Novak Djokovic, que llevaba dieciséis años persiguiendo un título de campeón olímpico, el único trofeo que faltaba en su inmensa galería, finalmente ha llenado este vacío ganando este domingo el oro, derrotando en la final al español Carlos Alcaraz por 7-6 (3), 7-6 (2).
A sus 37 años, Djokovic, poseedor del récord de títulos de Grand Slam (24), se ha visto invadido por una emoción extraordinaria tras el punto de partido, cayendo de rodillas entre lágrimas y con la cabeza entre las manos en la pista central, bajo una tremenda ovación.
El serbio ya lo ha ganado todo en su carrera. Ha roto la maldición que lo perseguía en los Juegos Olímpicos, con solo una medalla de bronce obtenida en cuatro participaciones antes de esta coronación.
El serbio, que había hecho del oro su prioridad en los últimos meses, ofrece así a Serbia la primera medalla de oro durante estos Juegos Olímpicos.
Al final de un partido de casi tres horas, suntuoso y cercano al final, ha logrado vengarse de Carlos Alcaraz, vencedor en Roland-Garros en junio y que venía de derrotarlo en la final de Wimbledon hace apenas tres semanas.
Djokovic ha luchado como un león contra el tenista más en forma actualmente, sin ceder ante los ataques del joven español y borrando notablemente nueve puntos de quiebra en el primer set, incluidos tres en 4 juegos en total, antes de marcar la diferencia en la eliminatoria. pausado.
El segundo set ha sido igual de parejo. Y la victoria se ha decidido también en el tie-break, momento donde el serbio ha demostrado su experiencia.
Djokovic nunca había logrado clasificarse para la final de un torneo olímpico en cuatro apariciones ante París.
En 2008, en Pekín, perdió ante Rafael Nadal en semifinales y sólo consiguió el bronce ante el estadounidense James Blake. En 2012 en Londres, el británico Andy Murray le detuvo en semifinales. En Río de 2016, fue sorprendido en la salida por el argentino Juan Martín Del Potro. Y en Tokio se desplomó ante Zverev en semifinales en un partido que parecía haber dominado.
Ante Alcaraz en esta final no era el favorito. Además de la calidad de su rival, había sentido molestias en la rodilla derecha tras su partido de cuartos de final del torneo olímpico contra Tsitsipas, la misma rodilla de la que había sido operado tras su retirada en los cuartos de final de Roland-Garros. Una rodilla que finalmente no le ha impedido escribir una nueva página en la historia de este deporte.