Puede sorprender que un jugador que ha despertado grandes expectativas en tres de los principales clubes europeos acabe recalando en Osasuna a sus 22 años, y en principio para jugar en el Promesas. Pero ese es el caso de Pablo Moreno. El club rojillo busca un win-win con esta incorporación: espera que sirva al delantero granadino para relanzar su carrera y a Osasuna para contar con un refuerzo importante para el filial de Primera RFEF y potencial para pasar al primer equipo.

La trayectoria de Moreno es tan rutilante como descendente. Nacido el Granada el 3 de mayo de 2002, se formó en La Masía, donde marcó más de 200 goles en cinco temporadas y se convirtió en fijo en las selecciones estatales inferiores.

Tras ello fue traspasado a la Juventus, donde jugó en el equipo sub-23 en la Serie C y fue convocado en alguna ocasión con el primer equipo, sin llegar a debutar.

De ahí pasó todavía a un tercer grande europeo: el Manchester City. Lo fichó en 2020 y fue cedido dos veces al Girona en Segunda División, donde totalizó 47 partidos y tres goles.

Tras desprenderse el club entrenado por Pep Guardiola del delantero, pasó al Marítimo de la Primera División portuguesa en 2022. Y en 2023 volvió en cierto modo a la esfera culé al fichar por el Andorra de Piqué, donde solo ha disputado diez encuentros. Ahí ha compartido plantilla con Iker Benito, cedido por Osasuna y ahora de vuelta a Taxoare.

Hasta 2025 o 2027

En principio, Pablo Moreno se pondrá a las órdenes de Santi Castillejo para el Promesas, que estaba justo de delanteros tras perder los tres principales de la pasada campaña: Ander Yoldi ha pasado al primer equipo, el exrealista Jorge Agirre ha recibido la baja (ha fichado por el Gil Vicente portugués) y Svensson ha sido recuperado por el Espanyol, de donde llegó cedido.