El Gobierno de Benjamin Netanyahu ha decidido prolongar a tres años el servicio militar en los próximos cinco. Se trata de una nueva orden que se aplicará a los soldados que actualmente prestan servicio, así como a las mujeres que ocupan puestos que les exigen firmar una exención de que su período de servicio será igual al de los hombres en las mismas funciones.
Según la nueva ley, al final del período de extensión el servicio militar obligatorio volverá a ser de 32 meses, a menos de que se apruebe una prórroga.
Por otro lado, la ley no se aplica a todas las unidades: los reclutas de algunas unidades a los que antes se les exigía que sirvieran durante 28 meses, ahora servirán por 32 meses. Además, a partir del mes 33 de servicio, los soldados recibirán un ingreso mayor.
El conflicto de los ultraortodoxos
La Oficina del Fiscal General informó al gabinete de Gobierno de que la legalidad de la medida depende de que se hagan esfuerzos más amplios para reclutar a soldados entre la comunidad ultraortodoxa, así como para igualar la carga del servicio militar entre varios sectores de la sociedad.
La nueva ley podría recibir el visto bueno del Parlamento y ser aprobada a finales de mes.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aprobó el martes pasado el reclutamiento entre judíos ultraortodoxos (haredim) a partir del mes de agosto, tras el fallo del Tribunal Supremo que obliga al Ejército a integrar a este segmento de la población en sus filas.
El asunto ha causado una airada respuesta de la población haredí, que teme que al mandar a sus jóvenes al Ejército pierdan sus costumbres y tradiciones ultrarreligiosas y abandonen a su comunidad.
Las fuerzas armadas israelíes ya han avisado de que para el año 2024 solo podrían reclutar a unos 3.000 jóvenes haredim (de los cerca de 63.000 que hay), debido a que tienen requisitos especiales sobre la dieta o la convivencia con mujeres, y el Ejército tendría que acomodar a los nuevos reclutas en batallones especiales.
Desde la fundación del Estado de Israel, en 1948, los jóvenes que estudian a tiempo completo en una escuela talmúdica (yeshivá) están exentos de realizar el servicio militar que es obligatorio para gran parte de la sociedad israelí (los árabes israelíes también están exentos).
La exención, que había sido prorrogada a través de disposiciones especiales hasta hace unos meses, ha sido siempre motivo de controversia, y más aún tras el comienzo de la guerra en Gaza y la escalada de tensión en la frontera con el Líbano, que han llevado al Ejército al borde de una crisis de personal.
15 muertos más en una escuela en Gaza
Este alargamiento del servicio militar parece una nueva señal de que Israel no tiene intención de cesar en su masacre en Gaza.
Al menos 15 personas han muerto este domingo en un bombardeo israelí contra una escuela de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) en el campamento de Nuseirat, en el centro de la franga, según ha anunciado el gobierno controlado por Hamas.
Además, unos 80 heridos llegaron al hospital Al Awda de Nuseirat tras el ataque, que impactó en la escuela Abu Arban, en la que cientos de desplazados se refugiaban de los combates que asuelan al territorio palestino, donde más de 38.500 personas han perdido la vida desde que comenzó la guerra.
En un comunicado, el Ejército justificó el bombardeo contra la escuela en los términos habituales, asegurando que esta «servía como escondite e infraestructura de operaciones desde la que se planearon y llevaron acabo ataques contra las fuerzas armadas».