Familias enteras desaparecieron bajo la arena levantada en la explosión causada por un bombardeo israelí en Al-Mawasi, una zona que el propio Ejército de Israel había calificado como «humanitaria» para concentrar a las miles de personas que desplaza por todo el territorio de Gaza.
Las primeras cifras de la masacre daban cuenta de al menos 40 personas muertas y 60 heridas, sin que los equipos de Defensa Civil de la Franja de Gaza, con medios precarios, pudieran socorrer a las víctimas ante la dimensión de la matanza. Señalaron que el ataque de misiles altamente explosivos dejó tres cráteres de unos diez metros de profundidad, causando una «destrucción masiva» entre varias decenas de tiendas de campaña en las que se ven obligados a vivir los desplazados.
Fueron recuperados 19 cuerpos mientras otros 22 «se derritieron debido a las tres explosiones dejadas por estas bombas gigantes, lo que significa que no hemos encontrado ningún cuerpo de quienes estaban en el ojo de la bomba», señalaron los equipos de socorro, por lo que el balance de fallecidos podría ser mayor.
Bomba estadounidense de gran potencia
El análisis de las imágenes del lugar de la explosión realizado por Al-Jazeera sugiere que Israel lanzó sobre el campamento la bomba MK-84 de unos 900 kilos, fabricada en EEUU. Se trata de la mayor de las armas de la serie MK-80. Cuando detona tiene un radio de explosión letal de 370 metros, un poder de destrucción que ya probó en Vietnam.
«Estos misiles están destinados a los edificios más grandes, no a las tiendas de campaña hechas con los materiales más débiles del mundo», denunció Herzallah, una estudiante universitaria de 22 años, que estaba durmiendo en una tienda de campaña con su familia cuando se produjo el ataque. Los misiles impactaron a unos 200 metros de donde ella se alojaba y describió que el cielo nocturno se cubrió llamas, humo y destrucción.
«Solo vi dos colores: rojo y gris. Lo único que podía oír eran gritos, llantos y el sonido de las ambulancias», relató.
Alrededor de los cráteres, decenas de desplazados rebuscaban en la arena sus pertenencias enterradas: colchones, ropa, utensilios de cocina, esparcidos entre las estructuras de tiendas de campaña arrancadas por la explosión,
«Si quieren exterminarnos, que lo hagan, porque estamos cansados, estamos agotados, estamos indefensos», clamaba desesperada Taghreed Abu Assi, frente al hospital Nasser de Jan Yunis, donde identificó el cuerpo de su hermana.
En Al-Mawasi, en unos 46 kilómetros cuadrados se hacinan miles de personas que han huido –varias veces– de sus ciudades destruidas.
Varias familias comparten tiendas de campaña y la privacidad es inexistente en un espacio muy reducido. Sobreviven sin un acceso adecuado a alimentos o a agua potable, y sin servicios esenciales como el saneamiento y la atención médica. Miles deben compartir las letrinas, donde las colas pueden durar horas.
Estas condiciones son el caldo de cultivo ideal para que se propaguen todo tipo de enfermedades en personas que ya padecen una precariedad extrema.
En estas circustancias, el bombardeo de ayer no fue el primero que ha sufrido Al-Mawasi. Antes ya ha sido objetivo de cuatro ataques israelíes graves en los que Israel ha matado a 148 personas. El mayor ocurrió el 13 de julio, en el que 90 personas murieron y al menos 300 resultaron heridas.
«Hamas ya no existe»
«Esta horrible masacre tiene lugar en un momento en el que la ocupación ha destruido el sistema sanitario y los hospitales, que están fuera de servicio», denunciaron las autoridades de Gaza, que acusaron a Israel de «intentar engañar en vano a la opinión pública difundiendo mentiras, con historias inventadas».
Se refería así a la justificación habitual de Israel, incluso cuando ataca escuelas, hospitales y campos de desplazados, de que el objetivo eran altos cargos de Hamas. Dijio que entre los muertos están el jefe de la «fuerza aérea» del grupo; el jefe de vigilancia en los servicios de Inteligencia yotro alto cargo de grupo islamista.
Israel también bombardeó una mezquita y sus alrededores en el campamento de refugiados de Al-Bureij, ya atacada y destruida con anterioridad.
Horas después, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que Hamas «ya no existe como formación militar». Ahora «está librando una guerra de guerrillas y todavía estamos luchando contra los terroristas de Hamas en Gaza y persiguiendo» a sus líderes, afirmó.
«Israel sigue usando armas con efectos en amplias áreas en zonas densamente pobladas, a pesar de la evidencia de que estos medios llevan a un daño desproporcionado a civiles y a la infraestructura civil, reflejando un completo desprecio por las vidas de los palestinos», denunció la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
El Ejército israelí no da respiro a Tulkarem
El Ejército israelí mató al menos a dos personas –un hombre y una mujer– e hirió a otras ocho en Tulkarem, al norte de Cisjordania, donde ha reactivado su operación en un escenario que hasta la semana pasada ya había sido objetivo de una incursión a gran escala de varios días por parte de las tropas israelíes, que arrasaron infraestructuras y carreteras. Cuando aún seguían sin suministro de agua y los palestinos trataban de reconstruir los servicios básicos tras el anterior asalto, los buldóceres del Ejército volvieron a destruir carreteras e infraestructuras y los soldados, a asediar a las familias en sus viviendas. También sitiaron a la Media Luna Roja y detuvieron a dos paramédicos.
La operación, llamada “Campamento de Verano”, fue lanzada el 28 de agosto con una serie de razias a gran escala en Tulkarem, Tubas y Jenin, de donde las fuerzas se retiraron el viernes. En ella ha matado a al menos 39 personas y herido a cerca de 150 desde el inicio de la citada incursión, la de mayor envergadura en Cisjordania en más de dos décadas y que sigue el patrón de muerte y destrucción de Gaza. Las autoridades palestinas han cifrado en más de 690 los muertos y en cerca de 5.700 los heridos en Cisjordania desde el 7 de octubre.
Archivada
La Fiscalía Nacional Antiterrorista (Pnat) desestimó investigar la denuncia contra un franco-israelí por torturas a prisioneros palestinos al considerar que el vídeo presentado no aporta elementos suficientes. Para los denunciantes, se trata de una decisión política de «cerrar los ojos».
Liga Árabe
La Liga Árabe instó a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a acelerar su fallo sobre la demanda presentada por la República de Sudáfrica contra Israel, acusado de incumplir sus obligaciones para prevenir el genocidio en la Franja de Gaza.