El Gobierno de Nueva Zelanda ha anunciado este martes un incremento a partir del 1 de octubre del 285% en el impuesto a la entrada de turistas, una tasa que tiene por objetivo ayudar al mantenimiento de sus servicios públicos y la conservación de su patrimonio.
Los visitantes que lleguen al país oceánico desde esa fecha deberán abonar 100 dólares neozelandeses (56 euros) por la Tasa de Conservación y Turismo de Visitantes Internacionales, frente a los 35 dólares neozelandeses (casi 20 euros) establecidos hasta la fecha. Este pago es adicional a los costes de visado.
El ministro de Turismo y Hostelería, Matt Doocey, ha remarcado que la nueva tarifa ayudaría al cubrir parte del costo que el turismo implica en el país. «El turismo internacional implica costos para las comunidades locales, incluida una presión adicional sobre la infraestructura regional y mayores costos de mantenimiento y conservación».
Más de 176 millones de euros
Cerca de 4,9 millones de turistas visitaron Nueva Zelanda en 2023 y aportaron a la economía alrededor de 11.000 millones de dólares neozelandeses (6.177 millones de euros), según datos oficiales. Con esas cifras de llegadas, la subida de la tasa supondrá un ingreso de más de 176 millones de euros para las arcas públicas.
Doocey ha subrayado que a pesar del aumento de la tasa, implementada desde 2019, el Gobierno neozelandés está comprometido a seguir hacer creciendo al sector y que es «poco probable» que la nueva tarifa, que representa menos del 3% del gasto total por visitante, tenga un impacto significativo en el número de visitantes.
Desde la parte empresarial, Rebecca Ingram, directora ejecutiva de Industria del Turismo Aotearoa, ha calculado que la subida retraerá a unos 48.000 visitantes (0,98% del total) y supondrá un recorte en el gasto de los turistas.