Aitor Agirrezabal
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

Calor, competitividad, recorrido... la Vuelta expone un modelo de ciclismo difícil de defender

El espectáculo de los primeros cinco días de Vuelta es, al menos, cuestionable. Invitaba más a bajar a la piscina que a luchar por hacerse con el mando de la televisión. Ha puesto sobre la mesa el debate sobre el modelo de la prueba: fechas, recorrido y participación.

Thymen Arensman, abatido por el calor, al final de la cuarta etapa.
Thymen Arensman, abatido por el calor, al final de la cuarta etapa. (Oscar del Pozo | AFP)

La Vuelta afronta este jueves su sexta etapa, la primera opción clara para una fuga. Y la primera opción para cambiar la cara a un evento deportivo que se vende por su espectacularidad. De las cinco primeras etapas tres han alimentado la idea de que el ciclismo es el mejor deporte para echar la siesta. Y eso no puede ser buen negocio.

La ronda española arrancó en Portugal con una contrarreloj y dos jornadas destinadas al esprint, en las que tan solo corredores de los equipos vascos Euskaltel-Euskadi y Kern-Pharma se dejaron ver con fugas condenadas desde el inicio. El espectáculo se redujo a la preparación del esprint y la llegada a meta. A lo sumo, cinco minutos de producto deportivo. El resto, un buen programa de viajes que recorría desde el aire el centro de Portugal. Lo mismo se puede decir de la jornada que terminó ayer en Sevilla.

Un deporte que depende de marcas comerciales que ponen dinero para que se publicite y de los aficionados que están al otro lado de la televisión no puede permitirse que en una de las carreras más importantes del año el espectáculo sea nulo. No puede invitar a apagar la televisión y bajar a la piscina. Y esto ha abierto varios debates.

El recorrido

Como se apuntaba más arriba, las primeras etapas no invitaban a la aventura de los escapados, con perfiles diseñados de forma muy clara para los esprinters, sin apenas opción a alternativas. Después de un par de años en los que el Giro y el Tour (con el inicio del año pasado en Euskal Herria y el de este 2024 en Italia) habían marcado una buena tendencia que aseguraba la disputa desde el primer minuto, la Vuelta ha regresado a un esquema con el que es suficiente ver los últimos 1.000 metros en Youtube.

La fecha

Tras las etapas portuguesas, el pelotón saltó al Estado español a través de Extremadura y estará en Andalucía hasta el próximo domingo. Agosto y Andalucía no son la mejor combinación para la práctica del deporte, menos en las horas centrales del día, horario en el que se suelen programar las carreras.

No debe ser fácil hacer 180 kilómetros a 35-40 grados, pero tampoco lo es seguirlo por televisión cuando no pasa absolutamente nada. Menos estos días, en los que la carrera ha acabado con mucho retraso, rondando las 18:00, llevándose más de media tarde de los televidentes por delante.

La Vuelta pasó a disputarse a finales de agosto-septiembre en 1995. Hasta entonces, la prueba española se disputaba entre abril y mayo. Tras la falta de espectáculo de estos días, ha vuelto a primera línea la demanda para que Vuelta y Giro intercambien fechas, con sus pros y contras para ambos. Es cierto que la Vuelta suele contar con mejor plantel de salida, pero muchos de ellos lo hacen como reválida para salvar la temporada, mientras que quienes acuden a la Corsa Rosa lo hacen como principal objetivo del año.

Si apuntábamos que el calor del sur de la Penínusla ibérica es uno de los principales enemigos de la carrera española, en Italia lo suele ser el frío. Al Giro lo han hecho especial las historias épicas escritas en sus montañas. El Stelvio, el Gavia, el Agnello... superan ampliamente los 2.500 metros y en los últimos años se han suspendido etapas en numerosas ocasiones al no ser transitables en esas fechas.

Cabe recordar que el Tour y la Vuelta pertenecen a ASO, mientras que el propietario del Giro es RCS. Ambas empresas son las organizadoras de casi todas las carreras importantes, por lo que el calendario UCI es un equilibrio entre los intereses de ambos.

Invitaciones y competitividad

Pero las críticas no han ido solo dirigidas a los organizadores. Los equipos y los ciclistas tampoco han sido ajenas a ellas. De las cuatro etapas en línea hasta la fecha, en tres de ellas tan solo han intentado entrar en la escapada Euskaltel-Euskadi y Kern-Pharma. En la cuarta etapa, la primera con final en alto, hubo otras tres escuadras que se sumaron a las dos vascas.

Estos dos son los únicos equipos invitados a la prueba. Israel y Lotto han ejercido su derecho por ser los mejores ProTour y el resto están obligados a participar por su condición de World Tour. Y esto también puede ser uno de los hándicaps, que alguno de ellos viene más obligado que con verdadera intención de disputar.

El alavés Ibon Ruiz, protagonista en tres de estas jornadas, reflexionaba así. «Tanto el Kern Pharma como el Euskaltel tenemos que entrar en esas fugas para dar visibilidad a nuestros patrocinadores, y el resto de equipos a lo mejor están renunciando a la lucha por la etapa porque saben que al final vamos a llegar al esprint, y los equipos apuestan por sus esprinters».

Lo cierto es que a la hora de la verdad no son tantos los equipos con esprinters capacitados para ganar. De hecho, los tres favoritos (Wout van Aert, Kaden Groves y Pavel Bittner) se han repartido las etapas.

Así, la razón a la falta de competitividad puede estar en el sistema de puntos de UCI. Mejor dicho, a reducir la competitividad a ese esprint. Los equipos prefieren disputar un séptimo puesto (por decir uno) que da 40 puntos, a gastar fuerzas en una fuga con pocas opciones. Sin embargo, otro gallo cantaría si los 19 equipos a los que no pertenecen los tres ciclistas citados jugasen al ataque. Dentro de dos semanas, cuando la carrera afronte su recta final, muchos tendrán las manos vacías.

Aficionados y exciclistas activos en redes sociales, ante esta situación, han propuesto una serie de ideas que podría incentivar la lucha en jornadas así: dar algún punto por cada kilómetro escapado u ofrecer un buen saco de puntos para quien acumule más kilómetros de fuga al final de la prueba. Todo depende de la UCI, más centrada por ahora en que los calcetines no lleguen a las rodillas o en hacer pruebas con el pinganillo.

Este jueves, con una etapa de media montaña, empieza una nueva carrera y puede que el debate quede aparcado hasta otro año, pero lo visto durante estos primeros días no tiene cabida en un deporte que basa su éxito en el espectáculo.