El viaje que propone el centro de interpretación Andaye arranca en el siglo XVI y a partir de ahí surca distintos periodos y narra los acontecimientos que han dejado huella en la narrativa local de Hendaia y más globalmente de Euskal Herria.
El centro de interpretación Andaye, con sus 380 metros cuadrados, se divide en nueve salas a través de las cuales se puede hilar un pasado que permite entender mejor las particularidades de una localidad marcada por su demarcación fronteriza, pero también por los ricos intercambios de gentes que se han impuesto a ese handicap de la muga.
El alcalde de Hendaia, Kotte Ezenarro, desvela el primer enigma. El de ese ‘Andaye’ con que se ha bautizado el centro situado en los soportales de la residencia ‘Les jardins d'Arcadie’.
«Hemos mantenido la etimología de Andaye escrita con ‘a’ tal como aparece en varios documentos de los siglos XVII y XVIII, incluso en un documento de 1451 que también especifica que ‘el pueblo de Andaye tiene cuarenta casas’», explica Ezenarro, en relación a un enigma que, estima, encaja bien con un lugar destinado a jugar al escondite con la memoria.
Son muchas las temáticas que se ofrecen a los visitantes en Andaye: del contrabando a la caza de la ballena; de la brujería a la gastronomía, pasando por los acontecimientos que marcaron los complejos periodos de las dos grandes guerras.
Mientras, la vertiente lúdica está asegurada gracias a ese «escape game» dedicado al noble objetivo de liberar de su prisión al último corsario local de renombre, Ixtebe Pellot, apodado 'euskal azeria' ( 'Le Rénard basque', en francés).
El espacio, sito en el número 2 de la calle de la Iglesia fue inaugurado el 12 de julio, pero es a partir del 17 de julio cuando vecinos y visitantes han podido perderse por sus salas.
Para educación y entretenimiento de locales y visitantes
Daniel Oltzomendi, vicepresidente y responsable de Turismo de la Mancomunidad Vasca, destaca «la calidad educativa de esta hermosa herramienta dedicada a la memoria de Euskal Herria».
«Se trata de interesar tanto a los residentes en Hendaia como a los visitantes que están de paso en la localidad», explica, por su parte, Philippe Kehrig, presidente de la Oficina de Turismo y Comercio de Hendaia.
Kehrig agradece, al tiempo, la ayuda recibida de diferentes entidades culturales y asociaciones como Oroitza, Agora Txingudi, Eusko Ikaskuntza o el Museo Vasco, que ha prestado varias obras.
Según destaca el Consistorio hendaiarra en su página web también han recibido réplicas de obras de Versalles, del Museo de Artes Decorativas de Madrid y del Museo de la Aduana de Burdeos, todo ello para enriquecer las exposiciones de un centro cuyos textos han sido validados por la Universidad de Pau y los Países del Aturri (UPPA).
Para la consejera regional, Émilie Dutoya, este nuevo centro de interpretación es del todo complementario con el propio Museo Vasco de Baiona y también con el centro de interpretación de la arquitectura y el patrimonio sito en Ziburu.
Destaca, además, la importancia de contar con propuestas culturales porque «es fundamental acercar a nuestros niños a lugares que les permitan entender mejor el territorio en que viven».
El propio Ezenarro se detiene en apuntar a otros aspectos que se han cuidado a la hora de impulsar el centro Andaye.
Se trata de una propuesta interactiva pero también de un espacio que se presenta como inclusivo, al dotarse de equipos diseñados para ser accesibles a todos.
El nuevo local está labelizado con los sellos Turismo y Handicap y Familia Plus.
El primer edil vincula el centro interpretativo Andaye a un plan más ambicioso, el de rehabilitar el casco urbano, y que se traduce ya desde hace unos meses en una completa rehabilitación de la cercana plaza de la República, a la que miran el Ayuntamiento y la Iglesia de San Bixintxo.
Una obra mayor que ha empezado por remodelar la plazoleta que lleva el nombre de Joanes Zihugaraitxipi, corsario local del siglo XVII apodado Le Coursic, y que alcanzó la fama por capturar más de un centenar de naves bajo patente de la Corona francesa.
Frente al centro de interpretación, el bar Hendayais
Por lo demás, al centro de interpretación Andaye se accede desde una plaza a la que mira un local cerrado desde hace varios años pero que es testigo mudo de la historia política reciente de Hendaia y de Euskal Herria.
Se trata del bar Hendayais. El 23 de noviembre de 1980, pasadas las 19.000, los clientes de ese local eran tiroteados en un atentado que se saldó con dos personas muertas, Jean-Pierre Haramendi y Jose Camio, que jugaban a las cartas. Otra decena de personas resultaron heridas.
Como en otras ocasiones, los autores de los hechos buscaron cobijo al otro lado de la muga, de donde partían las órdenes de matar a vascos dentro de la llamada «guerra sucia» contra ETA.
El nombre de un clan, el de los Perret, y para más señas el de uno de sus miembros, Clément Perret, se liga tanto a ese atentado en el bar Hendayais como otros ataques mortales llevados a cabo en las década de los 80 del siglo pasado en Ipar Euskal Herria.
Hasta 83 muertes se produjeron desde 1975 en Euskal Herria a cargo de diferentes organizaciones paramilitares, según consta en el informe ‘La guerra no declarada. Terrorismo de Estado en Euskal Herria’ elaborado por Euskal Memoria.
El mercenario Clement Perret murió a consecuencia de un atentado llevado a cabo por ETA en 1985, en Castelló.
El Memorial abierto en Gasteiz presenta al mercenario Clément Perret como «un empresario francés» y le recuerda exclusivamente como «víctima del terrorismo» sin citar sus vínculos activos con dos grupos parapoliciales, el Batallón Vasco Español (BVE) y los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).