Nueve de cada diez gazatíes han resultado desplazados al menos una vez desde el inicio de la ofensiva israelí el 7 de octubre –se ha cobrado ya más de 37.000 vidas–, y algunas familias han sido desplazadas «hasta nueve o diez veces», ha dicho este miércoles Andrea De Domenico, director en los territorios palestinos de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU.
En una teleconferencia desde Jerusalén, De Domenico ha recalcado que lo que ocurren en Gaza es diferente a los demás conflictos en el mundo en el sentido de que los civiles no tienen a dónde huir: «Todo el territorio es frente de batalla», ha expresado y, además, las fronteras exteriores están cerradas.
Los datos para conocer todos estos movimientos humanos los ha conseguido la ONU cruzando varias fuentes de información, siendo una de las principales la que ofrecen los GPS de los teléfonos celulares de los habitantes.
En este momento, el norte de Gaza ha sido completamente cortado del sur por parte del Ejército israelí, que ha obligado a los habitantes de Rafah (sur de la franja) a desplazarse a dos lugares: Al Mawassi y Deir el-Balah, dos puntos donde se hacinan 1,1 millones de personas.
Los gazatíes «son como peones en un tablero de ajedrez», ha dicho gráficamente, ya que sus movimientos se producen sin tomar en cuenta ni sus capacidades para trasladarse ni la disponibilidad de servicios en los lugares a los que se desplazan.
En este sentido, ha insistido en que los lugares a los que el Ejército israelí les obliga a trasladarse carecen de cosas tan esenciales como electricidad, alcantarillado, escuelas o hasta servicios de recogida de basuras.
Seiscientos mil niños en edad escolar en Gaza están ahora privados de educación, lo que supone «unos daños enormes a largo plazo en el tejido social» difíciles de calibrar, ha explicado.
La distribución de ayuda dentro de la Franja se ha convertido en una carrera de obstáculos debido a las constantes trabas de Israel para la entrada y movimiento de los camiones, que con frecuencia son saqueados, pero –ha recalcado el funcionario– «la falta de ley y orden no son un problema logístico, sino político».
Por último, ha resaltado que de los 3.400 millones de dólares requeridos a la comunidad internacional solo se ha recaudado un tercio, pese al impacto mediático que ha tenido este genocidio y a que un 96% de los gazatíes sufre inseguridad alimentaria entre grave y catastrófica.