en la mediana tratando de conseguir cobertura para su móvil, por lo que en el vídeo está tapada por una farola.
A los 24 segundos aparecen decenas de agentes de la Ertzaintza a la carga, procedentes de la zona de la rotonda, y la gente trata de apartarse de su camino. Entre ellos Amaya Zabarte, que corre hacia la estación del topo, pero al poco cae en la calzada sobre su lado derecho, como si hubiera recibido un impacto en la parte izquierda, que es donde el proyectil le golpeó, según se recoge en el parte médico.
La mujer logra levantarse y da unos pasos hasta la acera, antes de volver a caer. Es ahí donde se ve que uno de los ertzainas se detiene a su lado y le propina una patada, antes de seguir corriendo detrás de sus compañeros.
Corrobora la versión de la familia
Los hechos tuvieron lugar el pasado 5 de marzo, en los prolegómenos del encuentro de vuelta de los octavos de Champions entre la Real y el PSG. Amaya Zabarte, de 44 años, terminó en la UCI con una hemorragia cerebral interna como consecuencia del impacto de un objeto en la cabeza, que la familia aseguró desde el primer momento que había sido un proyectil de foam disparado por la Ertzaintza.
Su marido narró entonces a ‘Noticias de Gipuzkoa’ que ella estaba en la mediana del paseo de Errondo, entre la estación del topo y la torre de Anoeta, tratando de conseguir cobertura en su teléfono móvil para descargar la entrada. Otras dos mujeres también denunciaron lesiones, una en la espalda y otra en un ojo.
Amaya Zabarte abandonó la UCI cuatro días después, aunque permaneció un tiempo hospitalizada en planta, hasta el 14 de marzo, y las secuelas físicas y sicológicas se prolongarán en el tiempo.
El Departamento de Seguridad de Lakua, en ese momento dirigido por Jose Erkoreka, indicó que había abierto diligencias «para analizar todos los detalles relacionados con la actuación policial» y que, como medida preventiva «y con el objetivo de esclarecer el origen y circunstancias de las lesiones», la Ertzaintza se había puesto en contacto y a disposición de la familia de la herida.
Con su hijo de diez años
La Policía llevó una reconstrucción de lo acontecido en el propio paseo de Errondo, pero sin explicar por qué y cómo cargó la Ertzaintza. En el vídeo se aprecia que no había ningún tipo de incidente. Más de dos meses después, el 22 de mayo, una jueza ordenó el sobreseimiento provisional de la denuncia, al no poder precisarse qué agente efectuó el disparo.
«En un principio pensé que sería un accidente, días después que era una negligencia... y ahora, cuando empiezas a ver todas esas trabas judiciales, ves una aura de oscuridad en torno a todo este tema que te preguntas ¿qué pasa?», apuntó entonces el marido de Zabarte.
También replicó a las insinuaciones de Erkoreka, quien «deslizó una frase aludiendo a que Amaya estaba en un sitio en el que se estaban lanzando botellas y piedras. Mi mujer estuvo en torno a cinco o diez minutos buscando cobertura para que cargase la entrada para entrar en Anoeta, y ella no está durante diez minutos en mitad de un lanzamiento de piedras y botellas, eso lo entiende cualquiera».
«Amaya es una mujer muy prudente y precavida. Íbamos al fútbol con mi hijo de diez años, y tuvo la mala suerte de estar en el lugar y la hora que no debía. No sabemos si por imprudencia de terceras personas o por negligencias. Y no nos dejan averiguarlo», denunció.