La Guardia Civil de Nafarroa ha finalizado la entrega de las pistolas eléctricas incapacitantes (PEI) «tras la formación necesaria para el uso», un tipo de arma reglamentaria que ya se ha venido utilizando en otras Comandancias y Unidades operativas.
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— Guardia Civil Navarra 핏 (@NavarraGC) August 23, 2024
Los agentes que las portarán han recibido la habilitación y una formación completa en el uso de las #PEI… pic.twitter.com/O0jBYOROOW
Las PEI se han adjudicado a los componentes previamente seleccionados y formados de la Unidad de Seguridad Ciudadana de Comandancia (USECIC), como una solución «complementaria y no letal» a las armas de fuego, y sirve «para afrontar situaciones de riesgo tanto para los propios guardias civiles, como para la ciudadanía en general».
Según ha informado la Guardia Civil, para la adjudicación de este tipo de arma «no letal», personal especializado imparte previamente un completo curso de formación a cada agente para su habilitación.
Del mismo modo, y para documentar gráficamente las intervenciones en las que se utilicen y dar así una mayor garantía de seguridad jurídica, estas pistolas van asociadas a un dispositivo de grabación de imágenes que se activa durante su uso.
El Ministerio español del Interior ya anunció el pasado mes de febrero que compraría 960 pistolas de este tipo.
Protocolos cuestionados
Desde su introducción, el uso de pistolas eléctricas por parte de cuerpos policiales ha suscitado preocupaciones significativas en cuanto a los derechos humanos. Una investigación de Civio analizó los protocolos.
Axon Enterprise, la empresa fabricante de las pistolas Taser, las promociona como alternativa «no letal» al uso de armas de fuego, siempre y cuando no se utilice contra individuos bajo los efectos de drogas, con enfermedades mentales, en estados de agitación, con problemas cardíacos o personas muy delgadas, entre otros supuestos. Sin embargo, la mayoría de los protocolos policiales pasan por alto tales directrices, resultando en ocasiones en consecuencias fatales.