Israel volvió a poner de manifiesto ayer su voluntad para alcanzar un acuerdo de alto el fuego en la Franja de Gaza. Lo hizo unas pocas horas después de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken asegurara que el Gobierno de Benjamin Netanyahu había dado su aprobación a la última propuesta revisada presentada por EEUU, por la que Hamas acusa a Washington de reactivar el genocidio del pueblo palestino al ceder y modificar el acuerdo que había sido alcanzado el 2 de julio para satisfacer la presiones de Israel. Los bombardeos de una escuela de la ciudad de Gaza, donde se refugian cientos de personas desplazadas, y en un mercado de Deir el-Balah mataron a más de veinte palestinos.

El ataque aéreo israelí contra la escuela Mustafa Hafez mató a al menos 12 personas y los equipos de rescate seguían trabajando para recuperar cuerpos bajo los escombros. Con su argumentario habitual tras cada masacre en escuelas gazatíes, el Ejército dijo haber bombardeado una base militar del Hamas incrustada en el centro escolar.

Hamas denunció que el ataque demuestra «la sed de sangre» de las autoridades israelíes en su ofensiva sobre el enclave, que ya se ha matado a más de 50.100 personas, 40.173 confirmadas y alrededor de 10.000 que continúan bajo las toneladas de escombros en los que Israel ha convertido el enclave palestino. Volvió a pedir a la comunidad internacional y a las instituciones humanitarias que presionen a Israel para detener la guerra, y solicitó a la Corte Internacional de Justicia que «documente esta masacre», la octava contra centros de desplazados en agosto.

Una investigación de Al-Jazeera reveló ayer que el régimen sionista ha atacado más de 500 escuelas de toda Gaza en los últimos 10 meses. Solo en diez días de agosto, cinco centros en la ciudad de Gaza fueron bombardeados, matando a 179 personas.

El peor ataque de las últimas semanas tuvo lugar el 10 de agosto contra la escuela Al-Tabain, que motivó palabras de rechazo generalizadas sin ninguna consecuencia, al matar a más de 100 personas mientras realizaban el rezo del amanecer en el centro ubicado en el barrio de Daraj. Para el Ejército fue, como siempre, un bombardeo de precisión contra combatientes de Hamas y de la Yihad Islámica.

Unas horas después del ataque contra la escuela Mustafa Hafez, otro ataque contra un mercado cerca de la rotonda de Birka, en el corazón de la ciudad de Deir el-Balah mató a nueve personas.

«Estas masacres se producen en el contexto del crimen de genocidio» perpetrado por Israel de diversas formas, denunciaron las autoridades gazatíes. «Consideramos a la ocupación israelí y a la Administración estadounidense plenamente responsables de las catastróficas y peligrosas consecuencias de estas masacres en curso», añadieron.

Deir el-Balah era hasta hace unos días el principal refugio de miles de gazatíes que se han visto obligados a huir de diferentes puntos del sur de Gaza ante el avance de las tropas israelíes y el recrudecimiento de los combates. El viernes, el Ejército ordenó la evacuación del este de la localidad y, poco después, los soldados entraron por primera vez en la ciudad.

TREGUA TEMPORAL Y CONTROL MILITAR

Netanyahu aseguró ayer en una reunión con familiares de rehenes y soldados muertos en Gaza de los grupos de ultraderecha Gevurah y Tikva, que exigen una mayor presión militar, que si hay un acuerdo de tregua en Gaza será temporal y que Israel no abandonará, como pide Hamas, el control militar del corredor Filadelfia, la divisoria con Egipto, incluso si le cuesta la liberación de cautivos.

Confirmó que el objetivo principal sigue siendo eliminar a Hamas y «lograr la victoria», por lo que Israel no puede entregar ninguno de sus «activos estratégicos de seguridad», en una alusión al control militar que mantiene del cruce de Rafah, el Corredor Filadelfia y el de Netzarim.

El principal grupo que representa a los familiares de los israelíes que siguen en Gaza, el Foro de Familias de Rehenes, acusó a Netanyahu de torpedear un posible acuerdo de alto el fuego al señalar que no cederá en las dos nuevas demandas rechazadas por Hamas. «No hay esperanza ni heroísmo en una postura ‘firme’ que resultará en la muerte continuada de todos los rehenes», dijo en referencia a los otros dos grupos minoritarios.

Mientras, el principal líder de la oposición, Yair Lapid, acusó también al mandatario de «sabotear» las negociaciones, en un mensaje en X en el que pidió a Netanyahu que pare la guerra antes de que todos los rehenes mueran.

También un funcionario estadounidense que viaja con Blinken en Oriente Medio criticó los comentarios «maximalistas» de Netanyahu sobre el mantenimiento del control de la frontera entre Gaza y Egipto, diciendo que «no son constructivas» y no ayudan a alcanzar un alto el fuego.

Gallant prevé desplazar el foco militar a Líbano

El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, afirmó que el Ejército está inmerso en un «cambio gradual» para desplazar el «centro de gravedad» de su foco militar desde la Franja de Gaza hacia la frontera con Líbano, donde han repuntado en las últimas semanas cruces de ataques con Hizbulah.

Gallant cree que aún quedan objetivos por lograr en Gaza, pero durante una visita a las tropas del norte sugirió que la preocupación puede estar ya más en una escalada del conflicto con la milicia chií.

Si la tensión sigue aumentando, «se deben tener en cuenta todas las posibilidades operativas», alegó Gallant, que insistió en la necesidad de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) estén preparadas «para lo que pueda ocurrir», informó el diario “Haaretz”.