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El doble suicidio ante un desahucio en Barcelona genera conmoción y autocrítica del Govern

El suicidio de dos hermanas este lunes en Barcelona, antes de ser desahuciadas por impagos de alquiler, ha sacudido una problemática ya muy grave en la ciudad. El Govern reconoce que «ha fallado todo».

Desahucio a cargo de los Mossos en Poble Sec (Barcelona) en 2022.
Desahucio a cargo de los Mossos en Poble Sec (Barcelona) en 2022. (Lorena SOPENA | EUROPA PRESS)

La portavoz del Govern en funciones, Patrícia Plaja, ha tachado de tragedia el suicidio de dos hermanas este lunes antes de ser desahuciadas de su domicilio ubicado en la calle Navas de Tolosa del barrio de Sant Andreu de Barcelona, y ha expresado: «¿Qué ha fallado? Ha fallado todo».

Así se ha manifestado este martes en una rueda de prensa en el Palau de la Generalitat tras la reunión del Consell Executiu, en la que ha asegurado que se trata de unos hechos que nunca tendrían que haber sucedido y que no se tendrían que volver a repetir, y ha afirmado: «Ha fallado todo una vez más, esto es lo que es realmente grave. Esto no es un hecho excepcional».

El suicidio de las dos hermanas, horas antes de ser desahuciadas este lunes de un piso en Barcelona por el impago de 9.000 euros en mensualidades, ha vuelto a mostrar la cara más cruda de la presión inmobiliaria en una ciudad donde pese a todas las iniciativas ya adoptadas el precio medio del alquiler ha alcanzado los 1.200 euros.

Las dos mujeres tenía 64 y 54 años y dejaron de pagar el alquiler en 2021, justo cuando falleció su madre tras contraer el covid, lo que este lunes hacía presumir entre los vecinos del barrio que la pensionista era la única con ingresos en la casa y con su muerte nadie volvió a pagar el alquiler.

Un caso desconocido

El caso era desconocido para las oenegés de ayuda a la vivienda, con las que nunca se pusieron en contacto, pero también para la gente del barrio, pues las hermanas no parecían haber compartido con nadie la situación que las ha llevado a poner fin a su propia vida.

Núria, la mayor de las dos, era la única que salía de casa, para hacer recados e ir a la compra, y era también la única que tenía nombre propio para los vecinos, pues la más joven llevaba «años sin salir a la calle», aseguran.

«La noticia nos ha cogido por sorpresa porque no nos lo esperábamos ni imaginábamos que estuvieran en esa situación», ha contado a EFE una de las vecinas, que vive en el edificio junto con su marido desde hace unos treinta años.

Los servicios municipales de Vivienda no hicieron un informe de vulnerabilidad de las dos personas halladas muertas porque en sus visitas «nunca pudieron contactar con nadie» ni «se respondieron los mensajes» que dejaron. Este lunes, especialistas del consistorio se han desplazado para dar apoyo psicológico a los vecinos.

«Conocía a Núria. Aunque hacía tiempo que no venía, solía comprar en la charcutería una vez al mes y charlábamos. Lo de la madre le afectó, siempre llevaba mascarilla y me pedía que mantuviéramos cierta distancia», ha relatado a Efe Dolors, propietaria de una charcutería a escasos metros del edificio.

Ella, a diferencia de los vecinos del inmueble, que mayoritariamente se han enterado de la noticia a primera hora de la tarde, ha conocido lo sucedido por la madrugada, cuando ha abierto su negocio, aunque desconocía la identidad de las hermanas, ni tampoco que fueran a ser desahuciadas.

La charcutera lamenta que el precio del alquiler en Sant Andreu ha provocado que muchas de sus clientas «se hayan ido del barrio» y que «venga mucha gente nueva, sobre todo extranjeros, que en poco tiempo se vuelven a mudar a otra parte».

«Este era un barrio muy tranquilo y se estaba muy bien, pero ahora un piso de 1.000 euros aquí debe ser terrible», ha concluido Dolors.

Segundo caso este año

Este es el segundo caso de suicidio por desahucio que se conoce en Catalunya en 2024, un desenlace que las entidades de defensa de la vivienda conocen bien desde hace más de una década. Antes de estas hermanas se quitó la vida Álex, vecino de Sabadell de 70 años, que tras treinta años en la misma vivienda había sido desahuciado.

Desde el Sindicat de Llogateres han condenado lo sucedido y han llamado la atención: «Los desahucios son la forma más cruda y evidentes de atentar contra la vida de las clases más populares y precarizadas».

Ya por la tarde, centenares de personas han protestado en la plaza Sant Jaume de Barcelona en respuesta a una convocatoria de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Han reprochado la mercantilización de la vivienda, con precios que aseguran que ahogan y que en demasiadas ocasiones matan.

Los concentrados han llevado un mismo cartel en el que se podía leer el lema ‘No son suicidios, son asesinatos’ y han llevado a cabo un minuto de silencio por las víctimas.

En Euskal Herria, la referencia trágica sigue siendo el suicidio de Amaia Egaña en Barakaldo en 2012, cuando iba a ser también desahuciada.